Casi pierde la vida por una infección provocada por morderse las uñas

  • Le ha ocurrido a un escocés de 57 años, al que provocó una sepsis seguida de artrítis, asma y problemas óseos.
Un hombre se muerde las uñas.
Un hombre se muerde las uñas.
GTRES
Un hombre se muerde las uñas.

Ricky Kennedy (57) tenía una manía muy común: morderse las uñas. Esta manía puede parecer muy inocente, pero casi le cuesta la vida a este abuelo de Glasgow. Ricky había mordido su dedo pulgar demasiado, lo que propició que se le formara una ampolla, que terminó convirtiéndose en sepsis, una enfermedad que envenena la sangre.

Esta enfermedad provoca que el cuerpo libere sustancias químicas en la sangre para combatirla, lo que provoca la alteración de la circulación sanguínea e impide que le lleguen nutrientes y oxígeno a los órganos y tejidos, lo que les causa graves daños. La sepsis ha provocado la muerte 44.000 personas al año solo en Reino Unido.

Según informó Mirror, al escocés se le dio un 50% de posibilidades de seguir con vida y pasó varios meses luchando por su vida en el hospital. Además, la sepsis le ha dejado varias secuelas: la clavícula erosionada, artritis séptica y asma.

Ricky acudió a su doctor cuando se dio cuenta de la ampolla en su dedo, y el médico decidió recetarle antibióticos creyendo que se trataba de un corte infectado. Cuando la ampolla comenzó a infectarse y se le extendió de forma considerable por los brazos hasta llegar al pecho. A los pocos días tuvo que ser ingresado en el hospital universitario Queen Elizabeth de Glasgow.

El escocés asegura que no creyó "ni por un segundo" que la ampolla fuese "la causa de todo". Afirma que "era pequeño", y que se había mordido la uña así "cientos de veces antes", por lo que le parece "aterrador" que esto casi le matase.

Su esposa le salvó la vida

Ricky se encontraba solo cuando comenzó la infección, y cuando llegó Ghislaine, su mujer, a casa, se encontró con que se le estaba extendiendo por los brazos y el pecho, y afirma que "estaba delirando, no sabía qué edad tenía, y no podía respirar ni sostenerse en pie".

Cuando llegó al hospital le diagnosticaron sepsis, y les informaron de que se debatía entre la vida y la muerte. Permaneció meses en el hospital (el único especializado en enfermedades infecciosas en toda Escocia) luchando por su vida.

El protagonista afirma que tenía "tanto dolor que no podía moverme", y que pensó que estaba teniendo "un ataque al corazón" y que iba a morir. Se muestra muy agradecido con su mujer pues "si no fuera por ella llamando a una ambulancia, estaría muerto".

Su esposa temía que no pudiera volver a casa, pero tras unos duros meses de lucha, Ricky fue dado de alta el pasado mayo, aunque tuvo que seguir tomando una medicación durante los dos meses posteriores.

El escocés, que también padece diabetes de tipo 2, es miembro junto a su esposa de la Iglesia Episcopal de San Agustin, y, además, ambos son los fundadores de All Sorts Choir,un coro que ha recaudado una gran cantidad de dinero en estos años.

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