Capitanas sin escrúpulos

La desconocida historia de las mujeres pirata que navegaron los siete mares

Estas mujeres surcaron los mares liderando sus propios navíos o sumándose a la tripulación de otros barcos pirata, convirtiéndose en la pesadilla en alta mar de los navegantes de la época.

800px Mary Read

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No todos los piratas de la historia fueron hombres. También hubo mujeres que dejaron su vida en tierra para surcar los mares bajo la bandera de la calavera, convirtiéndose en las protagonistas de aventuras y leyendas que, pese a ser menos conocidas que las de piratas como Barbanegra o el Capitán Kidd, bien merecen ser recordadas. Desde las frías olas del mar Báltico en la era vikinga, hasta las furiosas tormentas del Mar de la China  Meridional, pasando, como no podría ser de otra manera, por las aguas del Caribe, repasamos la trayectoria de las piratas más temidas y exitosas de la historia.

Barco pirata

Barco pirata

Mary Read y Anne Bonney fueron las piratas más famosas del Caribe.

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Alwilda, la capitana vikinga

Alwilda, hija del rey escandinavo Synardus del siglo V, debía casarse con Alf, el príncipe heredero de Dinamarca. Así lo habían decidido tanto los padres de ella, como los de él. Sin embargo, la joven ansiaba una vida muy distinta a la que le habían preparado. Por eso, en cuanto recibió la noticia, Alwilda se disfrazó de marinero y huyó, junto a sus amigas de mayor confianza, en un barco.

Surcando los mares, las mujeres encontraron una tripulación de piratas que habían perdido a su capitán. Los hombres consideraron que Alwilda era la persona ideal para ocupar tal cargo y le ofrecieron ponerse al mando de su navío. De esta manera, la joven empezó su exitosa y legendaria carrera como pirata, acechando y aterrorizando a los barcos del mar Báltico y causando tales estragos que el rey de Dinamarca envió diversas tropas para capturarla. 

La última tropa que se enfrentó a la tripulación capitaneada por Alwilda estaba dirigida por el mismísimo Alf, el hombre al que ella había rechazado. Al descubrir su liderazgo y coraje, Alwilda quedó cautivada por el príncipe Alf y renunció a la piratería para casarse con él y convertirse en la reina de Dinamarca. Al menos así lo dejó escrito el historiador medieval Saxo Grammaticus, activo entre 1185 y 1208, en su obra Gesta Danorum

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Jeanne de Belleville, la tigresa bretona

La noble francesa Jeanne de Belleville (1300 - 1359) cambió el rumbo de su vida después de que su marido, lord Oliver IV de Clisson, fuera injustamente condenado por orden del rey Felipe VI de Francia, tras ser acusado de felonía. El hombre fue decapitado en París y, posteriormente, su cabeza se llevó a Nantes, donde fue expuesta sobre una pica en la puerta de la ciudad.

Jeanne de Belleville, conmocionada y enfurecida por la pérdida, se unió a un grupo de hombres de Bretaña que, al igual que ella, no podían creer que Oliver de Clisson hubiera sido decapitado sin que se hubiera demostrado si la acusación era cierta o no. La viuda, junto a sus cinco hijos, juró vengar la muerte de su marido, vendió las acciones de su familia y, con el dinero reunido, compró tres barcos que pintó de negro y en los que izó banderas de color rojo. 

El grupo libró una guerra contra el rey de Francia y su séquito, atacando los barcos comerciales franceses y aterrorizando a todos los navíos que surcaban la costa de Normandía. Pese a que los piratas resistieron la mayoría de contraataques, al final la flota fue derrotada y Jeanne de Belleville se retiró junto a sus hijos (los que todavía estaban vivos) a Inglaterra, donde reconstruyó su vida alejada de la piratería. 

Barco pirata

Barco pirata

La edad de oro de la piratería tuvo lugar entre los años 1710 y 1730.

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Grace O’Malley, la reina del mar de Connaught

Grace O’Malley (1530 - 1603), apodada “granuaille” o “la calva” por llevar el pelo muy corto, fue una importante pirata y figura del folclore irlandés. Nacida en Connaught, Irlanda, la joven se casó a los 16 años con Donal O’Flaherty, con quien se trasladó al castillo de Bunowen y tuvo tres hijos. A los pocos años, su marido falleció y ella, que por ser mujer no podía heredar ninguna propiedad, tuvo que abandonar el castillo.

Fue entonces cuando O’Malley decidió dedicarse a la piratería, poniéndose al mando de los veinte barcos que tenía su padre para asaltar buques mercantes y quedarse con sus riquezas. Tales fueron los ataques de la pirata, que la Marina Real inglesa envió diversas flotas con la intención de vencer a la capitana. Después de muchos intentos, Grace O’Malley y sus hijos fueron capturados.

La reina Isabel I de Inglaterra le ofreció la libertad y una manutención regular a cambio de que aceptara poner la flota a su servicio. O’Malley aceptó e Isabel I decidió nombrar caballero a uno de sus hijos, Tibbot, para consolidar la alianza. Los relatos sobre la reina del mar de Connaught vencieron al paso del tiempo, sin embargo, no fue hasta inicios del siglo XX cuando la historiadora Anne Chambers escribió la primera biografía de la pirata. 

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Anne Bonney y Mary Read, las piratas del Caribe

Anne Bonney y Mary Read nacieron a finales del siglo XVII, la primera en Cork (Irlanda) y la segunda en Plymouth (Inglaterra), tal y como quedó registrado en la antología biográfica Historia general de los robos y asesinatos de los más famosos piratas publicada por el capitán Charles Johnson en 1724.

Anne Bonney abandonó a su marido para lanzarse a la piratería de la mano de su amante, el capitán John Rackham, apodado “Cálico Jack”. Mary Read se hizo pasar por hombre para trabajar como soldado en la marina y el ejército, donde conoció al oficial de caballería que se convertiría en su esposo. La pareja abrió un pub llamado Three Horse Shoes en los Países Bajos, sin embargo, al poco tiempo él falleció y el negocio cayó en quiebra. 

Arruinada, Mary Read decidió embarcarse de nuevo para trabajar en el mar del Caribe, donde su barco fue capturado por la tripulación de Cálico Jack en 1717. Para librarse de la muerte, Mary Read se unió al séquito de John Rackham, convirtiéndose así en la segunda mujer a bordo después de Anne Bonney. 

Estos famosos piratas saquearon barcos y lucharon en las aguas del Caribe, hasta que en 1720 fueron capturados por las autoridades cerca de Jamaica. Cuando el barco de Rackham fue atacado, las únicas que lo defendieron fueron Anne Bonney, Mary Read y otro hombre, ya que los demás (incluido el capitán) se habían emborrachado y estaban ebrios bajo cubierta. 

Ya en la cárcel, las dos mujeres fueron condenadas a la horca por piratería, pero su ejecución se pospuso tras demostrarse que ambas estaban embarazadas. Un año después, Mary Read murió en prisión a causa de una fuerte fiebre yAnne Bonney consiguió escapar, alejándose de su pasado como pirata sin dejar rastro.

bandera pirata

bandera pirata

En Europa y América, la bandera pirata era conocida por el nombre "Jolly Roger".

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Rachel Wall, la primera pirata americana

Rachel Wall (1760 - 1789) nació en Pensilvania, pero tras casarse con George Wall a los dieciséis años, la pareja se trasladó a Boston. Allí, ella trabajó como sirvienta y él como pescador. Preocupado por su mala situación económica, un día George Wall le propuso a su esposa embarcarse, junto a otros cinco marineros y sus amantes, en una goleta de pesca robada y dedicarse a la piratería.

El grupo se hizo a la mar y jugó la siguiente estrategia: cuando divisaban un barco a lo lejos, mandaban señales de auxilio para que estos se acercaran a rescatarlos y, entonces, asaltaban su navío y se hacían con sus pertenencias. A lo largo del año que duró esta aventura, los piratas capturaron 12 barcos, además de cientos de objetos de valor y miles de dólares en efectivo. 

Finalmente, durante una tormenta, la embarcación de los piratas sufrió daños irreparables y los marineros tuvieron que regresar a Boston. El marido de Rachel Wall murió, pero ella siguió con su vida delictiva en tierra, colándose en los barcos amarrados en el puerto para robar y asaltando a varias personas. Tras ser arrestada por intentar robarle el sombrero a una mujer joven, Rachel Wall confesó todos sus crímenes, incluida la piratería, y fue condenada a la horca. Fue la última mujer que murió ahorcada en Massachusetts y la primera mujer pirata americana. 

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Ching Shih

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Ching Shih, la pirata más poderosa de la historia

Dicen que Ching Shih (1775 - 1844) fue la pirata más exitosa de la historia y la persona que comandó una de las flotas más grandes del siglo XIX, compuesta por 2.000 barcos. Tras ser capturada por el pirata Zheng Yi en 1801, mientras ejercía la prostitución, la joven china decidió cambiar de vida y casarse con el bucanero. Juntos libraron múltiples batallas, entre ellas una en Vietnam, donde adoptaron a un niño al que llamaron Zhang Bao. 

Cuando su marido falleció, Ching Shih ya había configurado una coalición pirata formada por 400 barcos y aproximadamente 50.000 marineros. Para mantener el orden entre los piratas de su grandiosa tripulación, la capitana estableció un estricto código de conducta: no se podía atacar a una aldea que los había ayudado, no se podía robar un tesoro común, no se podía violar a las mujeres que hacían prisioneras y estaba rotundamente prohibido no obedecer a los líderes de la flota pirata. Cualquiera que incumpliera estas normas era decapitado de forma inminente. 

Ching Shih se enamoró de su hijo adoptivo, con quien se casó al poco tiempo para asegurar el dominio familiar sobre la coalición pirata. Los navegantes atacaron barcos de mercancías en el Mar de la China Meridional y también saquearon pueblos costeros y aldeas portuarias. El gobierno chino intentó destruir en diversas ocasiones al ejército de Ching Shih en 1808, pero jamás consiguió acercarse siquiera a la victoria. 

En 1810, cuando la capitana pirata descubrió que el gobierno chino preparaba una nueva flota contra ella, decidió solicitar el perdón de las autoridades y abandonar la vida en la mar para retirarse al continente. Tanto a ella como a su marido les concedieron el perdón a cambio de que disolvieran su ejército pirata. Así lo hicieron, quedándose en tierra firme hasta el final de sus días.