historias de gánsters

El misterio de la muerte de John Dillinger, el gángster más buscado del FBI

John Dillinger, uno de los gánsteres más escurridizos y peligrosos con los que se toparon los federales en la década de los años treinta, fue abatido a balazos cuando salía de un cine el 22 de julio de 1934. Casi un siglo más tarde, su muerte sigue envuelta en el misterio: su familia pidió a las autoridades la exhumación de su cadáver para comprobar que realmente fue Dillinger quien murió aquel día.

Foto: Cordon Press

Considerado el Enemigo Público Número 1, John Dillinger fue abatido a tiros por el FBI cuando salía del cine acompañado de dos mujeres el 22 de julio de 1934. Pero aunque una lápida del cementerio de Crown Hill, en Indiana, reza que allí yace John Dillinger, sus parientes están convencidos de que el gánster no murió aquel día y que en su lugar allí fue enterrada otra persona. Para corroborar esta teoría, la familia del famoso gángster solicitó permiso a las autoridades de Indiana para exhumar el cadáver. Y tras un tira y afloja, el Departamento de Salud del Estado aprobó su solicitud el 3 de octubre de 2019.

¿Trampa o montaje?

Avenida Lincoln 2424, Chicago. Allí se levanta el Biograph Theatre, un cine que ese día de julio proyecta la película Manhattan Melodrama, un film de serie negra protagonizado por la estrella de Hollywood Clark Gable y que se basa en la vida de un gánster que al final es ejecutado en la silla eléctrica (la película será traducida posteriormente como Enemigo Público Número 1). En el interior de la sala, disfrutando del pase, se encontraba un gánster de verdad: John Dillinger. Meses antes, Dillinger había sido arrestado y encarcelado en la prisión de Crown Point, en Indiana por el asesinato de un policía en Chicago. Pero, una vez más, el escurridizo delincuente huyó tras solo pasar un mes entre rejas. Con una pistola de madera forzó a uno de los guardias a que le abriera la celda y, tomando a dos rehenes, encerró en su interior al resto de funcionarios.

Dillinger había sido arrestado y encarcelado en la prisión de Crown Point, en Indiana por el asesinato de un policía en Chicago. Pero, una vez más, el escurridizo delincuente huyó tras solo pasar un mes entre rejas.

Meses antes de que el equipo de federales fuera a buscar a John Dillinger a la salida del cine, el delincuente ya había sido detenido y encarcelado por el asesinato a un policía. Estas imágenes muestran las fotografías de su ficha policial. 

Foto: CordonPress

Dillinger no tardó en organizar una nueva banda con la que llegaría a robar la nada despreciable suma de 150.000 mil dólares. Pero lo que el gánster no sabía entonces es que estaba siendo seguido muy de cerca por uno de los agentes más implacables del FBI: Melvin Purvis, que se la tenía jurada al delincuente. Aquel 22 de julio, un grupo de agentes liderado por Purvis estaba esperando a Dillinger a la salida del cine. El movimiento de tantos hombres armados alertó al responsable del local que rápidamente llamó a la policía, que nada más llegar se dio cuenta de que todos formaban parte de un dispositivo organizado por los federales para arrestar a un peligroso forajido. Al finalizar la película, Dillinger salió absolutamente tranquilo, en mangas de camisa y con su inseparable sombrero de paja, e iba acompañado por dos mujeres, una de las cuales iba vestida con un llamativo vestido rojo.

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La Dama de Rojo

Una de las dos acompañantes de Dillinger era Anna Sage, apodada posteriormente por la prensa como la Dama de Rojo, una inmigrante sin papeles de origen checoslovaco y que trabajaba como madame en un prostíbulo local. A cambio de traicionar al gánster (un hombre que para la prensa y la ciudadanía se había convertido en un héroe tras el desastre económico que representó el crack de 1929), Purvis había prometido a Sage encargarse de que se anulase la orden de deportación que pesaba sobre ella. Pero cuando salió del cine, Dillinger notó algo extraño en el ambiente, e intentó escabullirse entre el gentío hasta que se le acercó un hombre a pedirle fuego. Era Melvin Purvis. Las crónicas cuentan que entonces Dillinger intentó sacar su revólver, pero con solo hacer el ademán tres agentes abrieron fuego contra él y el gángster cayó abatido ante la conmoción de la gente que en ese momento salía del local.

Una de las dos acompañantes de Dillinger era Anna Sage, apodada posteriormente por la prensa como la Dama de Rojo, una inmigrante sin papeles de origen checoslovaco y que trabajaba como madame en un prostíbulo local.

El titular del diario ABC del 24 de julio de 1934 destacaba la noticia de este modo: "El famoso bandido John Dillinger es muerto a tiros por la Policía de Chicago cuando salía de un cine". La noticia seguía detallando el momento en que el famoso gánster era acribillado por los agentes del FBI: "Los planes de la policía para capturar a Dillinger habían fracasado repetidamente [...]. Cuando los agentes se encontraban muy cerca, apuntaron sus pistolas contra él y dispararon. No hubo, por lo tanto, lucha, pues Dillinger, aunque trató de sacar su pistola, no tuvo tiempo de llevarse la mano al bolsillo donde la guardaba [...]. Los disparos alcanzaron al gánster en la parte superior del cuerpo y cayó al suelo bajo los efectos de un colapso a causa de las heridas. Según el jefe del departamento de Justicia, a Dillinger se le salieron los ojos de las órbitas".

Después de ser arrestado en 1933, Dillinger volvió a organizar un gran robo con su banda. Desde entonces, la policía federal le fue pisando los talones. Como muestra la imagen sobre estas líneas, se ofrecía una jugosa recompensa de 15.000 dólares para aquel que lo encontrara 'vivo o muerto'. 

Foto: CordonPress

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Empieza el misterio

Durante los meses siguientes, la banda de Dillinger fue totalmente erradicada y su último miembro, Harry Pierpont, aseguró antes de ser ajusticiado en la silla eléctrica que "yo soy el único que sabe toda la verdad y me la llevo conmigo". Y es que tiempo después de la muerte de John Dillinger a manos de los agentes federales se publicaron los resultados de la autopsia realizada por el doctor J.J. Kearns. En ellos se ponía en duda que el cadáver al cual se hizo la autopsia fuera el del famoso gánster. Se llegó a decir que el muerto era un tal James Lawrence que, engañado por la famosa Dama de Rojo, acudió al cine en lugar de Dillinger. Incapaz de reconocer el error de Purvis, el FBI habría decidido ocultar los informes y dado por bueno el resultado de la autopsia.

Tiempo después de la muerte de John Dillinger a manos de los agentes federales se publicaron los resultados de la autopsia realizada por el doctor J.J. Kearns. En ellos se ponía en duda que el cadáver al cual se hizo la autopsia fuera el del famoso gánster.

Según siguió narrando el propio ABC, una multitud de curiosos se agolpó en la morgue para ver en persona el cadáver de Dillinger. El rotativo informó que "los extremos de los dedos habían sido mutilados con ácido, mientras que el pelo, las cejas y el pequeño bigote estaban teñidos de negro. En cuanto al rostro, Dillinger lo había alterado mediante una operación quirúrgica y, después de muerto, sus rasgos eran más duros y crueles que de vivo". La crónica finalizaba informando que muy posiblemente el cadáver de Dillinger fuera entregado a su padre para su entierro en Indianápolis.

Poco después, el 3 de agosto de 1934, otro periódico español, el Heraldo de Madrid, publicó una crónica en la que informaba de otro hecho muy curioso relacionado con el cadáver de John Dillinger. Al parecer, el encargado de las pompas fúnebres donde fue llevado el cuerpo del gángster para prepararlo para el sepelio quedó muy sorprendido al comprobar que le habían extraído el cerebro. Se dijo que el órgano fue extirpado por un equipo de neurólogos interesados en el estudio de una mente criminal tan interesante como la del famoso forajido.

Tiempo después de la muerte del delincuente a manos de la policía, empezaron a correr teorías que ponían en duda que fuera Dillinger el criminal asesinado. Algunos medios aseguraban que el cadáver había sido manipulado después de su fallecimiento. Una multitud de curiosos se reúne alrededor del cuerpo sin vida de Dillinger en la imagen sobre estas líneas. 

Foto: CordonPress

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"Mentiras" y litigios

Muchos años después del asesinato, en el año 2019, Carol Thomson, presentó un petición de exhumación del cadáver junto con un informe en el que solicitaba comprobar si el cuerpo enterrado en Indianápolis era el de John Dillinger, ya que como sobrina del famoso delincuente se creía en el derecho de saber, si su tío no había muerto a la salida de aquel cine, dónde había vivido, si había tenido hijos y nietos, y, si era así, si estas personas aún vivían. Por su parte, el FBI se defendió de las acusaciones de engaño argumentando que la petición de la familia era más propia de una teoría de la conspiración que de hechos reales. El 1 de agosto de ese mismo año, la Agencia Federal de Investigación colgó un tuit en las redes sociales asegurando estar en posesión de abundantes pruebas que demostraban que John Dillinger murió sin duda ese día.

El 1 de agosto de 2019, la Agencia Federal de Investigación colgó un tuit en las redes sociales asegurando estar en posesión de abundantes pruebas que demostraban que John Dillinger murió sin duda ese día.

Finalmente, el 31 de diciembre de 2019, el Departamento de Salud de Indiana aprobó la solicitud para la exhumación del cadáver tras la presiones recibidas por parte de la familia para que el juez concediera el permiso para ello. Susan Sutton, responsable de la Sociedad Histórica de Indiana, cree que la exhumación de los restos resultará clave para conocer definitivamente la identidad del hombre que fue enterrado en Crown Hill en 1934, aunque reconoce que, de llevarse a cabo, no va a ser una tarea fácil, ya que la tumba fue sellada con hierro y hormigón para frustrar posibles actos vandálicos. Pero la exhumación prevista no se ha llevado a cabo todavía a fecha de hoy. Al parecer, los familiares del famoso gángster al final prefirieron dejar las cosas como están. El misterio alrededor de la muerte de John Dillinger por ahora continúa...