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  1. Rob_Ben_Gebler
    Os voy a contar una anécdota real. Me ocurrió a mi mismo.

    En 1995-96 seguía un curso de "Actualización del diagnóstico de la tuberculosis" en el Instituto Carlos III de Madrid (Escuela Nacional de Sanidad)

    El último día nos habló el Jefe del Laboratorio del Carlos III, y nos explicó cómo se había superado una gravísima epidemia de tuberculosis en Nueva York, unos años antes.

    Al principio, el empeoramiento de las cifras de tuberculosis, como afectaba a los barrios pobres, no alarmó prácticamente a nadie. Pero la cosa se fue extendiendo, y empezó a afectar a los WASP y las clases pudientes de la ciudad. La Prensa empezó a meter bulla

    Así que Giuliani, alcalde por entonces, convocó un Comité de Expertos (de verdad, no como el de Sánchez) que le explicaron que el problema era que el bacilo de la tuberculosis requería un tratamiento mínimo de seis meses, y dos meses si sólo eran contactos. Nueva York estaba lleno de indigentes, mendigos, gente que apenas hablaba inglés, y resultaba muy difícil asegurarse de que hicieran bien el tratamiento... con el riesgo de que aparecieran bacterias multirresistentes.

    ¿Qué hizo Giuliani? Rompió el cerdito. Es decir, se hizo votar un crédito extraordinario. Contrató miles de enfermeras en paro, médicos en paro, trabajadores sociales en paro, incluso estudiantes de últimos cursos. A cada uno se le iba asignando uno o dos contactos o enfermos no contagiosos (los contagiosos iban a sanatorio), no más, Su tarea era, todos los días, buscarlos y darles la medicación, asegurándose de que se la tomaban delante de ellos. Si empezaban a las 9:00 y tenían la suerte de localizar a sus "dianas" en media hora, suerte para ellos; a retozar el resto del día. NO era tan fácil, pues los indigentes cambian mucho de lugar, y el que hoy está en Central Park igual mañana está en un albergue al otro lado del barrio. Hay que hablar con sus coleguillas, buscarlo... Por supuesto, se contrató a inspectores que vigilaban a los contratados, y a coordinadores que decidían sobre las situaciones.

    El gasto fue tremendo, pero en seis meses la situación había mejorado espectacularmente.

    Todo esto nos contaba el jefe de Laboratorio, y luego añadía:

    "¿Cómo se habría afrontado la situación en España? Pues se hubiese ordenado que el Médico de Familia, la Enfermera, la Trabajadora Social, hasta el Celador, cuando acabase su trabajo habitual, y A COSTE CERO se fuesen por ahí a perseguir mendigos para obligarse a tomar la pildorita"

    Ha pasado un cuarto de siglo, seguimos igual, y yo aún añadiría: Si el profesional sanitario encontrase al mendigo y le intentase obligar a tomar la pastilla, pero éste se negase, no faltaría un profesional de la gilipollez para grabar la insistencia del sanitario y subirlo a Twitter como "Malos tratos"
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