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Colapso de Buambulancias en Moñéame

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Dedicado a otros proyectos, no he podido escribir antes una Tribuna que me rondaba por la cabeza; pero no hay mal que por bien no venga, pues eso me ha permitido completar la historia de la denuncia que (por ahora) condena a Moñéame a indemnizar a cierto concejal del PP con el excelente artículo de Anarion321: www.meneame.net/story/leida-sentencia-contra-meneame/standard

La historia es conocida: En Noviembre de 2015 (las fechas son importantes) el usuario bernabe subía un moñeo, haciéndose eco de El Confidencial: www.meneame.net/m/actualidad/concejal-fiestas-pp-marbella-gasto-14-600. La noticia, y el moñeo, informaban de que un concejal de Marbella, Diego López Márquez, se había gastado en teléfono, durante el primer mes de su gestión como concejal de Fiestas y Juventud en 2013, 14000 €.

Ciertamente, la noticia de El Confidencial sólo ofrecía la versión de la oposición (PSOE y UPyD), y nadie se preocupó mucho de contrastar la historia con el PP y el propio concejal, que afirmaban que se trató de un error: el concejal se había olvidado (según ellos) de activar el roaming, y le facturaron las llamadas como si fueran extranjeras a pelo.

Aún aceptando esta explicación, sorprende que tal despiste haya sido cometido por alguien que ya debía tener cierta experiencia de la vida; y el error es aún más sospechoso cuando vemos que es un político cuya gestión ha provocado varias polémicas por donde ha pasado. Como Atila.

También es llamativo que no haya existido ninguna condena: sobre eso hay acusaciones cruzadas: si el PSOE denuncia que el partido de López Márquez no le obligó a devolver el dinero, el PP hace notar que el PSOE no puso ninguna denuncia, como si supiera que la iba a perder, y prefiriese meter bambolla y ruido mediático a bajar a fajarse al ruedo judicial.

Por cierto que, pese a las polémicas, no se ha penalizado electoralmente a su partido, y el propio López Márquez es actualmente Teniente de Alcalde de Marbella.

Pero volvamos a nuestros amigos de Moñéame, y su moñeo de 2015. Como los amigos de Mediatize imaginan, dado el conocimiento que tienen del Reverso Naranja, se inició un debate tranquilo y reposado sobre el suceso, sin insultos ni descalificaciones, buscando todas las versiones posibles del hecho, buceando en textos legales para emitir juicios ponderados y respetuosos...

Sí. Pol'haba, que dicen en mi tierra.

Ya para abrir boca, el segundo comentario centraba la situación: “Llamemos a las cosas por su nombre. Este es un Hijo de Puta”.

Como buenos conocedores de la buena educación y el respeto que se gastan los moñeantes, imagino que os figuraréis que no fue el único insulto dedicado a este político en particular, y a los del PP en general: "este es un hijo de puta", "un ladrón de toda la puta vida", y "ladrón", subieron al podio. Pero, vamos, ganaban por goleada los de “hijo de puta”.

También menudearon las posibles explicaciones del elevado gasto, casi todas ellas acusando al concejal de delitos de malversación, como contratar una linea 906, hacer compras por teléfono o llamadas a líneas eróticas, todas ellas con cargo a la linea. Y todas esas acusaciones coincidían en otra cosa: no había, ni hubo nunca, prueba de ninguna clase. Aunque, en realidad, ésto no tiene mayor importancia, puesto que a Moñéame no se le condenó por decir tonterías sin pruebas (como pueden imaginar fácilmente quienes lean unos días al Dexter, o a la Monja, y vean que siguen sueltos por ahí) sino por no cumplir sus deberes de control de la web y no retirar los comentarios injuriosos ni siquiera después de ser advertido de su existencia.

El 2 de Septiembre de 2016 Moñéame recibe un correo de los abogados de Diego López en el que piden la retirada inmediata de los insultos, así como la identificación de los usuarios en cuestión (se supone que para banearlos) twitter.com/Remo_/status/1271395228184969217; advirtiendo que, si en el plazo de tres días no han procedido a la eliminación de los comentarios ofensivos y la rectificación correspondiente, puede haber palos legales.

Moñéame no hizo nada, como tienen por costumbre cuando se queja uno al abuse. Los argumentos de Remo para justificar la dejación de funciones-barra-holgazanería de los admins son muy divertidos: que no se identifican los comentarios ofensivos (como si no saltasen a la vista); que no ponía la dirección para contestarles (como si no pusiese bien claro, arriba, el nombre del remitente, y como si eso tuviese algo que ver con eliminar los insultos, algo a lo que obligan las propias normas de Moñéame) y (en el colmo del cinismo y caradura) “sin aportar reconocimiento de identidad del afectado” (nuevamente, como si retirar los insultos no debiera ir de oficio en Moñéame)

El día 7 de Septiembre el propio Diego López se pone en contacto con Moñeame, en esta ocasión por Burofax, y nuevamente jiji, jaja, volvemos a pasar de todo. Remo dice que es que no está absolutamente seguro de que quien dice ser aquel a quien llaman “hijo de puta” lo sea, en realidad. Vaya. Para Remo, todo el mundo suele pasar el rato buscando gente a quien llaman "hijo puta", para suplantarles escribiendo a las redes sociales diciendo: “Hola, soy el hijoputa, ¿pueden retirar el insulto?twitter.com/Remo_/status/1271395230235975681

El 5 de Octubre se interpone una demanda contra Moñeame por "intromisión ilegítima en el derecho al honor", solicitando 30.000€, pago de costas y publicación de la sentencia en su web.

Ahí ya Moñéame se hace caquitas un poquitirrín y proceden a editar los comentarios más insultantes (así que tan difícil no era identificarlos, colega) y a expulsar al usuario en cuestión (aunque me juego la Nocilla del bocadillo a que debe ir circulando por ahí con otro nick). Pero, claro, según Remo ahora sí, intervienen porque ya tienen los datos del remitente. (NOTA MENTAL: Con lo valientes que parecen, si les llegan a enviar una pareja de la Guardia Civil, le pegan un tiro al colega insultón)

Los argumentos de Moñéame en la contrademanda son los de siempre. En cursiva, mis NOTAS MENTALES para el Consultorio Sentimental de la Monja Mellada:

– No somos los responsables de las salidas de olla de nuestros comentaristas. Por supuesto, otra cosa hubiese sido que afectasen a los gitanos, los diversos, a Irene Montero, la gallina del corral, o a Nacho Escolar, el niño de papá, ya si eso, entonces, sería el llanto y el rechinar de strikes.
– Pese a que no somos responsables de los insultos, el término “hijo de puta” ha sido utilizado tradicionalmente en forma coloquial, amistosa. Vamos, que el hijoputa ése casi debería darnos las gracias por haberle incluido entre nuestro círculo íntimo de colegueo. A todo ésto... ¿cómo saben que el autor del comentario no pretendía insultar, si no son responsables del comentario y no hicieron ningún esfuerzo por identificarle?
– En Internet hay mucha gente que insulta, joder, y si vamos a multar a todos... twitter.com/Remo_/status/1271395237341126656 Esto... Remo, la indemnización es por NO retirar el insulto, no por insultar. Calla, calla, que los moñeantes no están para esas sutilezas, tú mete ese argumento, que ni se darán cuenta.
– Además, en el Notame y en los moñeos de respuesta a la sentencia ha proliferado el argumento favorito en Moñéame para estos sucedidos: “No son insultos, es meramente descriptivo, que se aguante porque es de los otros”.
– No falta quien dice: “Pues ahora, voy a llamar hijo de puta a todo el mundo, a ver qué pasa”. Con dosco. Querido amigo de edad mental de tres años, no pasará nada, porque la indemnización no es por insultar, sino porque los admins no han sido diligentes en cumplir las normas de Internet y su propio garito. Así que puedes insultar a troche y moche, que no tendrá más consecuencia que mostrar tu escasa capacidad lectora y tu mala educación

Por supuesto, el argumento más usado, al tiempo que el más ridículo, es la Agresión a la Libertad de Expresión y de Información que supone la sentencia.

Es muy importante darse cuenta de que el concejal (y sus abogados) no pretendían que se borrase la noticia, sino que se retirasen los comentarios insultantes. O sea, no pretendían limitar la Información a la opinión pública, ni siquiera la expresión de frases más o menos malsonantes, sino que sólo exigían que se retirasen los insultos.

Curiosamente ahí les apoyan gentuza como Pedro José Ramírez Codina, de elespañol, y otros medios de comunicación que son calificados habitualmente como basura por los moñeantes. No es extraño. Viven también de los insultos, de las fake-news, de las mierdas… como Moñéame.

Bueno, y para despedirme, recordemos que en Moñéame, los "noeslomismólogos" (una tribu moñeante, como los "ytumasistas", los "alignoristas", o los "aladminvasairsistas") celebraban la demanda de Pablo Iglesias y su gallina del corral contra un juez retirado que publicó unos ripios satíricos contra ellos como que "no era lo mismo" que las que se presentaban contra Cassandra, Strawberry, Valtonyc, etc porque... "no se debería meter a nadie en la cárcel por una cosa de Libertad de Expresión, pero, hombre... una multa...".

Comeos, pues, la multa, majaderos. Aunque, por enésima vez... NO ES UNA MULTA. ES UNA INDEMNIZACIÓN,

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