Naufragios famosos

Reconstruyen el rostro de la única mujer que navegó en el "Vasa"

Tras confirmar que los huesos encontrados en los restos del “Vasa", el buque de guerra sueco hundido en su viaje inaugural en 1628, pertenecían en realidad a una mujer a la que han llamado Gertrude, el artista forense Oscar Nilsson ha realizado una nueva reconstrucción facial que ha revelado el verdadero rostro de una de las víctimas de aquel trágico naufragio.

La nueva reconstrucción muestra a Gertrude con una chaqueta gris y un pañuelo en la cabeza y también con un singular sombrero de color rojo.

La nueva reconstrucción muestra a Gertrude con una chaqueta gris y un pañuelo en la cabeza y también con un singular sombrero de color rojo.

La nueva reconstrucción muestra a Gertrude con una chaqueta gris y un pañuelo en la cabeza y también con un singular sombrero de color rojo.

Oscar Nilsson

El 10 de agosto de 1628, el Vasa, una de las joyas de la corona de la Armada sueca, se hundía para siempre en las gélidas aguas del puerto de Estocolmo. Cuando en 1961 se recuperó el barco, en su interior se encontraron unos veinte esqueletos humanos que fueron examinados por los científicos. El objetivo era responder a la siguiente pregunta: ¿Quiénes fueron aquellas personas?

Las fuentes escritas de la época solo documentaban el nombre de uno de los treinta tripulantes del Vasa, así que los esqueletos recuperados fueron etiquetados con letras. Entre ellos se hallaba uno, al que designaron con la letra G, que tras ser estudiado se catalogó como un hombre al que los arqueólogos apodaron Gustav. Pero finalmente una investigación llevada a cabo durante este año demostró que en realidad Gustav era una mujer.

 

Una mujer con orejas grandes

En 2006, el artista forense Oscar Nilsson realizó una reconstrucción de Gustav, al que representó como un hombre de unos 45 años. Finalmente quedó sorprendido al enterarse de que los nuevos análisis genéticos habían concluido que G era una mujer que tenía entre 25 y 30 años cuando murió, sus ojos eran azules, su cabello rubio y su piel pálida. Dispuesto a corregir el error, y teniendo en cuenta los nuevos datos aportados por la investigación, Nilsson inició una nueva reconstrucción de G, a quien los investigadores rebautizaron como Gertrude, que acaba de presentar. 

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Nilsson aún disponía de la tomografía computarizada y de una impresión plástica en 3D del cráneo de G, y basándose en aquellos datos y en las características físicas (edad y peso) de las mujeres escandinavas modernas y del norte de Europa, el forense ha podido determinar el grosor del tejido de Gertrude. Estos datos fueron fundamentales a la hora de poder colocar los marcadores en una réplica del modelo de cráneo sobre el que Nilsson aplicaría capas de plastilina.

Marie Allen y la conservadora del Museo Vasa, Malin Sahlstedt, trabajan en la extracción de muestras de ADN de uno de los esqueletos encontrados a bordo del Vasa.

Marie Allen y la conservadora del Museo Vasa, Malin Sahlstedt, trabajan en la extracción de muestras de ADN de uno de los esqueletos encontrados a bordo del Vasa.

Marie Allen y la conservadora del Museo Vasa, Malin Sahlstedt, trabajan en la extracción de muestras de ADN de uno de los esqueletos encontrados a bordo del Vasa.

Vasamuseet/SMTM

De este modo, los datos biométricos guiaron a Oscar Nilsson para dar forma y tamaño a la nariz, los ojos y la boca de Gertrude. "Las orejas son más especulativas, pero dependen mucho del tamaño y la superficie del proceso mastoideo situado detrás de las orejas. Un proceso mastoideo grande significa una oreja grande. Y en el caso de Gertrude, ciertamente tiene procesos mastoideos prominentes", ha manifestado Nilsson.

Una vida muy dura

Aunque Nilsson tuvo "cuidado de tratar de darle una expresión lo más cercana posible a la de Gustav", las dos reconstrucciones faciales, como es lógico, presentan algunas diferencias. En la reconstrucción anterior, Nilsson había inclinado la nariz de Gustav hacia abajo, pero un nuevo análisis craneal reveló que la forma de la nariz de Gertrude era mucho más "típica". Como Gertrude es bastante más joven que Gustav, "tuve que darle más volumen en los labios", ha explicado Nilsson.

Nilsson tuvo "cuidado de tratar de darle a Gertrude una expresión lo más cercana posible a la de Gustav".

La reconstrucción de Gertrude tocada con el típico sombrero de color rojo con el que se asocia a la mujer del Vasa.

La reconstrucción de Gertrude tocada con el típico sombrero de color rojo con el que se asocia a la mujer del Vasa.

La reconstrucción de Gertrude tocada con el típico sombrero de color rojo con el que se asocia a la mujer del Vasa.

Anneli Karlsson, Museo Vasa/SMTM

El análisis del esqueleto de Gertrude, que es muy probable que fuera la esposa de uno de los marineros a bordo del Vasa, ha revelado asimismo que la vida de esta mujer fue muy dura y es casi seguro que durante el tiempo que pasó en el navío tuvo que levantar objetos muy pesados de manera constante. "Así que, a pesar de tener entre 25 y 30 años, su rostro debía de dar la impresión de haber trabajado de manera muy dura", ha manifestado el artista forense. De esta manera, Nilsson elaboró el rostro de una mujer marcada por el trabajo y consciente del trágico evento que marcaría su triste final. 

Los nuevos análisis demuestran que los restos óseos que al principio se pensó que eran de un hombre (reconstrucción de Gustav, a la derecha) en realidad pertenecieron a una mujer (reconstrucción de Gertrude, a la izquierda).

Los nuevos análisis demuestran que los restos óseos que al principio se pensó que eran de un hombre (reconstrucción de Gustav, a la derecha) en realidad pertenecieron a una mujer (reconstrucción de Gertrude, a la izquierda).

Los nuevos análisis demuestran que los restos óseos que al principio se pensó que eran de un hombre (reconstrucción de Gustav, a la derecha) en realidad pertenecieron a una mujer (reconstrucción de Gertrude, a la izquierda).

Anneli Karlsson, Museo Vasa/SMTM

En cuanto a la indumentaria, para la recreación de la chaqueta y el sombrero que viste Gertrude, Nilsson trabajó con la experta textil del Museo Vasa, Anna Silwerulv, y gracias a los fragmentos de ropa que quedaron adheridos a sus restos óseos en el momento de su hallazgo, y que fueron sometidos a un análisis microscópico, se ha podido saber que el sombrero que llevaba era de un color rojo brillante.

De esta pieza Nilsson cuenta que "el diseño original era llamativo: un sombrero muy alto, que nos recordaba la vestimenta festiva tradicional del campesinado sueco y también de los samis (un pueblo indígena que vive en el norte de Noruega, Suecia y Finlandia)", concluye el artista forense.