Así fue como Ana Rosa salió ilesa de su escándalo de plagio

En el año 2000 tuvieron que retirar su libro tras descubrirse que había contado con un 'ayudante' y que incluía frases copiadas. Pero la polémica apenas afectó a su popularidad.
Mediaset

El 7 de octubre de hace 18 años, la editorial Planeta anunció que pondrían a la venta una edición corregida del libro recién lanzado de Ana Rosa Quintana, Sabor a hiel, tras saberse que había frases calcadas de una obra de la famosa escritora estadounidense Danielle Steel. Fue una lectora quien avisó a la propia Ana Rosa y a la editorial.

Para entonces ya se habían vendido más de 100.000 ejemplares del título de la presentadora, una novela que retrataba una relación amorosa, manchada por los malos tratos, en el seno de una familia bien. "Ésta es una novela para los muy adictos a su autora. Sin trampa ni cartón", sentenció entonces una amable crítica de El Cultural, que ya advertía de la presencia de "guiños" a El pájaro canta hasta morir, de Colleen McCullough, y otro a Más allá del jardín, de Antonio Gala.

Después del comunicado de Planeta, que dijo que había sido "un simple error", todo se calmó y parecía que las cosas no iban a ir a más. Hasta que nueve días más tarde la revista Interviú reveló que no solo había frases extraídas de Danielle Steel, sino también de la autora mexicana Ángeles Mastretta. Ahí ya no hubo excusa posible y la editorial se vio obligada a retirar el libro de las tiendas definitivamente.

Ana Rosa se había mantenido al margen de las críticas, pero cuando el escándalo se hizo mayúsculo, tuvo que hablar. Al salir las primeras acusaciones dijo en su propio programa que "había sido un error mío, debido a mi inexperiencia y a mi falta de dominio de la informática", reveló. "Recurrí a otros autores para ver de qué manera resolvían ellos determinadas situaciones. Algunos amigos me ayudaron en esta labor previa, me recomendaron lecturas y me pasaron escenas de otros libros en los que se trataban determinados temas. Es el caso de ésta de Danielle Steel en la que se narra un parto", y que se habría colado en el original.

Pero cuando se conoció la segunda tanda de 'inspiración literaria', tuvo que ser más contundente. "Como consecuencia de la polémica surgida en los últimos días (...) , quiero hacer llegar a la opinión pública, a través de los medios de comunicación, la explicación a la que tienen derecho", expresó en un comunicado.

Estos días, la presentadora ha vuelto a las portadas por la extensión del caso del polémico comisario encarcelado José Manuel Villarejo, con el que supuestamente su marido, el empresario Juan Muñoz, habría llegado a algún acuerdo común. ¿Podrá esto hacer tambalear el prestigio de Ana Rosa, o sucederá como con su libro? Repasamos su estrategia en gestión de crisis de imagen.

CÓMO REACCIONÓ AL ESCÁNDALO DE PLAGIO

La periodista admitió que había contado con la ayuda de un colaborador en la escritura del libro y dijo que la culpa de la presencia de fragmentos copiados era de esa persona, no suya. Echó balones fuera. "Al ser mi primera novela y desarrollarse este proyecto a lo largo de muchos meses, tuve que recurrir a la ayuda y colaboración de una persona de mi entorno", apuntó. Ana Rosa no quiso dar un nombre, pero dejó una pista inequívoca: esa 'mano fantasma' estaba "reflejada en la página de los agradecimientos de la novela". La gente pronto llegó a la conclusión de que seguramente se trataba de su propio ex cuñado, David Rojo.

La estrella televisiva se presentó como víctima. Dijo que cuando aparecieron las primeras acusaciones de plagio, el colaborador se excusó diciendo que había sido por un error informático, pero al aparecer más pasajes copiados, "las explicaciones que había recibido anteriormente eran de todo punto inadmisibles".

El tropiezo fue carne de tertulia durante días. Al fin y al cabo, pocas cosas son más morbosas que un escritor famoso contratando a otro a escondidas para que le haga el trabajo sin llevarse el mérito.

Sin embargo, el revuelo fue diluyéndose poco a poco hasta desaparecer. Ana Rosa continuó con su programa líder en audiencia y protagonizando un mes tras otro todas las portadas de la revista con su nombre.

POR QUÉ SOBREVIVIÓ A LA POLÉMICA

"Tiene una marca personal muy fuerte y sólida que es muy difícil de dañar", explica Eva Collado, consultora estratégica especializada en capital humano, a Vanity Fair. "Su éxito en los medios es el fruto del trabajo de mucho tiempo y eso la precede, (habla por ella y está reconocido por su gran audiencia) y le da la autoridad y credibilidad suficiente como para superar cualquier contratiempo y seguir".

En esta visión coincide Fran Rosillo, director de Crisis Communications & Response, con experiencia en temas de crisis de imagen. "La mayoría de los artistas y gente del famoseo tiene la ventaja añadida de contar con una fiel base de seguidores. Es la devoción que tienen todos sus fans lo que ayudó a superarlo. Personajes como ella cuentan con muchísimos seguidores que actúan como colchón en este tipo de casos", explica a esta revista. "Todos sus fans salen en su defensa cuando aparecen escándalos, en algunos casos, incluso haga lo que haga la persona. Es algo que solemos ver con deportistas, como sucedió con Messi y Cristiano Ronaldo y sus conflictos con Hacienda". Esto no resulta tan fácil con figuras políticas o empresas, por los que los consumidores suelen tener menos apego.

La presentadora, gran conocedora de los ciclos mediáticos, supo manejar su propia noticia. "Si algo hizo bien, fue emitir un reconocimiento público de que había contratado a alguien. Realizó una admisión tácita de algo difícil: que alguien había hecho su trabajo", señala Collado. "Cuando asumió el error y lo reconoció de forma humilde, mucha gente pudo sentirse identificada con ella, viendo que es algo que le puede pasar a cualquiera", detalla la experta. "Su acierto fue admitir públicamente que se había equivocado".

Algo distinto en la estrategia que tuvo que seguir Planeta. "A ellos no les podía temblar el pulso. Lo gestionaron muy bien, era lo lógico que tenían que hacer: retirar un libro que está plagiado", añade Rosillo. "Reaccionaron bastante bien y a tiempo", continúa. "Una buena idea habría sido donar a una ONG los beneficios que se hubieran obtenido con el libro, para asegurarse que nadie se lucró con ello".

En el caso de Ana Rosa, la experta se extraña de que supuestamente confiara en otro para su novela. "Es sorprendente que algo tan delicado como la edición de su libro, que influye tanto en su imagen de marca, la dejara a cargo de otra persona", expresa Collado.

¿OLVIDADO?

El escándalo desapareció de las columnas y las tertulias, aunque el público nunca olvida. De vez en cuando, comentaristas y políticos vuelven a sacar el tema. En 2016, Diego Cañamero, diputado de Podemos, contestó a la presentadora cuando ésta le criticó porque presuntamente había dicho "pograma". El diputado le contestó por Twitter: "No recuerdo @anarosaq haber dicho 'pograma', pero si lo dije no es un error de un colaborador cercano como fue tu plagio". También lo recuperó Dani Mateo en El Intermedio ese año, donde bromeó: "¿Cómo se excusó Ana Rosa en aquel plácido verano del 2000? ¿Mandó a dar explicaciones a Joaquín Prat Jr. en su nombre? ¿Se puso las gafas de intelectual? No. Dijo que se trataba de un error informático. ¡Qué putada! Casi 10 millones de ordenadores en funcionamiento en España y sólo el suyo sufrió el efecto 2000".

El caso también tiene un capítulo propio en el libro El plagio como una de las bellas artes, de Manuel Francisco Reina, donde el autor señala que dentro del fenómeno de los "negros", Ana Rosa fue "una de las pocas en asumir sus responsabilidades (...) e incluso conceder una entrevista a la revista que destapó el escándalo", añade. "Aguantó el chaparrón correspondiente". Reina añadía que "muchos escritores aprovecharon el asunto para ajustar sus propias cuentas, llenando páginas y columnas de opinión de los periódicos con insultos y maldades más o menos gratuitas, y alguno incluso la defendió, como Federico Jiménez Losantos". El autor señala que "ha quedado como uno de los casos más evidentes de la utilización literal de textos ajenos como propios ".

Superado o no, en palabras de Reina, el mal trago le hizo abandonar el deseo de constituirse como escritora. Ana Rosa no ha vuelto a publicar un libro.

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