La empresa británica que intentó recuperar la tarjeta SD de la exasesora de Iglesias concluye que es ilegible
Según el informe remitido al juez García Castellón, la tarjeta no está destruida físicamente pero no se puede acceder a ella "a través del 'software' especializado en recuperación de datos"
El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, en la XXXIII Edición de los Cursos de Verano en San Lorenzo de El Escorial. / Eduardo Parra (EUROPA PRESS)
La empresa británica que intentó recuperar la tarjeta SD de la exasesora de Pablo Iglesias, Dina Bousselham, concluye en un informe remitido a la Audiencia Nacional que la micro SD Samsung 32 GB del teléfono de la exasesora del vicepresidente del Gobierno es ilegible desde septiembre del año 2017. El informe de 40 páginas al que ha tenido acceso la Cadena SER está ya en manos del juez Manuel García Castellón y fue encargado por la ex pareja de Bousselham, Ricardo Sa Ferreira.
El informe de la empresa británica Recuperación Express concluye que “cuando la tarjeta llega a la empresa estaba físicamente intacta, sin ningún cortocircuito pero que no se ha podido recuperar el contenido utilizando el software de recuperación de datos especializados”. La empresa radicada en Gales se responsabiliza de parte de los daños que la tarjeta presenta en uno de sus plásticos pero no dirime el objetivo del juez García Castellón: saber cómo se destruyó la tarjeta antes de que acabase en esta empresa.
La sociedad británica ofreció a Sa Ferreira otro plan para intentar acceder a los datos a cambio de 600 euros advirtiéndole que el éxito no estaba asegurado pero él rechazó la oferta y pidió que le enviarán la tarjeta de vuelta a Madrid.
La historia de la tarjeta de Dina Bousselham comenzó el 1 de noviembre del año 2015 cuando ella y su pareja denunciaron un robo en el Ikea de Alcorcón. Dos meses después la tarjeta SD llegó a la revista Interviú, que no publicó nada.
El presidente del Grupo Zeta, Antonio Asensio llamó a Pablo Iglesias y le dió la tarjeta el 20 de enero del 2016, que comprobó su contenido en la redacción de la revista. Iglesias se quedó durante meses con la tarjeta y cuando finalmente se la entregó a Bousselham la micro SD ya estaba destruida.
