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Por lo visto era un secreto a voces dentro de la industria: hacía tiempo que Willis no estaba bien. Con 7 títulos en 2021 y otros 11 pendientes de estreno, en los últimos diez años Bruce Willis ha hecho casi tantas películas como en el resto de su carrera. Casi todas son pelis de acción de bajísimo presupuesto, entre malas y muy malas, muy lejos de las grandes ligas de Hollywood y del talento del actor deJungla de cristal, Pulp Fiction y El sexto sentido. La prensa española le había plantado hacía ya tiempo, los críticos apenas prestaban atención a su carrera y era frecuente oír a los fans lamentarse de su criterio a la hora de escoger los papeles. Los Premios Razzie incluso habían considerado gracioso crear la categoría “la peor película de Bruce Willis en 2021”. En ese momento tal vez lo era. ¿En qué estaba pensando Bruce Willis?
Pero tras la noticia de que Bruce Willis deja el cine después de que le hayan diagnosticado de afasia, un trastorno de alteración del lenguaje que impide que se pueda comunicar correctamente, estos últimos años cobran un nuevo y trágico significado. ¿Pudo haberle cerrado Hollywood sus puertas por ello?
Casi dos docenas de personas que trabajaron con Willis durante este tiempo le han expresado a Los Angeles Times que estaban preocupados por la salud del actor, que mostraba problemas de memoria y desorientación. En algún momento, Willis tuvo que comenzar a emplear un pinganillo que le chivaba las frases en el set porque no era capaz de recordar sus líneas. Y si las escenas exigían algún esfuerzo físico, especialmente si implicaban disparos o coreografías complejas, la legendaria estrella del cine de acción tenía que utilizar a un doble como sustituto.
Un día, durante el rodaje de Mercenarios de élite, Willis disparó una pistola con balas de fogueo antes de tiempo. Nadie salió herido y repitieron la toma, pero Willis se volvió a equivocar. La productora de la película ha negado que esto sucediera, pero los informes de Los Angeles Times coinciden en que en ese rodaje Willis estaba algo desorientado.
Entonces no conocíamos el estado de salud del actor y tras ver la película solo podíamos lamentarnos del punto más bajo de su carrera, con un 3,4 en IMDB y un 0% en Rotten Tomatoes. Parecía un caso más de una estrella del cine de acción en decadencia, relegada a películas de serie B dispuestas a pagarle 2 millones de dólares por dos días de trabajo, pero al contrario que Nicolas Cage, Sylvester Stallone o John Travolta, Bruce Willis parecía tan desganado que no había manera de defenderlo. Ahora sabemos que su situación era muy diferente al resto.
¿De dónde viene todo esto? La afasia es un trastorno producido por lesiones en el hemisferio izquierdo del cerebro que pueden tener múltiples causas como un golpe, una embolia o un tumor. Algunos amigos de Bruce Willis le han expresado a The Sun que en su caso puede remontarse a las lesiones producidas durante el rodaje de Lágrimas del sol en 2002, cuando fue golpeado en la cabeza por un dispositivo pirotécnico.
Willis demandó a la productora en 2004 por “lesiones mentales y físicas sustanciales”, pero después todavía hizo varias películas importantes dentro de Hollywood como la siempre reivindicable 16 calles y La Jungla 4.0. Según el amigo que habló con The Sun, “los cambios se hicieron notorios hace unos cinco años… Todos los que lo conocieron sabían que algo andaba mal, simplemente no sabíamos el diagnóstico exacto”.
Lo cierto es que en torno al año 2010 Willis comenzó a apartarse de las grandes producciones de Hollywood (o ellas comenzaron a apartarle a él) y comenzó a limitarse a papeles secundarios y películas corales como Moonrise Kingdom (2012) o el crossover de viejas glorias del cine de acción que fueron Los mercenarios 1 y 2 (2010 y 2012), a secuelas de sus grandes franquicias como la quinta entrega de Jungla de cristal (2013) y Sin City 2 (2014) y títulos de derribo en los que a menudo ni siquiera es el protagonista, sino un secundario con el peso justo para poder utilizar el nombre del actor como reclamo en el póster.
Su primer gran bluf fue el año 2011, en el que estrenó Setup y Situación límite con un 4,4 y un 4,6 respectivamente en IMDB. Pero un año después Rian Johnson le dio uno de sus últimos grandes papeles protagonistas en Looper, que parecía remitir al clásico de 12 monos. A partir de entonces, entre los pocos directores que le volvieron a dar una oportunidad destacaron Edward Norton con un papel secundario en Huérfanos de Brooklyn y su amigo M. Night Shyamalan, para quien había protagonizado El sexto sentido y que entonces le devolvía al personaje de El protegido con Glass. Ambas de 2019.
En 2020 los problemas de memoria y desorientación de Willis ya eran de gravedad. Algunosn de los directores que trabajaron con él después de que Hollywood le cerrara sus puertas llegaron a sentirse incómodos por tenerle trabajando en esas condiciones. Uno de ellos, Mike Burns, ha dicho a Los Angeles Times que no fue verdaderamente consciente de la gravedad de su situación hasta el rodaje de Sin escapatoria en 2020, cuando le pidieron que acortara sus diálogos y tuvo que terminar condensándolos en un solo día de rodaje.
Después de aquello Burns dudó si volver a trabajar con Willis así, pero tras una llamada con uno de sus socios en la que le prometieron que estaba mucho mejor volvió a contar con él para The Wrong Place, que se rodó en octubre del año pasado. Sin embargo, Willis "estaba peor". Burns acabó decidiendo que no podía seguir haciendo películas con él. Ahora está "aliviado de que se tome un tiempo libre".
Por su parte, después de conocer el diagnóstico de su amigo, Shyamalan le ha lanzado un emotivo mensaje de apoyo: "Todo mi amor y respecto a mi hermano mayor Bruce Willis. Sé que su maravillosa familia lo está envolviendo de apoyo y fuerza. Siempre será ese héroe en ese póster de mi pared cuando era niño".
