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La misma puta moralina conservadora es la que subyace siempre a esa condicionalidad para expresar solidaridad: para que una mujer merezca credibilidad si sufre un abuso sexual debe de estar devastada emocionalmente. La misma filosofía que se aplica en otros campos, a saber:
Si estás desempleado y cobras el paro debes de aceptar cualquier trabajo que te ofrezcan o dejas de cobrar tu prestación, porque debes de estar desesperado para merecer ése dinero y aceptar cualquier cosa antes que seguir cobrándolo.
Por supuesto, si eres un menor no acompañado que “vive de nuestros impuestos”, no mereces tener un teléfono móvil o unas zapatillas bonitas, como cualquier otro adolescente: tienes que tener aspecto de menesteroso de esos que agachan la cabeza avergonzados por ser dependientes.
Si cobras cheques de alimentos, tienes que comprar comida: arroz, pasta, legumbres… no se te ocurra comprar unas galletas o un helado, no vaya a ser que tus hijos crean que merecen de vez en cuando una golosina como los niños de la gente que paga impuestos.
Por supuesto, mujer, si te quedas embarazada, tienes que parir: si eres lo bastante madura para tener relaciones sexuales, eres lo bastante madura para ser madre. Habértelo pensado antes de ser tan puta y viciosa y apechuga con las consecuencias.
Si tus hijos tienen una beca comedor y viene una pandemia, deberíais estar agradecidos de que se os mande un menú infantil del Rodilla o del Telepizza: bastante con que os mandan la comida a casa sin colegio como para venir con exquisiteces sobre si es una dieta sana para niños.
Ésa cosmovisión del mundo en la que para recibir ayuda debes de estar verdaderamente hundido. Ésa visión de que no tienes que tener derechos (y por tanto DIGNIDAD), sino simple caridad (y por tanto estar agradecido por lo que te den gracias a la generosidad de los que pagan).
Ésa asquerosa moralina conservadora donde la parte débil siempre debe de demostrar de forma ostentosa que es realmente débil para ser digna de recibir la solidaridad de la gente bien, la gente de orden: la que siempre es mejor que tú y tiene derecho a juzgarte.
Por supuesto, una mujer violada debe demostrar que cerró las piernas con suficiente tesón. No es creíble que la penetrasen si llevaba unos jeans porque tuvo que colaborar con el violador para poder quitárselos, la muy puta, que en el fondo disfrutó.
(Esta barbaridad fue real).
(Esta barbaridad fue real).
Porque si hay un nexo de unión en el juego ganadores-perdedores de la dialéctica de la moralina es que la mujer siempre sale perdiendo. Debe ser virtuosa y parecerlo. Como la mujer del César. De lo contrario siempre será sospechosa porque “iba provocando” y mierdas por el estilo.
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