RDC

Los minerales en el Congo: una elaborada estafa

Esta es la primera parte de una serie de dos capítulos que analizan la actual situación del este de República Democrática del Congo, una región sumida en el caos, la violencia y el olvido

Cascos azules operando en República Democrática del Congo.
Cascos azules operando en República Democrática del Congo.NACIONES UNIDAS / MONUSCONACIONES UNIDAS / MONUSCO

En el este de República Democrática del Congo se cuentan a diario los asesinatos y las toneladas de materia prima. Y son dos columnas que avanzan de la mano en el balance de cuentas; a más toneladas de oro, coltán o cobre, más cuerpos regarán el suelo para permitir que cierto número de empresas engrosen sus beneficios en madera, cobre, oro, caucho, etc. El asesinato de congoleños es a la industria minera como estallar cartuchos de dinamita o hacer inventario de excavadoras, forma parte de este negocio.

Si no para los colonizadores belgas, para los guerrilleros ruandeses, los mercenarios europeos, los propios congoleños o compañías mineras que miran para otro lado; si no de forma directa, de forma indirecta gracias a la creación de milicias armadas o bajadas de precios. Nadie está libre de pecado, igual que nadie quiere quedarse sin su parte del botín.

1ª estafa: cambiar vidas por piedras

Las vidas. 3 de septiembre de 2022: luchadores de la CODECO atacan el pueblo de Mongbwalu y asesinan a 33 inocentes. 5 de diciembre de 2022: el gobierno congoleño acusa al grupo M23 de asesinar a 270 personas a machetazos en la localidad de Kishishe. 15 de enero de 2023: una explosión provocada por el grupo yihadista conocido como las Fuerzas Aliadas Democráticas (ADF) acaba con la vida de 10 personas en una iglesia de Kasindi. 14 de febrero de 2023: milicianos de la CODECO asesinan al menos a 32 civiles en la provincia de Ituri. 9 de marzo de 2023: los yihadistas integrados en las ADF asesinan a 36 civiles en Mukondi. 8 de abril de 2023: miembros de las ADF emboscan y asesinan a un grupo de 20 granjeros a las afueras de Enebula. 14 de abril de 2023: hombres armados pertenecientes a la milicia CODECO asesinan a 43 personas en una agrupación de aldeas en la provincia de Ituri. Hace tiempo que la cifra media de muertos entre las provincias de Kivu Norte, Kivu Sur e Ituri supera los cien al mes, sólo a causa de episodios de violencia originados por grupos armados no gubernamentales.

Las piedras. La famosa mina de Mongbwalu, zona donde también se han registrado un elevado número de minas caseras, posee reservas de oro en sus entrañas por valor de 4.300 millones de dólares al precio actual del oro en el mercado. Calderilla. La única zona de explotación minera entre los lagos Kivu y Edward se encuentra ubicada a 18 kilómetros de Kishishe. Oro, oro y oro son los minerales extraídos en la provincia de Ituri por Mongbwalu Gold Mines, en la zona que precisamente ha sido foco de un mayor número de ataques por parte de la CODECO. Pese a que se estima que se extrajeron más de 40 toneladas de oro en República Democrática del Congo en 2021, las cifras oficiales indican que sólo se exportaron 26 kilos.

Grandes compañías en el terreno, como puede ser la Société Minière de Bisunzu, han sido acusadas en el pasado de estar involucradas en la venta de minerales de conflicto. La zona de Bisunzu y sus minas de estaño han sido además víctima de ataques por parte de milicias Mai-Mai, elementos hutu de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) o grupos armados relacionados con Uganda y Ruanda. No cabe duda de que existe un nexo entre la minería congoleña y la violencia que la sigue, aunque las mineras no sean necesariamente responsables directas de esta violencia. Tampoco es casualidad que la mayoría de las zonas de extracción en la enorme nación africana coincidan con las zonas de influencia de cualquiera de los más de 130 grupos armados que operan en el este del país, y que, si no han sido directamente vinculados a gobiernos externos (como la guerrilla del M23) se aprovechan de la riqueza del suelo para establecer por cuenta propia centenares de minas artesanales cuyos beneficios brutos cruzan luego las fronteras de Ruanda y Uganda.

2ª estafa: suben los precios, bajan los salarios

Son muertes con precio. Si tomásemos las tres gráficas comparativas entre los precios de la tantalita (material necesario para conseguir coltán) en el mercado, sus niveles de producción global y los episodios de violencia en Ituri y las dos Kivu, veríamos el precio que pagan. A sabiendas de que RDC es la mayor productora mundial de tantalita (43% de la producción mundial en 2022), merece la pena destacar que el valor del mineral se disparó a finales del siglo pasado hasta niveles que no se veían en veinte años, a raíz de la crisis especulativa generada por el comienzo de la Guerra Civil congoleña. Aunque un vistazo a los números de los últimos años nos muestra que, mientras los precios de venta de la tantalita han subido de forma paulatina desde 2010, los salarios han bajado de manera proporcional desde entonces.

Al participar en una economía especulativa orquestada desde los mercados extranjeros, los precios de la tantalita no dependen únicamente de la ley de la oferta y la demanda. En Kivu, esto significa que los trabajos se vuelven más precarios, el sueldo de un dólar diario se transforma en cero con noventa y siete y algunas personas terminan por radicalizarse a las orillas de los volcanes.

Ocurren abusos. Algunos, con el salario; otros, en un plano físico. Los índices de violencia han subido en RDC frente a la bajada de precios desde 2016. Porque el mercado, tan humano, no dejamos de ser una turba de monos que corre de uno a otro sitio y sin tiempo ni ganas de perder el tiempo con la distracción anterior. Los congoleños trabajan y sacan buenas piedras, más que nunca, pero los de arriba les pagan menos a cada día que pasa mientras los precios se han ido regulando desde finales del siglo pasado. El precio del Iphone sube, el sueldo de los mineros congoleños baja y ambos mercados se distancian junto con sus sociedades: las Kardashian inspiran a algunas adolescentes en Los Ángeles y Sultani Makenga regala un fusil a sus jóvenes seguidores de Kivu, animándoles a matar antes de que les den permiso para usar una papeleta. Ahorramos lo que pagan ellos. Como si los congoleños vivieran un día de ofertas perpetuo.

Además, cada vez que baja la producción de tantalita, casualmente comienza un episodio violento. En 2004, la producción descendió y se inició el conflicto de Kivu; en 2014 surgió el M23; y tras un leve descenso en la producción en 2022, el M23 retomó las armas. Los precios, la producción y la violencia bailan así una danza macabra en condiciones desiguales.

3ª estafa: las exportaciones de Ruanda

El mayor enemigo a ojos del gobierno congoleño y de sus ciudadanos es Ruanda en general y su presidente Paul Kagame en particular. El general Sylvain Ekenge es el portavoz de las Fuerzas Armadas congoleñas y fue entrevistado con motivo de este reportaje. Al ser cuestionado sobre quienes financian el M23 en su opinión, contestó que “es una creación de Ruanda para instalar la inseguridad en Kivu del Norte y aprovechar los recursos, especialmente los minerales”. Prosiguió diciendo que Ruanda cuenta con una serie de refinerías de oro y de coltán que mantiene gracias a “la manipulación de grupos armados congoleños y las FDLR que explotan los minerales en nombre de Ruanda”.

Que el gobierno de Kagame financia al M23 ya no es un secreto. Un informe publicado en 2022 por Naciones Unidas confirmó la venta de armamento y equipo militar a los guerrilleros e incluso la inserción de efectivos ruandeses entre sus filas, algo que desde Kigali negaron con escaso convencimiento. Esto ha llevado a una serie de incidentes en la frontera entre ambos países donde soldados congoleños han llegado a pisar territorio ruandés abriendo fuego de ametralladora, sólo para ser abatidos por los guardias fronterizos ruandeses. Este periodista estuvo en la ciudad de Goma en verano de 2022 y pudo observar de primera mano impactos recientes de bala en el lado congoleños de la frontera.

El general Ekenge confirma que “la guerra que hoy libra Ruanda es consecuencia de las medidas adoptadas en el marco del estado de sitio. En cualquier caso, la RDC se está preparando para su defensa y la defensa de sus intereses y su integridad territorial”. Tanto él como el periodista de France 24 Justin Kabumba consideran que la guerra que libra hoy el ejército congoleño “es contra Ruanda”, aunque se haga a través de proxys como el M23 o las FDLR.

Existen pruebas irrefutables sobre el tráfico de oro en el lago Kivu que este periodista tuvo la ocasión de conocer tras entrevistar a un traficante de coltán que dijo que “nuestro mayor problema es que nos caiga un árbol encima”, haciendo referencia a las facilidades impuestas por ciertos elementos del ejército congoleño en el transporte de los minerales. La columbita y la tantalita, minerales que conforman el coltán, son llevados en embarcaciones junto con el oro a través del lago Kivu, para luego ser llevadas por tierra a Kigali y enviadas por vía aérea a Emiratos Árabes Unidos. Resulta relevante que, sin contar con una sola mina de oro, Ruanda dedica el 23% de sus exportaciones a este metal, mientras que los números en RDC, tal y como se ha citado anteriormente, son irrisorios.