Si faltaba algún actor para que el Mundial de Qatar terminara de ponerse patas arriba, ya está aquí. Se trata de Al Qaeda. El grupo terrorista ha pedido a los musulmanes de todo el mundo no acercarse a la cita futbolística porque el país organizador lleva a “personas inmorales, homosexuales, sembradores de corrupción y ateísmo a la Península Arábiga”.

Asimismo, considera que el evento sirve en realidad para desviar la atención de la “ocupación de países musulmanes y su opresión”. La banda armada ha lanzado el mensaje a través de un comunicado en el que “advierte” a sus “hermanos musulmanes” que “no sigan el Mundial ni asistan a él”.

Con todo, la seguridad del territorio anfitrión asegura que no hay peligro alguno y afirma que ha entrenado a más de 50.000 personas y que contará además con ayuda de fuerzas policiales extranjeras para que los asistentes puedan disfrutar de los partidos.

Más polémica en Qatar: amenaza a las selecciones que lleven el brazalete arcoíris

Hasta siete selecciones se habían comprometido a llevar el brazalete arcoíris en tono de repulsa por la vulneración de los derechos humanos en el país qatarí. Sin embargo, los equipos que ya habían demostrado su disposición e, incluso, su convencimiento para ello, se han visto obligados a recular ante el chantaje de la FIFA, que amenaza con sanciones.

Así las cosas, Inglaterra, Gales, Bélgica, Dinamarca, Alemania, Países Bajos y Suiza no lucirán finalmente el lema One love en la manga. Los siete equipos han elaborado un comunicado conjunto con el que lamentan que no pueden dejar que sus jugadores corran el riesgo de verse amonestados e, incluso, fuera del torneo.

El capitán de Inglaterra, Harry Kane, es el primero que iba a llevar el complemento en la camiseta de los leones en el enfrentamiento de este lunes de su selección contra Irán. Los equipos han demostrado estar dispuestos incluso a “pagar las multas que normalmente se aplicarían a las infracciones de las normas del kit”, pero asumen que no pueden permitir que los futbolistas sean amonestados con tarjeta amarilla o, incluso, “obligados a abandonar el terreno de juego”. “Estamos decepcionados, puesto que somos firmes defensores de la inclusión y mostraremos nuestro apoyo de otras maneras”, apostillan.

Controversia en la FIFA: de la camiseta de Dinamarca a las palabras de Infantino

La FIFA no abandona el barco de las polémicas desde que anunciara que Qatar iba a acoger el Mundial más insólito de todos los tiempos. La pasada semana, incluso antes de que echara a rodar el balón en el partido inaugural entre Qatar y Ecuador, el presidente del organismo, Gianni Infantino, tachó de “hipócritas” a los críticos con la cita mundialista y defendió que los europeos deberíamos “disculparnos para los próximos 3.000 años por lo que hemos hecho en los últimos 3.000”.

“Hoy me siento qatarí, hoy me siento árabe, hoy me siento africano, hoy me siento gay, hoy me siento discapacitado, hoy me siento trabajador migrante", argumentaba. Con todo, las controversias de la FIFA no se quedan ahí, ya que también prohibió a Dinamarca vestir una camiseta de entrenamiento en la que se podía leer “Derechos humanos para todos”. Los organizadores del torneo se limitan a pedir no mezclar el deporte con lo que consideran aspectos políticos.