«Los okupas nos amargan la vida»

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

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alejandro martinez molina

Vecinos del barrio vigués de Lavadores denuncian que sufren amenazas, humos de cable quemado y ruido a diario

18 ago 2023 . Actualizado a las 00:38 h.

La Subida ó Sello siempre fue un barrio tranquilo en Lavadores hasta que hace cinco años una familia sin hogar okupó una vivienda abandonada. Los residentes del entorno denuncian que sus nuevos vecinos no respetan unas normas básicas de convivencia y que llevan todo este tiempo aguantando numerosos problemas. Gritos de madrugada, insultos, amenazas, acumulación de basura o quemas de cable hacen que la calle en la que decenas de familias vivían pacíficamente se haya convertido en un entorno muy hostil.

Los afectados demandan la expulsión de los okupas para poder recuperar la paz que disfrutaban antes de su llegada. Iván Rodríguez, que vive en la casa de enfrente, donde llegaron a empadronarse, señala que al principio quisieron brindarles una buena acogida pero, debido a su comportamiento, fue imposible. «Intenté tener relación con ellos. Los traté bien, pero no se puede con esta gente. Nos amargan la vida a todos los vecinos», añade.

Hay vecinos que prefieren no hablar porque tienen miedo a represalias. A otros les da lo mismo porque ya están hartos de la situación. Alicia Bugarín señala que lo llevan muy mal. «A mi marido ya le quisieron pegar. A mí me han insultado y escupido en mi portal», afirma.

Juan Bastos, otro vecino, afirma que es una de las personas más afectadas porque vive en la casa de enfrente al portal de entrada. Lleva unos 60 años viviendo en el barrio. «Soy nativo de aquí y siempre fue un sitio muy tranquilo, tanto este barrio como la Medoña y otros lindantes. Desde hace cinco años, esto es increíble, no se puede vivir», afirma. Denuncia que cuando su mujer pasa por enfrente de la casa recibe insultos y amenazas. También les han golpeado en la puerta del garaje de su casa. «Nos han entrado la finca, como a otros vecinos. Y cada vez hay más gente», señala.

Señalan que por las tardes y hasta la noche se juntan muchas personas en la vivienda okupada. Los vecinos han tenido que llamar muchas veces a la policía para reclamar su derecho al descanso. «A veces vienen e intervienen y otras no pueden por lo que sea» afirma Juan Bastos. Señalan que Ángel, uno de sus vecinos, que fue trabajador de Vitrasa se marchó a vivir a otra parte porque ya no soportó más el ambiente de tensión.

Afirman que estos días el Concello les puso un policía y les han tenido que llamar la atención para que no quemen cable y no metan el contenedor dentro de la casa okupada. «Llevan para adentro el contenedor de basura y creemos que de allí sacaron la información para poder haberse empadronado en otra casa» señala otra vecina. La quema de los cables provoca mal olor en todo el barrio. «Empiezan a picarte la garganta y los ojos y a toser. Está prohibido quemar cable. Se lo dices y, al día siguiente, lo vuelven a hacer», se queja esta vecina. También les preocupa que están haciendo obras dentro de la casa. Observan que están rompiendo paredes y temen que pueda producirse un desprendimiento hacia la calle.

Falta de respeto

«Me parece una falta de respeto cómo están tratando a mis vecinos y a mí», señala Iván Rodríguez Arias, artista urbano. «Aquí hay mucha gente que está sufriendo depresión, estrés y angustia por culpa de estas personas. La lían en todas partes. Soy muralista contratado por los ayuntamientos y desde que vivo esto no tengo como concentrarme en casa viviendo con esta gente»., señala, afirma. Denuncian que una vez hicieron explosionar un bidón y que la tapa fue a parar a otra calle y asustó a una persona mayor.

La Asociación de Vecinos de Lavadores tuvo conocimiento de la situación por el aviso de una socia. Desde la entidad vecinal contactaron con la policía. El presidente, Antonio Rodríguez, señala que los agentes del departamento de participación ciudadana han colaborado. «Han venido, escuchado a los vecinos, pero el problema sigue sin resolverse», señala el dirigente vecinal. Desde la asociación enviarán escritos al Concello tal y como les ha aconsejado la policía «y estamos a prestar apoyo a

Los residentes sin permiso niegan hacer ruido ni meterse con nadie en el vecindario

«No hacemos ruido ni nos metemos con nadie, todo es mentira», señala una de las mujeres que residen en la casa okupada del número 18 de la Subida ó Sello, en Lavadores. Estos residentes que no tienen permiso del propietario de la vivienda afirman que disponen de todos los servicios en la antigua casa abandonada. Enseña una factura de la luz para mostrar que se encuentran al corriente de pago. Respecto a la acumulación de basura en la puerta de la vivienda, afirma que pidió permiso al Ayuntamiento para que se la llevaran. Se trata de una familia que anteriormente vivía fuera de la provincia y que llegaron a Vigo tras ser desahuciados. Ocupan las dos plantas del inmuebles. En una vivienda vive una mujer con sus hijos y la otra la habita su hija mayor con su familia. Viven de la chatarra, queman cable y afirman que no se meten con nadie.

«Nos llaman gitanos de mierda. La mayoría somos despreciados y, por eso, somos un pueblo escogido por Dios», dice. La presencia de okupas es motivo de numerosos conflictos vecinales. Recientemente, vecinos de Valadares lograron echar a unas personas que se metieron a vivir dentro de una antigua nave abandonada. Tras esta okupación, comenzaron a proliferar los robos en las viviendas del entorno y causaron una gran alarma social. Los vecinos reclaman una mayor presencia policial para poder vivir tranquilos y prevenir estas invasiones de la propiedad.

los vecinos para que se resuelva el conflicto».