La bomba de hidrógeno: qué es y cómo funciona el arma termonuclear más potente del mundo

La amenaza de las armas nucleares, en concreto de la bomba de hidrógeno, persiste a día de hoy como un símbolo del poderío tecnológico y una encrucijada moral.

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Castle Bravo
United States Department of Energy

Nube de hongo provocada por Castle Bravo.

Desde la detonación en 1945 de la bomba atómica, el planeta ha experimentado la espeluznante cifra de más de 2.000 ensayos de armamento nuclear. Y aunque muchos de ellos han sido con fines pacíficos, como por ejemplo para cavar pozos o construir canalizaciones de agua, la gran mayoría han tenido consecuencias realmente devastadoras para la humanidad. 

De hecho, en los primeros años de pruebas nucleares, en los que las detonaciones experimentales se sucedían con frecuencia, la atención a los efectos que producían era mínima. Así, con el paso de los años, los datos de contaminación radiológica humana, lluvias ácidas o muertes por tumores derivados de las explosiones vieron la luz, e hicieron sonar la alarma ante este tipo de prácticas. Con motivo de esto, en 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 29 de Agosto como el Día Internacional Contra los Ensayos Nucleares, con el objetivo de lograr la eliminación de las armas nucleares y la amenaza que presentan.

Ya en 1963, a raíz de las consecuencias inmediatas del ensayo nuclear Castle Bravo, que tenía como protagonista a la bomba de hidrógeno, se firmó el Tratado de Prohibición Parcial de los Ensayos Nucleares, un antecedente de la efeméride. Y es que la bomba de hidrógeno ha sido siempre una fuerte protagonista en esta materia, al tratarse de un arma con un poder de destrucción 1.000 veces mayor que la bomba atómica, y sin límite energético. Es decir, cuanto más material se usa, más capacidad destructiva tiene. Por esta razón, la comunidad internacional ha trabajado constantemente en acuerdos en contra de la proliferación de este tipo de armamento. Te contamos todo acerca de este potente arma: la bomba H, la bomba más destructora del mundo.

EL SECRETO DE LA BOMBA DE HIDRÓGENO

La bomba de hidrógeno es un tipo de arma nuclear que funciona bajo el diseño Teller-Ulam, también conocido como “el secreto de la Bomba H”. Se caracteriza porque, a diferencia de las armas atómicas convencionales, que se basan en el proceso de fisión nuclear, la bomba de hidrógeno usa la fusión, produciendo detonaciones mucho más potentes y devastadoras. 

La fusión nuclear es el tipo de reacción que se da en las estrellas, permitiéndoles brillar y emanar una inmensa cantidad de calor. Se basa en la unión de dos núcleos ligeros, la cual produce un núcleo pesado y muchísima energía. Sin embargo, tiene como inconveniente que también se necesita bastante energía para que se produzca pues, para vencer la repulsión electrostática y unirse, los núcleos ligeros necesitan tener unas condiciones muy determinadas. Así, el Teller-Ulam consigue resolver esa problemática planteando un método innovador: utilizar la energía generada en un arma de fisión para iniciar la fusión nuclear

De esta forma, la bomba de hidrógeno se compone de dos partes elementales: una convencional y otra de fusión. En primer lugar, se detona un explosivo que inicia un proceso de fisión en el cual se emiten rayos X capaces de irradiar la parte interna del caparazón de la bomba, compuesto de espuma de poliestireno. Este material se convierte en plasma y aplasta los átomos contenidos en la segunda fase de la bomba, comprimiéndolos y calentándolos hasta que no tienen otra opción que fusionarse entre ellos, dando lugar a la fusión nuclear y produciendo una detonación sin igual.

Castle Bravo Bomb
Federal government of the United States

Carcasa externa de la bomba de Hidrógeno Castle Bravo.

La explosión es muy corta: tiene tan solo una duración de 6 cienmillonésimas de segundo, es decir, 6x10-8 segundos. De esta forma, en un instante minúsculo de tiempo, la bomba H es capaz de generar cantidades de energía que superan en más de 1.000 veces la potencia de la Little Boy, la bomba atómica detonada en Hiroshima el 6 de agosto de 1945. 

DEL PROYECTO MANHATTAN A LOS ENSAYOS NUCLEARES

El origen de la bomba de hidrógeno tiene lugar en la mente de un físico húngaro-estadounidense, Edward Teller, alrededor del año 1940. En aquel momento, el científico estaba estudiando los procesos termonucleares, anticipando la idea de que la gran cantidad de calor producida durante un proceso de fisión, del orden de cien millones de grados Celsius, podría ser suficiente para poner en marcha la fusión nuclear.

Su incorporación al Proyecto Manhattan, en 1941, fue su oportunidad para poner en marcha su innovadora idea. Sin embargo, aunque su planteamiento se tuvo en cuenta, la realidad de una bomba basada en fusión no fue posible debido a ciertos fallos matemáticos, por lo que el proyecto evolucionó hacia la creación de un arma por fisión nuclear, mucho más sencilla: la bomba atómica. 

Edward Teller
Lawrence Livermore National Laboratory

Edward Teller fotografiado en 1958

La creencia de poseer el monopolio de armamento nuclear a nivel mundial, mantuvo muy tranquilos a los estadounidenses hasta que, en 1949, la Unión Soviética hizo explotar su propia bomba de fisión: la RDS-1. Esto causó un gran malestar en el pueblo norteamericano, pues vieron amenazada su superioridad en materia nuclear. Ante este choque psicológico, el presidente Harry Truman decidió pedir a Los Álamos, recinto de investigación principal durante el Proyecto Manhattan, el desarrollo de una bomba mucho más potente que volviese a encabezar a Estados Unidos en la cima de la carrera nuclear.

Sin embargo, su decisión no fue apoyada por Robert Oppenheimer, líder del proyecto, quien vio la construcción de un arma de fusión como una gran amenaza para el planeta y dimitió de su posición. Este fue un gran momento para Teller, pues se puso al mando de la investigación, esmerándose en el correcto desarrollo de una bomba basada en la fusión de núcleos de hidrógeno. Con la ayuda del matemático Stanislaw Ulam, fue capaz de cumplir su cometido y desarrollar un arma sin precedente de alta eficacia.

IVY MIKE, LA BOMBA DEL ZAR Y ACTUALIDAD

El golpe de realidad no llegó hasta el 31 de marzo de 1952, cuando la primera bomba de hidrógeno, conocida como Ivy Mike, explotó. La detonación supuso la primera prueba a gran escala de un dispositivo termonuclear. El ensayo sucedió en la isla de Eugelab en el Atolón Enewetak, situado en la actual nación insular de las Islas Marshall. Aunque el objetivo de la explosión era únicamente experimental y pacífico, existieron consecuencias para las poblaciones circundantes y el medio ambiente. Así, se produjeron grandes cantidades de lluvia ácida escombros de coral radiactivo cayeron sobre barcos ubicados hasta a 56 km de distancia, contaminando enormemente el área que rodeaba al atolón.

Ivy Mike
The Official CTBTO Photostream

Nube de hongo originada por la detonación de la bomba Ivy Mike.

Los efectos fueron aún peores para la segunda bomba de hidrógeno estadounidense: la Castle Bravo. El lanzamiento ocurrió el 28 de febrero de 1954 y, aunque su construcción era más sencilla que la Ivy, su potencia fue superior. De hecho, se trata de la mayor explosión realizada por los Estados Unidos a lo largo de toda la historia. Produjo una contaminación radiológica que se extendió a todas las islas cercanas, afectando tanto a la población local como a los militantes estadounidenses allí establecidos, así como a un barco de pesca japonés, provocando la muerte directa y graves problemas de salud para muchas de las personas expuestas.

Sin embargo, en ese momento aún faltarían 7 años para que el mundo experimentara la mayor explosión provocada por seres humanos: la Bomba del Zar. Esta bomba de hidrógeno era un producto de la Unión Soviética y fue detonada el 30 de octubre de 1961 en Nueva Zembla, un archipiélago ruso situado en el océano Ártico. Su potencia era equivalente a 4,8 veces la Ivy Mike y 3,3 veces la Castle Bravo. En este caso, a la motivación científica y experimental se sumaron razones propagandísticas debidas a la rivalidad de la Guerra Fría. La explosión redujo el poderío de los Estados Unidos y situó a Rusia a la cabeza del conflicto.

Y, aunque después de esta bomba muchos países han experimentado con las armas de hidrógeno, hasta día de hoy no se tiene registro de la construcción de otra bomba de semejante potencia a la rusa. Con todo, Reino Unido desarrolló su primera bomba H en 1957, China en 1967 y Francia un año después, en 1968. Los datos reflejan que para 1980, la humanidad contaba con un total de 40.000 bombas de hidrógeno en diferentes países. Como última actualización de esta peligrosa y vertiginosa lista, se sitúa Corea del Norte, quien en el año 2016 informó que había probado con éxito su primera bomba H.

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