Gandhi, cretinos e impuestos: el problema de la India con la sal

Gandhi, cretinos e impuestos: el problema de la India con la sal
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Basta con una simple cucharadita de café. La sustancia que puede solventar uno de los mayores problemas de salud pública del mundo es barata, común, y cada ser humano, a lo largo de toda su vida, tan solo necesita de ella la cantidad que cabría en una simple cucharadita de café.

Esa sustancia mágica es el yodo. Y, a pesar de la poquísima cantidad que se necesita para estar sano, hay personas que no tienen acceso a esa cucharadita para toda una vida. En el caso de la India. Sin embargo, el rechazo al yodo no es por falta de recursos, sino por miedo, falta de educación, impuestos desproporcionados y la opinión que tenía Gandhi acerca de la sal.

¿Por qué la India está llena de cretinos? Gandhi podría ser la razón

Mahatma Gandhi podría ser la razón, en efecto. Bueno, una de tantas razones concatenadas. Como aquello de las alas de mariposa que aletean en un sitio y producen un huracán en el otro lado el mundo. Fichas de dominó cayendo secuencialmente. Ya entendéis la imagen: eso fue Gandhi, la primera ficha. Y ahora en India hay cretinos y otros enfermos de nacimiento.

Vamos a explicar la cadena causal, paso a paso.

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La deficiencia de yodo en la dieta diaria produce 30.000 niños muertos y más de 120.000 con cretinismo, retraso mental, deficiente desarrollo físico, sordomudos o paralíticos.

El caso de la India es el más impresionante, con 500 millones de personas afectadas por la deficiencia, 54 millones con bocio, y dos millones con cretinismo: un trastorno neurológico que les impide crecer normalmente. Padecen problemas motores, pueden ser sordomudos, tener la piel seca, ausencia de pestañas y cejas y retraso en la madurez sexual.

En el norte del Congo podemos encontrar muchos de ellos: los cretinos congoleños pueden llegar a cumplir veinte años sin mostrar atisbos de pechos o vello púbico, mestruación o eyaculación, y siempre miden menos de un metro de altura.

Otro lugar donde hubo una gran concentración de cretinos fue en el cantón suizo de Valais: de los 70.000 habitantes del cantón, 400 eran cretinos. La razón de esta proliferación de cretinos tanto en el Congo como en Valais, así como en otros lugares, es que se hallan en las grandes cordilleras: los Andes, el Atlas, las tierras altas de Nueva Guinea, el Himalaya.

¿Qué tienen de especial estos lugares? Su tierra, que es escasa en yodo. Las lluvias y las glaciaciones arrastran el yodo del suelo, hasta el punto de que las plantas de las que se alimentan los seres humanos también escasean en yodo, y el cretinismo es provocado por una dieta que contiene poco yodo.

Pero en la India el problema es más grave.

La yodación de la sal es un procedimiento relativamente sencillo cuando puede concentrarse en un sólo punto. Cuando la producción de la sal está en manos de pequeñas empresas (sólo en la India, su número supera las 10.000) el proceso se complica.

El motivo de esta diversificación se debe a que la sal era uno de los pocos bienes que tenía la India, y el Imperio Británico estableció impuestos para su fabricación. Para protestar contra el opresivo impuesto británico a la sal, Gandhi dirigió al pueblo indio en 1930 en la famosa marcha a Dandi. A partir de entonces, los indios empezaron a fabricar sal ilegalmente. La sal yodada, para los indios, era una imposición occidental, del Imperio británico, de modo que se negaba taxativamente a tomarla. La sal era del pueblo y para el pueblo. Pero las tierras de la India son pobres en yodo.

Esta tendencia duró años, tal y como explica Sam Kean en su libro La cuchara menguante:

En 1998, cuando el gobierno federal indio obligó a prohibir la sal común en tres estados que todavía se resistían, se produjo una reacción negativa. Los pequeños productores familiares de sal protestaron por el coste añadido en el proceso. Los nacionalistas hindúes y gandhianos arremetieron contra la imposición de la ciencia occidental. Algunos hipocondríacos incluso se preocuparon, sin fundamento, de que la sal yodada pudiera difundir el cáncer, la diabetes, la tuberculosis y, lo más extraño, el malhumor. (...) Afortudamente, la revocación sólo se extendió hasta 2005, cuando se volvió a prohibir la sal común. El problema del yodo en la India, sin embargo, quedaba irresoluble. Sigue vivo el resentimiento en nombre de Gandhi. Con la esperanza de inculcar algo de amor por el yodo a una generación con menos vínculos con Gandhi, Naciones Unidas anima a los niños a llevarse a hurtadillas un poco de sal de su casa hasta la escuela. Allí, juegan con sus maestros a un juego de química haciendo ensayos de deficiencias de yodo. Pero ha sido una batalla perdida.

Vía | Explored
Fotos | Wikipedia | Wikipedia
En Diario del Viajero | Guía para organizar vuestro primer viaje a India

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