Buenos días, üntermenchen.

Ayer tocó mercadillo, y la Consuelo se dejó la ciática tras hacer un montón con toda la mercadería robada laboriosamente durante la semana por mi primo el Richal y su seguro servidor de vds. Tengo la garganta un poco tocada tras vocearla a gritos. Los hijoputa payos intentaron apalizar a mis churumbeles, y mira que los tengo bien enseñaos para moverse subrepticiamente, por dos potenciales clientes. Y es que afanar carteras, monederos, relojes, cadenas es un deporte de riesgo, pero muy educativo pa los niños. Llevarlos al colegio no vale de na, una güena educancia y al menos valdrán pa arcaldes u consejales.

La pechá de horas de entrenamiento con el maniquí de cascabeles al final da sus frutos, pero se nota la crisis y si no llego a estar pendiente los payomierdas me canean a la Lorelai y al Kevin. Les he sacao la chori de medio metro y los he denunciao por racistas.

Y que no hay amor por esas artes tradicionales ¡Coño!

Hala, a pasar buen viernes.