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La Comunidad de Madrid eliminó las ayudas para 85 científicos de élite en plena pandemia

Investigadores punteros como Rubén García, de la Universidad de Harvard, contaban con esta subvención para regresar a España

La presidenta Isabel Díaz Ayuso, durante una visita al laboratorio central del Canal de Isabel II, en Madrid, en noviembre de 2019.
La presidenta Isabel Díaz Ayuso, durante una visita al laboratorio central del Canal de Isabel II, en Madrid, en noviembre de 2019.Comunidad de Madrid
Manuel Ansede

El biólogo español Rubén García se quedó estupefacto el 22 de febrero en su laboratorio de la Universidad de Harvard (EE UU). Acababa de descifrar el código que utilizan las células para enviarse mensajes a distancia y había publicado sus resultados en el templo de la ciencia mundial, la revista Nature. Aquella mañana, los periódicos españoles hablaban de la guerra interna en el Partido Popular, tras destaparse que el hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid había recibido un ingreso de 283.000 euros de una empresa que obtenía contratos públicos a dedo para suministrar material sanitario. Al investigador de Harvard le llamó la atención la cantidad, porque estaba pendiente de una ayuda de la Comunidad de Madrid —creada para fomentar el regreso de científicos de élite— y la cuantía era similar, aunque a cambio de cinco años de duro trabajo. Aquella mañana, un técnico de la Consejería de Educación le comunicó que, “dadas las circunstancias de pandemia sufridas”, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso había eliminado una convocatoria anual de las ayudas de su Programa de Atracción de Talento.

Una portavoz de la consejería confirma a EL PAÍS que 85 investigadores punteros se quedaron sin poder recibir estas ayudas. Rubén García contaba con esta subvención para dejar Harvard e incorporarse este otoño al Centro Nacional de Biotecnología, en Madrid, donde ya había llegado a un acuerdo para continuar sus investigaciones, con posibles aplicaciones en el diagnóstico precoz del cáncer y en el tratamiento de enfermedades, como la diabetes. La convocatoria de 2022 se publicará en mayo o en junio, según le comunicó el técnico, pero la resolución se podría retrasar hasta el año que viene. “Yo no tengo dónde estar a partir del verano”, lamenta García, que también va a solicitar otras ayudas nacionales y europeas para regresar a Madrid, donde nació hace 35 años.

El inicio de 2020 fue dramático para la Comunidad de Madrid, una de las regiones más afectadas durante la primera ola de covid. Se pasó de un centenar de muertes al día en un año normal a más de 650 en el pico de la pandemia. La presidenta Isabel Díaz Ayuso, del Partido Popular, gobernaba entonces con el apoyo de Ciudadanos, pero necesitaba al partido ultra Vox para aprobar las cuentas públicas de 2020. Había una guerra entre todos y no hubo acuerdo. La comunidad llegó a 2021 con los presupuestos de 2019 prorrogados, unos 20.000 millones de euros. La portavoz de la consejería afirma que, en 2020, “debido a la prórroga de presupuestos y a las dificultades en los trámites administrativos derivados de la situación de pandemia, no se pudo hacer una convocatoria nueva” de las ayudas.

El biólogo español Rubén García, en su laboratorio de la Universidad de Harvard, en Boston (EE UU).
El biólogo español Rubén García, en su laboratorio de la Universidad de Harvard, en Boston (EE UU).CENTRO JOSLIN DE DIABETES

Rubén García quería optar a una bolsa de 200.000 euros para investigar durante cinco años, más 55.000 euros anuales de salario. Es una de las ayudas más importantes en el contexto español, pero su cuantía es minúscula comparada con los 1,5 millones de euros para cinco años que ofrece la Asociación Helmholtz de Alemania a jóvenes investigadores punteros. “Yo he tenido ofertas más atractivas económicamente en otras ciudades y en otros países, pero quiero seguir intentando volver a Madrid”, explica García, un científico criado en el municipio madrileño de Alcorcón que lleva 12 años investigando en Canadá, Alemania y EE UU.

La portavoz de la Consejería de Educación argumenta que la prórroga de los presupuestos y la rigidez del techo de gasto impidieron asumir nuevos compromisos y obligaron a saltar una convocatoria de las ayudas. El Gobierno de Pedro Sánchez, en cambio, sí fue capaz de mantener e incluso aumentar el equivalente nacional de estas ayudas, las Ramón y Cajal, pese a trabajar también con presupuestos prorrogados desde 2018. El Ministerio de Ciencia e Innovación aprobó 247 ayudas para 2020, con un total de 80 millones de euros, un 30% más que el año anterior.

La Comunidad de Madrid suele salir muy bien en la foto de la ciencia en España. Es la segunda autonomía con mayor gasto en Investigación y Desarrollo (I+D) por habitante, solo por detrás del País Vasco. Este dato, sin embargo, es un espejismo, porque incluye las inversiones de las empresas privadas y de las instituciones científicas del Estado con sede en la capital. Los datos del Ministerio de Ciencia revelan que, en realidad, la Comunidad de Madrid es la tercera por la cola en porcentaje del presupuesto dedicado a la I+D, con un 0,64% en 2020, muy lejos del 3,3% de La Rioja, del 2,9% del País Vasco o del 2,4% de Castilla y León.

La Comunidad de Madrid es la tercera por la cola en porcentaje del presupuesto dedicado a la I+D, con un 0,64% en 2020

La arqueóloga Alicia Torija, diputada de Más Madrid en la Asamblea, es muy crítica con el Ejecutivo de Díaz Ayuso. “La realidad del Gobierno regional es que no apuesta por la ciencia. No solo se saltó la convocatoria de 2020 sin dar explicaciones, sino que la de 2021 salió a finales del año sin mejoras sustanciales, sin tener presente los estragos que la covid ha causado en las carreras investigadoras y sin ninguna perspectiva de género”, opina. “Había mecanismos para poder realizar la modificación presupuestaria necesaria o haber realizado contrataciones con cargo a otras partidas o con carácter de urgencia. Como casi siempre, es cuestión de voluntad política”, sentencia.

El abogado Fernando Fernández Lara, diputado y portavoz de Hacienda del PSOE en la Asamblea, también denuncia el secretismo de la consejería y no acepta sus excusas para dejar a 85 investigadores de élite sin ayudas. “Lo han silenciado absolutamente. La atracción del talento no está en la hoja de ruta de este gobierno”, reprocha. El ingeniero químico Francisco Javier Vilaplana, presidente de la Red de Asociaciones de Investigadores y Científicos Españoles en el Exterior (Raicex), explica que su organización también desconocía la decisión de la Comunidad de Madrid de suprimir las ayudas de 2020.

La portavoz de la consejería detalla que la convocatoria ordinaria de 2020 desapareció, pero se adelantó la de 2021 —con unos cuatro millones de euros— a diciembre de 2020. “A esa convocatoria adelantada se la llamó Talento 2020, pero en realidad es la de 2021″, aclara la misma fuente. Esa confusión con los nombres hizo que nadie se percatara hasta ahora de que las ayudas se habían esfumado. La Consejería de Educación está encabezada actualmente por Enrique Ossorio. Entre agosto de 2019 y marzo de 2021, el consejero con competencias sobre estas ayudas era Eduardo Sicilia, responsable de la cartera de Ciencia, Universidades e Innovación hasta que Isabel Díaz Ayuso decidió fulminar a todos los consejeros de Ciudadanos.

La presidenta madrileña destacó el pasado 2 de febrero que su gobierno ha incrementado casi un 50% el presupuesto destinado a ciencia e innovación para 2022, hasta los 172 millones de euros. “Esta Comunidad registra cada año el mayor volumen de inversión en I+D en el sector público y en el privado, pero no es suficiente y queremos más y mejor investigación”, proclamó Díaz Ayuso en la ceremonia de entrega de los premios científicos de la comunidad. La presidenta aseguró que su gobierno entiende la ciencia “como una estrategia global y con medidas de apoyo a la investigación fijadas en el tiempo”. Para el diputado socialista Fernández Lara, 172 millones “para una comunidad como la de Madrid es una apuesta irrisoria que no sirve para atraer a nadie”.

El biólogo Rubén García lamenta la oportunidad perdida. “La pandemia debería haber sido un impulso para darnos cuenta de que hay que meter más dinero en ciencia, en vez de reducir su presupuesto. Como ejemplo, las vacunas para la covid. Se pudieron hacer tan rápido porque se habían dedicado esfuerzos e inversiones durante muchos años”, reflexiona. “Los descubrimientos que los investigadores llegados con estas ayudas fuesen a hacer puede que fueran la base de tratamientos contra enfermedades actuales o futuras, además de ser un aporte a la riqueza de nuestra región. Al perder esa convocatoria, todo esto se ha perdido y esos investigadores se han ido a otras regiones o a otros países a aportar sus nuevas ideas”.

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Sobre la firma

Manuel Ansede
Manuel Ansede es periodista científico y antes fue médico de animales. Es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Licenciado en Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid, hizo el Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia, Tecnología, Medioambiente y Salud en la Universidad Carlos III

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