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La presión de ERC obliga al Gobierno a recuperar la mesa de diálogo que quería posponer para después de las catalanas

Pedro Sánchez y Quim Torra en su encuentro en Pedralbes

Fátima Caballero

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Por la mañana, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha dejado en el aire la reunión entre Pedro Sánchez y Quim Torra. Poco después, la Moncloa ha emitido un comunicado para asegurar que el encuentro entre el presidente del Gobierno y el de la Generalitat se iba a celebrar, pero se retrasaba la mesa de diálogo sobre “el conflicto político” hasta después de las elecciones catalanas. A última hora del día, un nuevo comunicado del Ejecutivo rectificaba esa decisión tras la reunión que ha mantenido Sánchez con el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián.

El Gobierno asegura ahora que abordará “la mesa de diálogo entre gobiernos acordada” antes de que se celebren las elecciones catalanas, pese a haberlo descartado por la mañana. Así lo asegura el Ejecutivo en un comunicado emitido al filo de las 19.00 horas. Entre una decisión y la contraria ha mediado también un comunicado de Esquerra Republicana, a medio día, en el que aseguraban que se había producido un “incumplimiento flagrante” del acuerdo de legislatura que hizo presidente a Sánchez, cuyos votos necesita el Gobierno también para sacar adelante los presupuestos de 2020.

Esa presión pública de los republicanos también se ha trasladado en privado. Según ha adelantado TV3 y ha podido confirmar eldiario.es, el portavoz de Esquerra Republicana en el Congreso, Gabriel Rufián, ha tenido un encuentro esta tarde en la Moncloa con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La reunión ha comenzado a las 17.00 horas y ha durado en torno a una hora, aseguran fuentes de ERC.

Estas mismas fuentes señalan que la reunión ha ido bien y que con ella se ha conseguido reconducir la situación generada después de que el Gobierno anunciase que posponía la mesa de diálogo a después de las elecciones catalanas. Desde la formación republicana consideraban que esa decisión no ayudaba a resolver la crisis catalana, es más, podía agudizarla.

“A lo largo del día de hoy, hemos escuchado poner en duda nuestra voluntad de dialogar y nuestro compromiso de cumplir con los acuerdos pactados”, señala Moncloa en su último comunicado en referencia a las críticas de ERC. “En este sentido, y para descartar cualquier duda respecto a nuestra voluntad de dialogar, manifestamos nuestra disposición a celebrar la mesa de diálogo entre gobiernos acordada, antes de las elecciones catalanas”, concluye.

El PSOE atribuye el cambio al “convencimiento político”

A última hora del día, la portavoz parlamentaria del PSOE, Adriana Lastra, ha atribuido ese cambio de postura a que los socialistas siempre han defendido el diálogo con los independentistas “incluso cuando ellos no querían hablar con el Gobierno de España y con el PSOE”. Preguntada por si el cambio de postura respondía a las presiones de ERC, Lastra ha contestado que se debe “al convencimiento político”.

“Se va a celebrar esa reunión, tendremos esa mesa entre gobiernos, la verdad es que lo que no podíamos permitir es que se pusiera en cuestión la voluntad de diálogo del Gobierno de España”, ha asegurado Lastra en declaraciones a los periodistas. “Nuestra voluntad es clara, encauzar un conflicto, queremos dar certidumbre”, ha añadido.

La Generalitat no ha querido quedarse fuera de la cadena de comunicados. Poco antes de las 21.00 horas han informado de que el gabinete del president Torra había hablado con su homólogo en Moncloa tras el primer comunicado del Gobierno. Según el Govern, en esa conversación “le ha expresado que no se podía estar hablando del lugar de la reunión y al mismo tiempo estar enviando un comunicado en aquellos términos”.

“Le ha dejado claro que el presidente hablaría del derecho de autodeterminación y de la mesa de negociación dijeran lo que dijeran que así habían quedado por teléfono ambos presidentes”, asegura la Generalitat.

Moncloa quería aplazar la mesa de diálogo

En el comunicado previo este mediodía por la Secretaría de Estado de Comunicación, Moncloa informaba de que Sánchez mantendría la reunión con el president de la Generalitat, Quim Torra, prevista para el próximo 6 de febrero en Barcelona pese a la convocatoria electoral, pero que aparcaría para después de la celebración de los comicios –que todavía no tienen fecha– el diálogo sobre “el conflicto político”.

“El Gobierno espera poder iniciar dicho diálogo en cuanto haya hablado el pueblo catalán y se constituya el nuevo Parlament, así como el nuevo Govern. Cuanto antes se celebren las elecciones y haya nuevo Govern, antes iniciaremos el diálogo”, aseguraba el Gobierno.

Este comunicado ya suponía una rectificación previa a unas palabras de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, que esta mañana había puesto en duda que la reunión entre Sánchez y Torra fuese a producirse. “El proceso electoral no impide la necesaria relación entre administraciones para resolver los problemas urgentes de la sociedad catalana”, zanjaba Moncloa en su comunicado.

Desde Esquerra Republicana (ERC) reaccionaron criticando lo que consideraban un quebrantamiento del acuerdo de investidura con el PSOE para facilitar la llegada de Sánchez a la Moncloa: “Aplazar la mesa de negociación entre el gobierno español y el Gobierno catalán es un incumplimiento flagrante del acuerdo entre ERC y el PSOE para la investidura. Y, además, es una irresponsabilidad absoluta”.

Los republicanos exigían que en la reunión entre presidentes de la próxima semana “se fije una fecha para que la mesa entre gobiernos se reúna de manera inminente”. “No tenemos tiempo que perder”, defendían los independentistas, argumentando que “quedan muchos meses para las elecciones y no tiene ningún sentido esperar a la constitución de un nuevo Govern de la Generalitat, porque la vía política hay que abrirla ya, es urgente y es imprescindible”.

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