Roban los cuatro potentes motores de la narcolancha varada hace un mes en Muxía
MUXÍA
La sustracción se produjo en el interior de una nave municipal y la embarcación estaba precintada por orden judicial
27 abr 2023 . Actualizado a las 16:47 h.Con total libertad de movimientos y una tranquilidad pasmosa, sin ojos que delataran su presencia y la oscuridad de la noche como único y silencioso testigo. Así actuaron varias personas durante la madrugada de este martes al miércoles en Muxía. El objetivo, los cuatro potentes motores Yamaha de la narcolancha que apareció con la quilla al sol el pasado 24 de marzo en la playa de Nemiña. A estas personas les dio tiempo suficiente para desmontar los propulsores de la popa de la embarcación, que mide unos 13 metros de eslora, transportarlos hasta un vehículo próximo y trasladarlos posteriormente hasta el sitio previamente establecido. Y todo ello sin un solo testigo de lo acaecido.
Cada motor, de cuatro tiempos, pesa entre 260 y 268 kilos y desarrolla una potencia de 300 caballos merced a los 4.000 centímetros cúbicos alojados bajo la carcasa. El precio medio por unidad ronda en las tiendas especializadas los 44.000 euros, por lo que el botín final logrado alcanza los 176.000 euros, la mitad del coste total de la narcolancha.
La planeadora varada en Muxía había sido trasladada en camión hasta una nave que el Concello tiene en el lugar de Os Muíños apenas 24 horas después de ser hallada en el arenal. Los trabajos fueron supervisados por agentes de la Guardia Civil y de Aduanas. Una vez depositada en esta instalación municipal fue precintada por orden de un juzgado de Corcubión, cuyo titular investiga la procedencia, uso y posibles propietarios y tripulantes.
Pero este miércoles por la mañana un operario municipal se encontró con la puerta principal de la nave forzada. Al abrirla descubrió que a la embarcación le faltaban los cuatro propulsores y dio rápidamente la voz de alerta a las fuerzas de seguridad. Agentes del instituto armado se desplazaron este miércoles hasta Os Muíños para iniciar las pesquisas con la finalidad de tratar de determinar quienes sustrajeron los propulsores y, lo más importante, el porqué de esta actuación.
Eliminar pruebas
Las primeras hipótesis apuntan a un robo para vender, bajo pedido, los motores, bien enteros, bien por piezas, y conseguir así un jugoso beneficio económico. La alternativa podría ser borrar posibles pistas sobre el uso, propiedad y trazabilidad de estos propulsores o que se hubiesen robado simplemente para repararlos e instalarlos en otra planeadora ante la posible dificultad de conseguir otros motores de manera rápida y eficiente desde el norte de Marruecos, país desde el que se sospecha procede la mayor parte de los motores obtenidos por los narcos en el siempre prolífico mercado negro. En definitiva, dificultar la investigación.
Según apuntó un testigo, los motores de la narcolancha varada en Muxía en la tarde del 24 de marzo se encontraban «bastante bien», pese a que les faltaban las carcasas exteriores, presentaban algún que otro desperfecto por los impactos contra las rocas y por el traslado, a través de una pala retroexcavadora, de la planeadora desde la playa hasta el camión. También acumulaban arena como consecuencia de llevar tiempo con la quilla al sol. «Pero, en general, presentaban un buen aspecto y por lo que cuesta cada uno se le puede sacar rendimiento y hacer un buen negocio».
Agentes de la Policía Judicial investigan la narcolancha en busca de posibles pruebas o indicios que lleven a la identificación de los ladrones. También analizan posibles marcas de neumáticos en la zona próxima a la nave que sirvan para determinar qué tipo de vehículo fue empleado para el transporte, aunque, en principio, quedó descartado el uso de un vehículo pesado, tipo camión. Los cuatro motores superan la tonelada de peso.