Los seis principales bancos españoles —Santander, BBVA, CaixaBank Bankia, Sabadell y Bankinter— han obtenido un beneficio neto de 11.783 millones de euros en los nueve primeros meses del año. Representando un 16,1% respecto al mismo periodo de 2016, más aún teniendo en cuenta que hay un banco menos debido a la quiebra del Banco Popular y la compra de la entidad por el “módico precio” por el Santander a tan solo un Euro.

CaixaBank ha conseguido incrementar su beneficio neto un 53,4%, hasta 1.488 millones de euros, gracias a la integración global de los resultados del banco portugués BPI, que ha aportado 180 millones de euros a los resultados del grupo.

BBVA ha ganado 3.449 millones de euros hasta septiembre -un incremento del 23,3%-. Y el Banco Santander la entidad que ha logrado un mayor beneficio entre los meses de enero y septiembre, alcanzando en este periodo los 5.077 millones de euros, un 10,3% más que un año antes.

Bankia, la entidad salvada con dinero público -que hasta ahora no se ha devuelto ni tienen la intención de hacerlo- ha obtenido 739 millones de euros – más 1,1%-. Sabadell por su parte ha obtenido 654 millones de euros (+1,1%).

Los mismos medios de comunicación al servicio de la patronal que ponen “el grito en el cielo” cuando los y las trabajadoras reivindicamos mejoras en nuestras condiciones de vida, festejan cuando los bancos se forran a costa nuestra.

Nuestras vidas valen más que los beneficios de la banca

Los bancos dirigen y controlan realmente toda la economía del país. La gran banca recibió miles de millones de euros de rescates estatales que utilizan para seguir especulando y aumentando sus ganancias. Por ello debemos decir no pago de la deuda.

Pero si el pueblo trabajador, además, toma en sus manos los bancos, es decir, nacionaliza la banca bajo el control de los propios trabajadores, empezaremos a dar pasos en recuperar lo perdido.

La nacionalización bajo control obrero de los bancos, junto con la gran industria, el transporte y todos los sectores estratégicos de la economía, es la condición previa de toda economía orientada hacia el bienestar del conjunto de los trabajadores y el pueblo. Nacionalizaciones, valga aclararlo, que deben ser impuestas mediante la lucha y sin indemnización alguna para los grandes capitalistas que se enriquecieron explotando a millones de trabajadores durante décadas, mientras llevaban a la economía a la catástrofe.