Sí, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que vimos a Timothée Chalamet sobre una pantalla cinematográfica. Fue gracias a Bones and All, cinta de terror romántica dirigida por Luca Guadagnino, quien ya trabajó con el intérprete norteamericano en Call me By Your Name, a.k.a. el taquillazo que despegó a este a la cumbre de la fama global. Un film sobre un primer amor entre dos personas que viven al margen de la sociedad cuya gira internacional no solo revalidó el título de ‘niño mimado’ de Hollywood de Chalamet, sino que también nos regaló lookazos perchados sobre la figura del actor que todavía hoy reproducimos en nuestra mente, como el total look satinado con lazada al cuello en rojo sangre firmado por Haider Ackerman o el traje blanco con americana de solapa asimétrica de Alexander McQueen -con chocker de huesos de Vivienne Westwood, una oda evidente a la trama de la película, incluido-.
Sin embargo, tampoco podemos hablar de esta ‘desaparición’ como de un hiato per se. Y es que Timothée Chalamet, lejos de estar reposando en un oasis paradisiaco, está trabajando más que nunca. En el ámbito actoral, el intérprete tiene dos estrenos programados para finales del 2023: la segunda entrega de Dune, donde encarnará de nuevo a Paul Atreides como parte de un reparto donde encontramos a Zendaya, quien también repite, y Austin Butler; y Wonka, donde nos ofrecerá un recorrido por la juventud del estrafalario dueño de la mejor fábrica de chocolate del mundo. A su vez, se espera que 2024 sea el año en el que podamos ver a Chalamet caracterizado como Bob Dylan en A Complete Unknown, biopic del rey del folk-rock y country-rock orquestado por James Mangold. Un calendario completito, sí.
Sin embargo, los compromisos de Timmy no terminan en la gran pantalla. Recordemos que, después de pisar París para para presenciar la colección de Alta Costura primavera / verano 2023 de Jean Paul Gaultier por Haider Ackerman, su diseñador de cabecera, y la colección masculina otoño / invierno 2023 - 2024 del Loewe de Anderson; Chalamet se erigió en chico Chanel este pasado mes de mayo al convertirse en el embajador del perfume Bleu de Chanel, icono olfativo de la maison francesa. Todo mientras la prensa rosa saliva ante un posible romance con Kylie Jenner, relación de la que se habla constantemente en afirmativo sin ni siquiera existir una instantánea que les capture juntos.
Lo que ocurre entre bambalinas durante todos estos acontecimientos es, todo hay que decirlo, un misterio. A diferencia de aquellas celebridades que comparten cada paso que dan en su rutina diaria con sus seguidores de las redes sociales, el de Chalamet es un perfil bajo, discreto e íntimo cuya actualización es prácticamente espontánea. Eso sí, una foto del último carrusel de imágenes que ha compartido en su cuenta de Instagram nos ha dejado claro una intuición: su interés por las tendencias sigue despierto y hambriento. ¿Cómo lo ha demostrado en esta ocasión? Convirtiéndose en partícipe de la que podría ser una de las mayores revoluciones de la moda del presente: la falda para hombre.
De la susodicha no sabemos mucho más allá de los siguientes tres datos: es de color negro, su largo cae hasta la rodilla ("la medida de la pulcritud", como nos dijeron los fundadores de Daves, marca especializada en la falda masculina) y deja entrever cierto efecto tableado en el lateral izquierdo del actor. Combinada con una camiseta de algodón blanca, la prenda básica por antonomasia, Chalamet ha aprovechado la coyuntura para lanzar también un guiño a la estética preppy, una de las tendencias más sólidas desde principios de la presente década, al combinar unos zapatos de vestir en piel con unos calcetines blancos. Dicho combo normalmente cuenta con la presencia de unos mocasines, pero lo daremos por válido.
Que Timothée Chalamet haya apostado por la falda no es precisamente azar. ¿Qué tienen en común Fendi, Jordanluca, JW Anderson, Rolf Ekroth, Eudon Choi, Charles Jeffrey Loverboy, Gucci y Martine Rose? Que, en sus colecciones otoño / invierno 2023 - 2024 presentadas a principios del 2023, todas estas firmas introdujeron la falda en el armario masculino (cada casa con su propia versión, claro). Uno podría pensar que es una casualidad… hasta que comprueba que 8IGB Community Clothing, Louis Vuitton, Rhude, Charles Jeffrey Loverboy, Sacai, Alexander McQueen, Comme des Garçons, Etro, Rick Owens, Marine Serre, Namacheko y Ludovic de Saint Sernin han hecho lo propio. Demasiados participantes para tratarse de una anécdota, ¿no?
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Tampoco debería sorprendernos que Chalamet haya apostado por la falda. Al fin y al cabo, hablamos de un agente indispensable en los listados de los hombres mejor vestidos del mundo que logra protagonizar la conversación social cada vez que pisa la alfombra roja… sin ni siquiera precisar la ayuda de un estilista (o así lo especificó en una conversación con la revista VMan en 2018). Como un niño, el norteamericano juega con la moda a su antojo y la adapta a sus propios códigos para no resultar un extraño, sino más bien extender su ser más allá de sí mismo. Y, una vez más, parece haber acertado -aunque habrá, como siempre, quienes se muestren reacios a admitirlo-.
No obstante, sí debería generar una reflexión en nosotros el acalorado revuelo generado alrededor de la falda para hombre. Y es que, siglos y milenios atrás, asirios, sumerios, egipcios, romanos y griegos ya tenían normalizada la falda como una prenda masculina. O el mismo Luis XIV de Francia, otrora Rey Sol, de quien conservamos retratos en los que luce esta pieza de vestir en su versión más ostentosa. El conservadurismo europeo de los siglos XVII y XVIII cambiarían radicalmente este panorama al despojar al hombre de la falda y concebirla como una prenda únicamente femenina.
Y todos los aquí presentes, por desgracia, qué ha sido de todos los hombres que desde entonces se han atrevido a vestirla -porque sí, ha acabado concibiéndose como un acto de valentía-. Porque, antes de Chalamet, Brad Pitt y Robert Pattinson, es ingente la cantidad de hombres de la comunidad LGTBIQ+ que ha sido juzgada, vejada, insultada o incluso físicamente agredida por abrir el camino en la reivindicación de la libertad estética fuera de fronteras sociales. Sin embargo, que estas tres estrellas mediáticas -y presuntamente heterosexuales, factor que confirma que los hombres fuera de la heteronormatividad nunca marcan tendencia- decidan apostar por esta prenda, así como un sinfín de firmas de moda de referencia en la industria, podría suponer el primer paso para su democratización fuera de prejuicios.
