Armas y fentanilo: por qué me hace tan feliz vivir lejos del sueño americano
En alguna de las centenares de ocasiones en que he dicho que me siento profundamente afortunado por no haber nacido en EEUU, alguien me ha respondido que es un país extremadamente desarrollado y con mucho que ofrecer a sus ciudadanos. Yo he replicado que EEUU es una cruel selva recubierta de falsa civilización, con toneladas de hipocresía, analfabetismo funcional y violencia estructural, y es algo que se ve en cada detalle de una sociedad donde el dios dinero es el voraz y despiadado rey absoluto, un dios que reclama millones de sacrificios humanos cada año, y cuyos sacerdotes se encargan de ofrecérselos con la máxima eficiencia.
Ayer Trump decía que hay que armar todavía más a la población para que los tipos malos con pistola tengan siempre a un tipo bueno armado que les haga frente. No, pedazo de basura, tú sabes perfectamente que quienes protagonizan los tiroteos indiscriminados en las escuelas, iglesias y oficinas del país no son miembros del crimen organizado, sino gente rota por el acoso escolar o laboral, o fauna fanatizada por los discursos supremacistas. Esa gente, en una sociedad como la europea, no tendría acceso al mercado negro de las armas, y no tendría la posibilidad de masacrar a sus conciudadanos porque aquí no permitimos que la población civil compre fusiles alegremente. Prohibiendo las armas evitarías el 100% de esos crímenes, pero no te interesa por los centenares de millones de dólares que la Asociación Nacional del Rifle y las armamentísticas donan a tu partido cada año precisamente para que mientas y perpetúes los miles de muertes anuales por estos tiroteos www.swissinfo.ch/spa/eeuu-tiroteo_más-de-17.000-personas-murieron-est Como podéis ver en el link, el índice de muertos por armas de fuego en 2016 en EE.UU. fue de 10,6 por cada 100.000 personas, mayor que las tasas de países como Canadá (2,1), Australia (1,0), España (0,6), Alemania (0,9) o Francia (2,7)
Hablemos ahora del fentanilo. Los congresistas republicanos se rasgan las vestiduras cuando alguien plantea la legalización de la marihuana. En abstracto, estaría de acuerdo con ellos, ya que soy radicalmente contrario a las drogas...pero me parece repugnante la doble moral que demuestran permitiendo que una droga mil veces más adictiva y destructiva que la marihuana como el fentanilo (perfectamente asimilable a la heroína) se haya recetado alegremente en las farmacias estadounidenses, sin advertir sobre sus horrendos efectos en la salud. Millones de estadounidenses son hoy zombies adictos a esa basura y unos 100.000 mueren al año por ello. Las farmacéuticas, que sobornaron a tantos políticos y responsables sanitarios para forrarse con ello, pagarán una ínfima parte de los beneficios que les dio el fentanilo (26.000 millones) y se irán de rositas elpais.com/sociedad/2021-07-21/grandes-farmaceuticas-anuncian-un-acuer.
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¿Y los republicanos provida? Luchan para que embriones microscópicos con menos nivel de desarrollo que una ameba se conviertan en niños destrozando las vidas de sus madres y las suyas propias, pero votaron en contra de un plan de emergencia para surtir al país de leche materna debido a que el demencial proteccionismo de Trump provocó que el 100% de esta leche se comprase a una empresa norteamericana que tuvo que detener la producción por la posible toxicidad de la misma, dejando a los niños norteamericanos sin un producto tan básico para su subsistencia.
¿Y la combinación de analfabetismo funcional y violencia desde la infancia? El nivel cultural de una considerable proporción de los norteamericanos es sumamente bajo debido al nefasto funcionamiento del sistema educativo, dada la falta de inversión pública. A ello se suma el acoso escolar desde la más tierna infancia, fruto de la ley de la selva que se inculca a los menores desde que tienen uso de razón. Si no te asimilas a la manada, es normal que te inflen a golpes, y será culpa tuya por no saber cuál es tu lugar, y nadie te protegerá porque sólo los perdedores necesitan protección.
Y cuando seas adulto, si no llegas a fin de mes porque cobras menos de 1000 dólares por 60 horas de trabajo semanal, o te mueres porque tu seguro médico no cubre la operación que necesitas, también será culpa tuya porque eres un fracasado incapaz de buscarse la vida. La gente inteligente consigue ponerse bajo la sombra de un jefe que le dé lo que necesita a cambio de su esclavitud, y luego se desfoga maltratando a los que son más débiles que él.
En esta tesitura de falta de formación intelectual, miedo a mostrar tu identidad inculcado desde la infancia y absoluto desamparo, las sectas (desde mormones a hare krisna) hacen su agosto captando a la gente rota y haciéndole creer que forma parte de algo donde es querida...siempre que obedezca y pague. Y, por supuesto, en la América profunda ser negro, gay o diferente en general te convierte en el blanco perfecto para que todos los puteados del lugar se desahoguen haciéndote la vida imposible, porque obviamente no tienen narices para enfrentarse a los peces gordos que les putean, y porque tu condición de diferente te convierte en un siervo del diablo.
Y ojo, porque esa mentalidad sectaria basada en la defensa a ultranza de los dogmas escritos en un libro hace miles de años y la negación de la dignidad humana, no sólo es promovida por sectas minoritarias, sino que hay una legión de iglesias, telepredicadores y locutores tipo Jimenez Losantos, que bajo el paraguas del partido republicano intentan convertir al grueso de la población en zombies que consideran un crimen amar a una persona de tu mismo sexo pero ven lógico que se apalee a los críos en las escuelas "para que sean más hombres" o decenas de millones de norteamericanos no puedan curarse, comer o calentarse mientras una élite de millonarios se forra expoliándoles.
Precisamente por ello, me alegro profundamente de ser europeo y no estadounidense. Porque aquí tenemos mil cosas que mejorar (sobre todo en países como España o Polonia) pero hemos superado el infierno de hipocresía, abuso y fanatismo que era la Europa de la primera mitad del siglo XX, y me temo que de momento los norteamericanos no han salido de ahí.
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