El verdadero secreto para tener éxito no es el que todos pensamos

Todos ansiamos tener éxito, pero ¿qué significa realmente ser una persona exitosa? Y, ¿cómo podemos conseguirlo?
Success
Successguvendemir

Queramos admitirlo o no, lo cierto es que todos queremos tener éxito en algún aspecto u otro de nuestra vida. Queremos conseguir aquellos objetivos que creemos que nos llevarán a ser felices y a tener todo lo que un día siempre quisimos. Pero, ¿cuál es verdadera clave para ser exitoso?

Lo cierto es que ya hemos leído miles de trucos en artículos, biografías o entrevistas a millonarios. Una mente positiva, tener valor para tomar riesgos o pequeños hábitos en nuestra rutina diaria suelen ser las respuestas comunes para muchos, pero, aunque esto pueda funcionar, la verdad es que tenemos que encontrar algo que personalmente nos funcione a nosotros.

Y la clave para tener éxito está ahí precisamente: en definir nuestro propio concepto de éxito.

Cómo definir el éxito

Lo primero que debemos plantearnos es cuáles son nuestros objetivos ¿Cómo pretendemos llegar a algún sitio si no sabemos cuál es nuestra meta? Definir nuestra versión de éxito nos ayudará a saber cómo conseguirlo. A partir de ahí, tendremos que tomar las decisiones correctas para llegar hasta él.

Pero también debemos identificar por qué ese objetivo es importante para nosotros. Hay veces que creemos que queremos algo porque siempre lo hemos querido, pero cuando, cuando pasan loa años y nos paramos a pensarlo detenidamente, nos damos cuenta de que ese ya no es nuestro sueño o que puede que ya no se alinee con nuestros valores.

Debemos saber qué es vital para nosotros en cada momento, porque ello dictaminará si estamos siendo exitosos o no. Si, por ejemplo, lo más importante para nosotros es nuestra familia, pero estamos en un momento en el que, por trabajo, no pasamos tiempo de calidad con ella, estaremos fracasando.

Tampoco debemos dejarnos llevar por lo que piensen los demás ni sus visiones de éxito, porque entonces nunca llegaremos a la felicidad plena. Un ascenso en el trabajo puede ser un gran logro para muchos, pero si ello significa sacrificar todo lo que nos hace felices, quizás no se alinee con nuestros valores.

Cómo identificar nuestros valores

Hablamos constantemente de nuestros valores, ¿pero cómo podemos saber cuáles son? Para empezar, debemos asumir que son algo cambiante en el tiempo. No tendremos los mismos con 16 años que con 40, y eso suele ser lo normal, porque las situaciones de vida cambian.

Hay que analizar nuestra sensibilidad: a qué somos sensibles, qué es lo que anhelamos continuamente, en qué entornos y situaciones nos sentimos mejor, qué es lo que más nos emociona y nos hace sentir.

Lo primero que debemos hacer es echar la vista atrás hacia los momentos más importantes de nuestra vida y analizar por qué lo han sido y por qué los valoramos de esa forma. Podemos hacerlo así:

  1. Pensar en el momento más feliz de nuestra vida, aquel en el que nos hemos sentido más realizados. Debemos recordarlo y apuntar las sensaciones que aún podemos sentir al pensar en él.
  2. Pensar en el momento más difícil y doloroso. Algo en lo que consideremos que no tuvimos éxito. Haremos lo mismo que con el momento más feliz, siendo conscientes de todo lo que sentimos. Pero también apuntaremos qué fue lo que quisimos sentir en lugar de tristeza o decepción.
  3. Repasar las sensaciones de ambas situaciones. Debemos rodear las palabras que coinciden en ambos momentos. Por ejemplo, si nos sentimos pletóricos en el momento más feliz y, en el momento más triste, también quisimos sentirnos así, debemos rodear esa palabra.

Cuando tengamos todas las palabras, nos daremos cuenta que eso es nuestro concepto de éxito. Puede ser sentirnos pletóricos, pero también queridos, motivados, conectados con nuestro entorno o, simplemente, tranquilos. Eso es lo que valoramos en la vida, y lo que debe definir nuestros objetivos.

El secreto del éxito

El verdadero secreto es tomar todo aquello que hayamos vivido, tomar lo que hemos aprendido, y trazar nuestro camino a partir de ahí. Consiste en tomar los recuerdos de aquello que nos haya hecho sentir que teníamos éxito, y fijar nuestros objetivos en ello.

Consiste en definir nosotros mismos nuestra propia versión del éxito. No siempre será tener cinco coches de lujo, o millones de euros en el banco, sino aquello que verdaderamente nos ha hecho sentir que nuestra vida tenía sentido y que estábamos en paz.