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Hace 130 años del nacimiento de Hitler ¿qué sabemos de su infancia y juventud? (II)

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Pregunta 6: ¿El padre de Hitler era un maltratador?

Con frecuencia se ha querido ver la causa de la violencia de Hitler en un supuesto maltrato sufrido por su padre. Esto suele basarse en el propio “Mein Kampf” de Hitler, las memorias de Kubizek (sin embargo, muy poco fiables en algunos puntos) y las conversaciones que tenía con sus secretarias y hombres de confianza durante las sobremesas de sus veladas. Es decir, todo proviene del propio Hitler.

Pero el padre de Hitler no fue otra cosa que un obstinado funcionario del Imperio AustroHúngaro, que creía que su hijo, si seguía su carrera -de la que se sentía orgulloso-, y con estudios, podría llegar a un empleo mucho más alto. Alois llegó a desempeñar un puesto equivalente al de un oficial del Ejército, lo que era mucho para alguien salido de la nada. Su hijo podría aspirar a mucho más.

Pero Adolf era un hijo rebelde, muy poco inclinado al trabajo metódico, y detestaba ser funcionario, y menos aún al servicio del Imperio AustroHúngaro. En realidad, Alois Hitler no fue ni más ni menos maltratador que la mayoría de los padres (alemanes, franceses, españoles, o ingleses) de aquella época, cuando se encontraban con vástagos díscolos.

Pregunta 7 ¿Cómo fue el alumno Adolf Hitler?

Hitler presenta en “Mein Kampf” y en sus recuerdos posteriores un panorama sesgado de su infancia, en el que él era un cabecilla y un líder para sus condiscípulos, guiándolos en sus juegos infantiles, y responsabiliza de sus mediocres resultados a sus profesores, a los que –con una excepción- categoriza como nulidades. La excepción es Leonard Pötsch, profesor de Historia, y furibundo nacionalista austriaco-alemán, que inflamó la mente de sus alumnos con relatos de la gloria alemana, la guerra francoprusiana, etc.1

Hitler fue un alumno mediocre, holgazán, incapaz de dedicar esfuerzo continuado en las asignaturas que no le interesaban. Culpa a sus profesores de no ser capaces de motivarle, pero durante todo el resto de su vida, se apreciaron los mismos defectos de inconstancia y falta de continuidad en el trabajo.

Hitler abandonó sus estudios a los 16 años, tras haber aprobado a trancas y barrancas sus estudios en la RealSchule Inferior,2 y sin siquiera intentar su ingreso en la RealSchule Superior o una Escuela Técnica.

Pregunta 8 ¿Hitler fue buen o mal pintor?

Hitler creía tener un gran talento innato como artista: tocó el piano, escribió poemas, pero se creía dotado, sobre todo, como pintor. Eso causó, durante toda su infancia, un grave enfrentamiento con su padre, que lo último que deseaba para su hijo era una vida de bohemio

Pero, una vez muerto Alois Hitler, su hijo Adolf consiguió de su madre –que ya estaba gravemente enferma3- permiso para viajar a Viena y presentarse al examen de la Academia de Bellas Artes.

Hitler aprobó el examen preliminar, pero suspendió el examen de ingreso propiamente dicho. Considerando que, de 113 candidatos, sólo aprobaron 28, y que entre los suspensos figuraba un futuro Director de la Academia, el fracaso no era ninguna catástrofe; pero para Hitler, lo fue.

Al año siguiente se volvió a presentar, pero esta vez ni siquiera aprobó el examen preliminar. Humillado, desapareció de su alojamiento, y no trató siquiera de continuar la relación con Kubizek4

El problema es que Hitler había fiado todo a su talento, que él creía suficiente, y no había recibido clases particulares (para lo cual podría haber invertido el dinero de su herencia, que malempleó en holgazanear) ni había practicado lo suficiente. El Director de la Academia le dijo que dibujaba bien de fotografías y postales, edificios y naturaleza, pero en cambio fallaba en figuras humanas y animales. Le animó a presentarse a Arquitectura, pero el ingreso requería de un Diploma Superior, y Hitler nunca quiso continuar sus estudios más allá de la RealSchule Inferior.5

Pregunta 9 ¿Hitler tuvo novia en su juventud?

No; sin embargo, según Kubizec, Hitler se enamoró de una joven llamada Stephanie Isak (en la imagen), de la buena sociedad vienesa, a la que vio pasear del brazo de su madre. Hitler nunca llegó a hablar con ella, y Stephanie Isak nunca supo de su interés; se casó con un oficial austriaco, Maximilian Rabatsch, que llegó a coronel.

No está claro hasta qué punto embellece Kubizek lo que pudo ser un mero encaprichamiento. Al parecer, la cosa no pasó de las miradas de un joven hacia una muchacha que ni siquiera se dio cuenta del pobre que la observaba cuando paseaba con su madre.

Pero también existe quien cree que Hitler, creyendo que Stephanie tenía el apellido Isaak, la tomó por judía, y eso le llevó a la desesperación. Y, claro, al antisemitismo.

No es cierto. El apellido era Isak, Stephanie no era judía, y Adolf no parecía tener en esos tiempos ningún problema en relacionarse con judíos, si le interesaba, como veremos.

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