La madre de la menor que apuñaló a una dependienta en Hoya Andrea: "Mátala, mátala"

"Jenni, que te mueres, cúbrete la cabeza", dice la víctima que pensó cuando vio que tanto la progenitora como su hija de 17 años la estaban apuñalando con un cuchillo y un destornillador

Así fue el apuñalamiento a una mujer en Hoya Andrea por parte de una menor

C. A. C.

Jénnifer se recuperaba la tarde de este viernes en su tienda de Hoya Andrea de las ocho puñaladas que una menor de 17 años y la madre de esta le propinaron el pasado miércoles por mediar en una pelea. Se encuentra bien después de lo ocurrido cuando las dos detenidas se abalanzaron contra ella y la empezaron a agredir. «Mátala, mátala», le dijo la progenitora a su vástaga mientras la acuchillaba, cuenta Jénnifer, quien recibió una treintena de puntos de sutura por las diversas heridas que presentaba en su cuerpo.

En el barrio todo el mundo tiene que ver con ella. Quien pasa por delante La Tiendita de Leyre, en la calle Otoño de Las Palmas de Gran Canaria, le pregunta por su estado de salud. Algunos le dicen que es una «heroína». Ella responde que más bien es «tonta» por haber intentado parar una pelea entre niñas que acabó con ella en el hospital con las ocho apuñaladas.

Cuenta cómo ocurrió todo. Sobre las siete y cuarto de la tarde, la autora de las cuchilladas había mantenido una pelea con otra adolescente frente al negocio. «Me metí para intentar separarla» hasta que, en un momento, ella también recibió. «La chica» que después le acuchillaría «se cayó al suelo y me cogió de los pelos, me agredió y ya conseguí separarlas», cuenta. Tan sólo pasaron 15 minutos cuando esta menor regresó de nuevo a la tienda, con la ropa cambiada, y con la compañía de su madre y su hermana de tan sólo 4 años. La joven lo hacía con un cuchillo de unos 30 centímetros en sus manos y la progenitora con un destornillador.

Jénnifer recuerda que primero fueron a la plaza del barrio en busca de la otra menor implicada en la pelea, pero al ver que no estaba entraron en la tienda donde en ese momento se encontraban la hija de la trabajadora y una amiga de esta, ambas de 8 años. Lo hizo primero la madre, que con el destornillador empezó a agredir a la dependienta. Luego lo hizo la hija con el cuchillo. Jonás, hermano de la víctima, intentó entrar a ayudarla pero se encontró con la progenitora amenazándole.

Fue entonces cuando la menor la apuñaló en repetidas ocasiones. «Vamos, mátala, málata», asegura que escuchó decir a la madre de la menor detenida. «¿Cómo es posible que una madre le diga eso a su hija?», se pregunta Jénifer, que señala que sólo pensó: «Hostias, Jenní, que te mueres, cúbrete la cabeza». «Creía que estas cosas sólo ocurrían en las películas», añade la dueña del comercio. «Cuando acabaron la madre le dijo: «Venga, vámonos y ya vendremos a matarla», apostilla.

Treinta puntos

La tienda quedó llena de sangre, con algunas sillas y varios productos tirados por el suelo que quedó ensangrentado por las heridas abiertas que sufría Jénnifer, de 33 años de edad. En cuestión de minutos se presentaron Policía Nacional y Policía Local, que ya habían acudido en la pelea inicial entre las dos menores, y la ambulancia. La agredida ingresó en el Hospital Doctor Negrín con las ocho puñaladas y, sobre todo, con la duda de si la herida punzante que tenía en el muslo le había afectado a la femoral. No fue así y, después de que le practicaran una treintena de puntos, le dieron el alta.

La Policía Nacional consiguió detener en un primer momento a la menor de 17 años -no 14 como informó ayer de forma errónea este periódico- y, horas después, a su madre al conocer el relato de la víctima, quien declaró que la progenitora le había propinado varias puñaladas con un destornillador. En el momento también fue arrestado el marido de Jénnifer por, presuntamente, amenazar de muerte a la autora de la puñalada y presentar resistencia a los requerimientos de los agentes de la Policía Nacional.

Los tres arrestados fueron puestos ayer a disposición judicial. La menor fue enviada al centro de internamiento para menores de Valle Tabares, en Tenerife, aunque en dos meses cumple la mayoría de edad; la madre quedó en libertad con cargos y con una orden de alejamiento de 150 metros de la víctima, y la pareja de la agredida fue puesta en libertad.