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Los carburantes impulsan el IPC al 2,6% mientras los alimentos se encarecen otro 10,5% en agosto

La variación mensual del IPC se elevó cinco décimas. La inflación subyacente apenas disminuyó una décima, hasta el 6,1%. El precio del aceite sigue en récord: cuesta un 114% más que en 2021

La tasa anual del Índice de Precios de Consumo (IPC) general en el mes de agosto rubrica su línea ascendente. La inflación se aceleró en agosto hasta el 2,6 % interanual, tres décimas más que en julio, impulsada por el encarecimiento de los carburantes -seis puntos más de golpe, hasta elevarse un 7,2% en lo que va de año- y porque el precio de los alimentos apenas moderó tres décimas su subida, hasta el 10,5%. De este modo, la variación del índice general se elevó cinco décimas en el último mes, siete si se suman las dos que ya subieron en julio. En cuanto a la tasa anual de la inflación subyacente -la que no tiene en cuenta los precios de la energía y los alimentos- apenas disminuyó una décima, hasta el 6,1%, tres puntos y medio por encima del IPC general.

Confirma así el Instituto Nacional de Estadística (INE) el dato adelantado hace dos semanas, con el que suma dos meses consecutivos al alza y rompe definitivamente la tendencia a la baja del último año, que ha ido rebajando la tasa anual desde que superara el 10% el verano pasado. Pero cualquier moderación de precios en cada grupo de influencia ha quedado neutralizado por el exponencial despegue del precio de los carburantes, cuyos precio creció hasta el 1,2% desde la caída del 5,3% que vivió en julio, seis puntos más, que han enjugado cualquier bajada del resto de componentes, con el diésel a la cabeza, con un encarecimiento del 8,6%, por un 5,7% de la gasolina

Tal es el caso de los alimentos, que moderaron la subida anual gracias a la estabilidad de productos básicos como la leche, el queso o los huevos, el abaratamiento de la fruta y el menor encarecimiento de la carne, aunque la tasa anual se mantiene por encima del 10%, una marca de la que no ha logrado bajar desde marzo de 2022. Esas tres décimas de alivio apenas tienen repercusión en la factura de la cesta de la compra. El azúcar es un 42,5% más caro que un año antes; el arroz (21,6%); los productos de confitería (18,2%); la carne de porcino (15,6%); las patatas (14,3%); la leche (14,1%); agua mineral, refrescos y zumos (13,1%); productos lácteos (10,3%) y legumbres y hortalizas (10%). Especial atención hay que poner sobre el aceite de oliva, cuyo precio se ha disparado un 52,5% en los últimos 12 meses, un 114,8% desde 2021 y un 8,7% sólo en el último mes.

Junto a la mínima rebaja de los alimentos, el grupo de vivienda también contribuyó a contener la inflación al abaratar sus precios en un 18%, un descenso más de tres puntos más intenso que el de julio, ante el menor encarecimiento del precio de la electricidad y la energía. Lo que más se abarató en el octavo mes del año en relación a agosto de 2022 fue la electricidad (-49,6%); el transporte combinado de pasajeros (-47,7%); otros aceites (-33,9%); el transporte de pasajeros en metro (-27%) y el transporte de pasajeros en autobús (-25,7%). Hoteles y hostelería se unieron a ese paso atrás de los precios con una décima menos que en julio, un 6,4 %, pero sólo porque los servicios de alojamiento subieron un poco menos que el año pasado.

En términos mensuales -datos de agosto sobre julio, el IPC registró un significativo aumento del 0,5%. Con este repunte, la inflación acumula ya tres meses consecutivos de alzas mensuales. La causa de este incremento se ha debido al encarecimiento de los carburantes, de los paquetes turísticos y de la restauración por la temporada alta del turismo. También aumentaron en el mes los precios de los alimentos, un 0,2%, por el encarecimiento del aceite, de las legumbres y hortalizas y, en menor medida, del pescado y el marisco y la carne. Lo que más subió de precio en el mes de agosto respecto al mes anterior fue el transporte de pasajeros por mar (14,1%) y los vuelos internacionales (10%), así como el aceite de oliva (8,7%), mientras que lo que más se abarató fueron el gas natural (-6,8%) y las frutas frescas (-4,7%).

Pero la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, no ve motivos para la preocupación, y en un vídeo remitido a los medios de comunicación se ha limitado a destacar que "España se consolida como la economía europea con mayor crecimiento y menor inflación, lo cual beneficia a la competitividad de nuestras empresas y también el poder adquisitivo de los salarios". En este sentido, ha presumido de política económica "porque nos ha permitido bajar la inflación ocho puntos en el último año en un contexto inflacionario en toda Europa".