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La angustiosa espera de 13.447 familias

En 2019 se han denunciado ya 11.491 nuevas desapariciones. El 55% se resuelve en menos de 72 horas, pero miles quedan sin respuesta

Óscar López-Fonseca
Rosa Sánchez e Isidro Molina, padres de Paco Molina, menor de 16 años desaparecido en el año 2015, en una imagen de 2018.
Rosa Sánchez e Isidro Molina, padres de Paco Molina, menor de 16 años desaparecido en el año 2015, en una imagen de 2018.PACO PUENTES

Basma Ameziane, de 15 años, desapareció el pasado 29 de mayo en Madrid. La familia de María del Pino Deniz, de 66 años, la busca desde que el 2 de febrero se perdió su rastro en Las Palmas de Gran Canaria. De Rafael Jurado, de 43 años, no hay noticias desde el 2 de marzo, cuando estaba en el Reino Unido. Son tres de las 11.491 denuncias por desaparición que se han presentado en España en los cinco primeros meses del año. Son 76 al día. Tres cada hora. De ellas, 2.163 siguen estando activas, es decir, sin resolver, según se recoge en una respuesta parlamentaria remitida recientemente al diputado de EH Bildu Jon Iñarritu a la que ha tenido acceso EL PAÍS. Entre ellas, las de Basma, María del Pino y Rafael, que se han sumado así a las miles que se acumulan desde hace años hasta sumar las 13.447 que figuran actualmente en las estadísticas del Ministerio del Interior.

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Elaborada por los expertos del Centro Nacional de Desaparecidos (CND), organismo dependiente de la Secretaría de Estado de Seguridad, la respuesta parlamentaria recalca que de las 187.554 denuncias por desaparición registradas hasta la fecha en el sistema de Personas Desaparecidas y Restos Humanos sin identificar (PDyRH), ya han sido resueltas 174.107, el 92,8%. De ellas, 96.364, el 55,3%, lo fueron en las primeras 72 horas; 37.576 (el 21,5%) entre el cuarto y décimo día; 19.697 (11,3%), entre el undécimo día y el primer mes, y 20.460 (11,7%) después de más de 30 días de espera.

Las que siguen sin aclararse, esas más de 13.000, representan el 7,2%. De estas, 1.177 se remontan a antes de 2010, cuando se puso en marcha el sistema PDyRH de registro informatizado. Una cifra, esta última, que sigue creciendo porque aún se están introduciendo en el sistema “a mano” casos antiguos que hasta ahora solo estaban en papel, detallan fuentes del CND. No obstante, son las desapariciones sin resolver de 2017 (con 1.896 casos), las del año pasado (6.254) y los cinco primeros meses de este (2.163) las que representan el mayor porcentaje de los casos sin aclarar, el 77%, de las 13.447 denuncias que siguen activas.

Jóvenes inmigrantes

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De esta cifra, 11.981 son de varones y solo 1.362 de mujeres, además de 104 de género “desconocido”. Más significativo son las franjas de edad: 10.568 de las desapariciones no resueltas, el 79%, corresponden con menores de edad entre 13 y 17 años. También hay 338 casos con víctimas de 12 años o menos. Un elevado número en el que tienen una incidencia importante los jóvenes inmigrantes no acompañados, que se fugan de los centros de acogida. “A mayor flujo de entradas de menores irregulares, mayor número de desapariciones”, reconocen fuentes del CND, que estiman que más de la mitad de las denuncias de menores corresponden, precisamente, a inmigrantes. “Cuando se fuga uno, el responsable del centro debe presentar la correspondiente denuncia”, añaden estas fuentes.

El grupo de edad con menos desaparecidos es el de mayores de 65 años. Solo hay 308 denuncias activas. Sin embargo, para el periodista Paco Lobatón, célebre por su programa de los años noventa Quién sabe dónde y hoy al frente de la Fundación QSD Global, centrada en la búsqueda de desaparecidos, es una cifra preocupante. “Es cierto que representan un porcentaje pequeño, pero tienen un índice de mortalidad alto”, destaca Lobatón, que recuerda que en muchos de estos casos la desaparición está ligada a una enfermedad neurodegenerativa de la víctima que propicia que esta se desoriente, deambule erráticamente y pueda sufrir un accidente grave e, incluso, mortal.

Lobatón, que asegura que en su programa recibió más de 10.000 denuncias y sacó a antena cerca de 2.000, alaba el papel del CND, pero muestra su preocupación por lo que califica de “calidad de sus estadísticas”. Para él, “es necesario que se completen con datos sobre retornos voluntarios, la reincidencia, las causas de la mortalidad...”. Y sobre todo insiste en “mejorar la rapidez en la respuesta a las denuncias”. En este caso, el CND recuerda que no es necesario esperar “ni 24 ni 48 horas” para presentar una denuncia: “Cuanto se tenga certeza de que algo ha podido pasar, hay que hacerlo”. De ello puede depender la duración de la “angustiosa espera”, como la califica Lobatón.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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