El mismo día en el que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció tras cinco días de insólito retiro que se seguirá en Moncloa, el Banco de España reclamaba "calidad institucional y confianza". Que estos aspectos, añadió, son básicos para el crecimiento económico, y que la inestabilidad política tiene efectos económicos "duraderos", y que afecta a "la inversión".
De hecho, no sólo fue el mismo día sino que ambos hechos se produjeron casi a la vez. A la misma hora que Sánchez inició su intervención, el director General de Economía y Estadística, Ángel Gavilán, presentaba los capítulos 1 y 2 del informe Anual del organismo que hoy se desembargaban. Y ahí, el responsable del organismo señaló primero que "es difícil cuantificar el impacto de los últimos acontecimientos" pero, a continuación, subrayó que el marco institucional es "clave para el crecimiento" e incidió en que las empresas que perciben un mayor grado de incertidumbre "toman decisiones de inversión más escasas".
"Condiciona las decisiones de los agentes económicos, inhibiéndolas en muchos casos, y este impacto es lógicamente tanto mayor cuando más se prolongan los episodios de incertidumbre", añadió el responsable de realizar las previsiones económicas del servicios de estudios más potente de España
En el mencionado documento, el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos también adelantó que el Ejecutivo va a seguir elevando la presión fiscal en el IRPF, y que ese castigo será especialmente fuerte para la clase media. "Los tipos medios efectivos se habrían elevado desde el 12,8% en 2019 hasta el 14,7% en 2023", explica el Banco de España en ese capítulo 2, y en donde adelanta que "en ausencia de cambios futuros en la normativa del IRPF, el tipo medio efectivo del impuesto podría alcanzar el 15,3% en 2025 —un 20% mayor que en 2019—".
Pero hay más. "Si la normativa del IRPF se mantuviese inalterada con respecto a la vigente en 2023 [incorporando la reciente reforma de la reducción por obtención de rendimientos de trabajo que afectaría a partir de 2024] y los diferentes componentes de las rentas de los hogares creciesen de manera homogénea de acuerdo con las previsiones del Banco de España, la recaudación por IRPF podría alcanzar el 9% del PIB en 2025 —un 29% mayor que en 2019—", insiste. ¿Y cuánto es esto? Pues si se aplica un Producto Interior Bruto de 1,5 billones, la recaudación sería de 135.000 millones, pero el dato es cauto ya que el PIB a cierre de 2023 ya era de 1,46 billones. Las cifras, en cualquier caso, son espectaculares.
Todo esto afecta de manera muy directa a la clase media. En primer lugar, porque los datos así lo demuestran: las rentas de entre 21.000 y 60.000 euros abonan la mitad de todo lo que la Agencia Tributaria ingresa por IRPF. Pero, además, el Banco de España estima que la progresividad en frío afecta más a las decilas 4, 5 y 6, que son las que comprenden las rentas desde 19.873 euros hasta 28.550 euros.
11.000 millones gracias a la inflación
El Banco de España, además, desvela cuál es el aumento de recaudación que el Gobierno ha obtenido ante su negativa a adaptar el IRPF a la inflación. El Ministerio de Hacienda de María Jesús Montero siempre trata de minimizar el impacto, pero lo cierto es que las cifras que estima el organismo no son precisamente reducidas.
Fuentes del BdE explican que, según los cálculos del microsimulador la recaudación por IRPF habría pasado de 86.000 millones a en 2019 a 124.000 millones en 2024, lo que supone un aumento de 38.000 millones. Pero de haberse indexado el impuesto en ese mismo periodo de acuerdo al IPC del año anterior, la recaudación habría sido de 11.000 millones menos, esto es, el aumento se habría quedado en 27.000 millones. En otras palabras, que casi el 30% del aumento de ingresos que la Agencia Tributaria ha obtenido por el impuesto de la renta se debe a la inflación.