Los vasos de papel para café son tan tóxicos como los de plástico

Los vasos, supuestamente ecológicos, están recubiertos de una fina capa de plástico que, según han descubierto los científicos, puede filtrar sustancias químicas nocivas para los seres vivos.
vasos de papel tirados
Peter Dazeley/Getty Images

El mundo gasta cada año cientos de miles de millones de vasos de café de un solo uso, y la mayoría no se reciclan. Por eso, el cambio de las grandes cadenas de café a los vasos de papel es un buen paso, ¿verdad? Pues no.

Un estudio publicado recientemente demuestra que los vasos de papel pueden ser tan tóxicos como los de plástico convencional si acaban tirados en nuestro entorno natural. Los vasos de papel, aparentemente ecológicos, están recubiertos de una fina capa de plástico para evitar que su contenido se filtre en el papel, y este revestimiento puede emitir tóxicos. "Hay sustancias químicas que se filtran de estos materiales", afirma la autora principal, Bethanie Carney Almroth, profesora asociada de Ciencias Ambientales de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia.

El impacto ambiental de los vasos desechables

Al intentar evaluar el impacto ambiental de los vasos de café para llevar, la mayoría de los experimentos se han centrado en las tapas de plástico y los vasos de poliestireno. Los vasos de papel no han sido objeto de estudio durante mucho tiempo. Para subsanar esta carencia, Carney Almroth y sus colegas probaron los efectos de los vasos de papel y plástico en larvas de jejenes, que suelen utilizarse en pruebas de toxicidad. Los vasos se colocaron en agua templada o sedimentos y se dejaron lixiviar hasta cuatro semanas. A continuación, se mantuvo a las larvas en acuarios que contenían el agua o el sedimento contaminado por los vasos de papel y plástico. Independientemente del origen de la contaminación, las larvas crecieron menos en el sedimento y la exposición al agua contaminada también dificultó su desarrollo.

Los ecotoxicólogos no realizaron análisis químicos para determinar qué sustancias se habían filtrado de los vasos de papel al agua y al sedimento, aunque Carney Almroth sospecha que una mezcla de sustancias químicas causó el daño. Pero es difícil decir más, dado que no se sabe qué materiales están presentes: "Todo esto sería mucho más fácil si se exigiera a las empresas que nos dijeran qué utilizan en sus productos", propone.

Químicos y más químicos

Los vasos de café están hechos de una compleja mezcla de materiales sintéticos y sustancias químicas. Los fabricantes añaden auxiliares tecnológicos, estabilizadores térmicos y otras sustancias, muchas de las cuales se sabe que son tóxicas. Aunque se utilicen materiales de origen vegetal, como el ácido poliláctico, derivado del maíz, la mandioca o la caña de azúcar y que se emplea para recubrir los vasos de papel, los fabricantes de tazas suelen añadir otras sustancias químicas durante el procesado.

A veces, los análisis químicos pueden arrojar luz sobre la composición de las sustancias presentes en un vaso de plástico o papel, pero incluso estas pruebas no siempre pueden identificar lo que hay, dice Jane Muncke, toxicóloga medioambiental de formación y ahora directora gerente del Foro de Envases Alimentarios, una organización de comunicación científica con sede en Suiza. Las sustancias exactas son "desconocidas no solo para los científicos que realizan estos análisis, sino también para las personas que producen y venden los envases". Durante la fabricación de productos que contienen plástico, pueden producirse reacciones químicas involuntarias entre los materiales utilizados para crear nuevas sustancias.

Las sustancias químicas también pueden ser nocivas debido a las combinaciones específicas en las que se utilizan, añade Muncke, algo que se conoce como "toxicidad de la mezcla", por lo que no tiene mucho sentido regular las cantidades de sustancias individuales en los vasos, aclara, porque aún no se puede estar seguros del impacto que tendrán.

Mejorar el reciclaje

Mejorar las prácticas de reciclaje sería un paso lógico para evitar que las sustancias químicas nocivas acaben en la naturaleza, pero los investigadores aseguran que lo mejor es retirar por completo los vasos de papel desechables. A la mayoría de los centros de reciclaje les resulta difícil separar el revestimiento de plástico del papel del vaso. En el Reino Unido, por ejemplo, solo unos pocos centros de reciclaje aceptan vasos de papel. Muchas cafeterías los recogen para reciclarlos, pero tener que depositar los vasos de papel elimina la comodidad de un producto de un solo uso. En la actualidad, solo cuatro de cada 100 vasos de papel se reciclan en el Reino Unido.

Además, la lixiviación de productos químicos no es solo un problema cuando los vasos de papel se tiran; puede comenzar cuando se usa un vaso. En 2019, un grupo de investigación de la India llenó vasos de papel con agua caliente para ver si se liberaban partículas de plástico o productos químicos. "Lo que nos sorprendió fue la cantidad de partículas microplásticas que se filtraron en el agua caliente en 15 minutos", escribió en un correo electrónico Anuja Joseph, becaria de investigación del Instituto Indio de Tecnología en Kharagpur. De media, había 25,000 partículas por taza de 100 ml. Los investigadores también hallaron restos de sustancias químicas nocivas y metales pesados en el agua y el revestimiento de plástico, respectivamente.

¿Y qué pasa con los vasos reutilizables?

Los vasos "reutilizables" no son necesariamente mucho mejores en lo que respecta a la lixiviación, ya que suelen estar hechos de plástico; el calor y el desgaste aceleran la lixiviación, y las bebidas ácidas como el café absorben las sustancias químicas con mayor facilidad. La huella de carbono de los vasos de plástico reutilizables también es discutible. Según algunas estimaciones, un vaso reutilizable tiene que usarse entre 20 y 100 veces para compensar sus emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con uno desechable. La culpa es de la gran cantidad de energía necesaria para que el vaso reutilizable sea duradero y del agua caliente que se necesita para lavarlo. Dicho esto, un vaso de plástico reutilizable tiene al menos el potencial de durar más y es más fácil de reciclar.

Para Carney Almroth, los vasos de plástico reutilizables no son la solución; en su opinión, deberían extraerse y procesarse menos materias primas para fabricar plásticos, "pero también tenemos que estudiar las alternativas que se proponen a medida que avanzamos hacia algo más sostenible para asegurarnos de que no estamos sustituyendo un producto por otro", advierte. Carney Almroth forma parte de una coalición de científicos que aportan pruebas a las negociaciones para un tratado mundial sobre los plásticos. Las negociaciones continuarán en Kenia en noviembre.

Mejores materiales para vasos de café

Mientras tanto, se buscan soluciones más seguras y sostenibles. Algunas empresas han horneado vasos comestibles hechos de waffles o galletas, o han utilizado una técnica parecida al origami para doblar el papel en forma de vasos. Tanto Carney Almroth como Muncke ven la posibilidad de que las empresas utilicen materiales ya establecidos para dar forma a una economía circular. Así, las cafeterías podrían sustituir más fácilmente sus vasos de plástico y papel de bajo costo.

Por ejemplo, el vidrio, que mantiene la bebida caliente durante más tiempo, su baja conductividad térmica impide que el calor del líquido se disperse en el vaso, y es químicamente inerte, lo que significa que no se lixivia; incluso el esmalte de un vaso de cerámica es ligeramente soluble y puede lixiviarse hasta cierto punto. Pero aunque el vidrio es infinitamente reciclable, su huella medioambiental es mayor que la del plástico. Se fabrica a partir de materias primas naturales, como la arena, que hay que extraer y fundir a temperaturas muy elevadas.

El acero inoxidable, un metal que se utiliza habitualmente para las botellas de agua reutilizables, es otro competidor. Pero el café en tazas de acero se enfría más rápido que en tazas de cerámica o cristal, porque el calor se transfiere al material y luego a la palma de la mano. Sin embargo, el material es más robusto, lo que lo hace idóneo para bebidas sobre la marcha.

Los vasos desechables no se irán pronto

Independientemente del material que tenga éxito, el abandono de los vasos desechables exigirá modelos de negocio y enfoques innovadores, de acuerdo con Muncke. Con esto se refiere a que las empresas encuentren una forma viable de alquilar y recoger vasos reutilizables, lavarlos adecuadamente, asegurarse de que no están contaminados y volver a ponerlos en circulación. "Lo difícil es cambiar el comportamiento de la gente y crear toda la infraestructura. Y eso cuesta mucho dinero". La comodidad y el bajo costo harán que los vasos desechables sean difíciles de derrocar.

Artículo originalmente publicado en WIRED UK. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.


Algunos estudios e informes que se mencionan en este artículo: