Mariano Rajoy entra en campaña, como estaba previsto. El expresidente del Gobierno ha regresado a la escena pública por todo lo alto: en Madrid, de cañas junto al candidato del PP a la reelección para el Ayuntamiento, José Luis Martínez Almeida; y liberado las bridas institucionales de antaño. La versión mitinera de un Rajoy que ha repartido a diestro y siniestro, sin olvidarse de nadie. De la coalición Frankenstein, pasando por Ciudadanos y llegando hasta Vox. Incluso ha tenido unas palabras para la plataforma de Yolanda Díaz. “Sumar es el Partido Comunista”, deslizó el ex jefe del Ejecutivo, infiriendo de algún modo que nadie innova en política y que los “nuevos partidos que salen” no son sino ecos del pasado moldeados a los nuevos tiempos.

Fueron poco más de 20 minutos, pero Mariano Rajoy tuvo para todos en su versión más mitinera, la que ahuyenta los fantasmas de la corrección política de su discurso. En un escenario poco habitual, al menos para el expresidente del Gobierno, que aceptó la invitación de los cachorros populares y asistió a un encuentro Nuevas Generaciones en una reconocida terraza madrileña, flanqueado a su vez por el alcalde y candidato del PP a la reelección, José Luis Martínez Almeida.

La flexibilidad del formato dio vía libre a Rajoy para centralizar el tiro en Moncloa, y a partir de ahí, desgranar la margarita hasta señalar a todos los responsables de la polarización, a excepción por supuesto del propio PP. La premisa parte del Gobierno “Frankenstein” de Pedro Sánchez. Ese es el origen de todo, según el ex jefe del Ejecutivo, que acusa a su sucesor de adoptar decisiones “contrarias al sentir de la mayoría de los españoles”, partiendo del traspaso de prisiones al País Vasco para tender puentes con el PNV; un “trato condescendiente a los presos de ETA” para favorecer a Bildu o la reforma del delito de sedición y las rebajas de condenas por malversación para el beneplácito del independentismo catalán. No podía faltar una mención de soslayo a la Memoria Democrática, pues atribuye a la coalición un revisionismo histórico poco objetivo.

Rajoy ha pasado de los acuerdos a las leyes “ridículas” que ha aprobado el Congreso, citando “bienestar animal” y “sólo sí es sí”. Sobre esta última, de hecho, ha asegurado que es uno de los “mayores disparates”, al tiempo que su audiencia interrumpía su alocución con sonoro aplauso y bendecía el apoyo del PP a la reforma del polémico articulado. En consecuencia, ha recomendado la lectura del libro Breve tratado sobre la estupidez humana, a modo de resumen de lo que está ocurriendo en España y focalizando en el desdoblamiento del lenguaje.

Sumar y el comunismo

En cualquier caso, una vez hecho el diagnóstico principal, Rajoy argumentó que el Partido Popular es la única formación unida, sin ningún “problema” orgánico y con un líder, Alberto Núñez Feijóo, plenamente “consolidado”. De hecho, ha subrayado que el gallego “no ha tenido dificultades mayores a la hora de hacer las listas electorales”.

Rajoy: "Presentarse como el Partido Comunista no queda muy allá. Entonces hay que hacerlo como Sumar"

Un motivo que le ha servido de epígrafe para pasar a la ofensiva contra aquellas formaciones que duran “un cuarto de hora” o los que aparecieron y daban “la sensación de haber descubierto el Mediterráneo, pero que se han esfumado no se sabe muy bien cómo ni por qué”. Rajoy también se guardó lo suyo, en una clara alusión a Ciudadanos, para aquellos que “todavía no se han esfumado” y en un acto el próximo año “a lo mejor” se unen a la misma lista.

En esta oleada de partidos nuevos ha emergido Sumar, la plataforma que lidera la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. A esta nueva formación, cuyos principios básicos aún están en construcción, también ha sido objeto de las iras de un desatado Rajoy. “Siguen saliendo partidos”, continuaba el ex jefe del Ejecutivo, quien deslizó que “no queda muy allá” presentarse a las elecciones con las siglas del Partido Comunista”. “Entonces hay que presentarse como Sumar”, ha ironizado.

En este sentido, ha reivindicado la robustez de las siglas del Partido Popular, situándolo como una fuerza de “vocación” que está presente en todas las “instituciones” y que no se ha concebido nunca como “acompañante de nadie” y mucho menos “bisagrista de nadie”. Ello le ha llevado a loar a su acompañante, Martínez Almeida, a quien le define como “inteligente, competente y con sentido del humor”, más allá de su “experiencia política”. Alabanzas que se han tornado en una burla propia, recordando una de sus frases más célebres, al asegurar que como “vecino” votará al regidor madrileño el próximo 28 de mayo.