Un año en Ellsmere. La vida social durante la adolescencia

En «Un año en Ellsmere«(“One Year at Ellsmere”) de Faith Erin Hicks , nos sumergimos en la vida de Juniper, una joven estudiante de trece años que, gracias a una beca, logra acceder a una institución educativa de élite: el internado Ellsmere. En apariencia, esta oportunidad parece un sueño hecho realidad para Juniper, pero pronto descubre que la realidad en Ellsmere es muy distinta a lo que imaginaba. Se enfrentará a la crueldad de sus compañeros, la presión académica y, además, tendrá que lidiar con los rumores sobre una criatura mítica que acecha en los bosques cercanos al internado.

La trama se desenvuelve en un entorno que combina la atmósfera opresiva de un internado elitista con elementos de fantasía y misterio. Juniper, nuestra protagonista, es una chica inteligente y valiente, pero también vulnerable ante las adversidades que encuentra en su nuevo hogar. Desde el momento en que pone un pie en Ellsmere, se percata de que no encaja en el molde establecido por sus compañeros, quienes la tachan de «bicho raro» y la marginan. Sin embargo, Juniper no está sola en esta lucha. Pronto encuentra apoyo en una compañera de cuarto inesperada. Juntas, enfrentan los desafíos que les presenta la vida en Ellsmere, desde las burlas de sus compañeras hasta sus vidas familiares tan diferentes. Sin embargo, Juniper encuentra consuelo y amistad en su compañera de habitación, Cassie, quien la ayuda a navegar por la vida en Ellsmere. Mientras trabajan en una tarea cerca del bosque, presencian un extraño movimiento entre los árboles, lo que despierta su curiosidad. La compañera de Juniper comparte la historia de la familia que alguna vez habitó Ellsmere y la misteriosa desaparición de los dos hermanos. Según Cassie, hay algo en el bosque «que odia a la gente mala«. A partir de ese momento veremos varios eventos que dejan asombradas a las dos chicas.

A lo largo de la narración Faith Erin Hicks desarrolla esas relaciones complejas y se exploran temas como la amistad, el valor y el poder de la autoaceptación. Todo avanza con un equilibrio muy bien calculado entre momentos de tensión y otros de calma, que permiten al lector conocer más a fondo a los personajes y sumergirse en el intrigante mundo de Ellsmere. Los rumores sobre la bestia del bosque añaden un elemento de suspense, que se va intensificando a medida que Juniper se aventura en las profundidades del bosque en busca de respuestas. Con solo un encuentro con la criatura es un recordatorio de que hay fuerzas más allá de su comprensión, lo que agrega una capa adicional de misterio y emoción a la historia.

Sus ilustraciones tienen la capacidad de cautivar a los lectores, y cuando además escribe la historia, se convierte en una garantía de éxito. A lo largo de los doce capítulos que componen la novela gráfica, experimentamos los altibajos del año de Juniper en Ellsmere. Además de los enfrentamientos con Emily, que casi terminan con su expulsión, también hay momentos divertidos. La paleta de colores que utiliza es oscura, con muchos marrones y verdes, pero sus personajes saltan de la página. Su estilo destaca y ha evolucionado a lo largo de los años, pero lo que más me gusta es la forma en que los ojos grandes y brillantes de Cassie cobran vida en las ilustraciones. Las viñetas que más destacan son aquellas en los que Cassie narra la historia del Señor Ellsmere y su familia. Como los detalles de las imágenes enmarcadas, que ofrecen diferentes perspectivas de los personajes en una sola página.

La primera edición se publicó en el mercado americano por la editorial First Second Books, en 2020. Ahora en España, tenemos esta obra disponible gracias a Harper Collins Ibérica. Con un formato de 15 x 20 cm y 176 páginas y con la traducción de Carmen Cocina. En estas viñetas, vemos reflejados los altibajos de la vida social adolescente de manera intensa. Además, ese uso del humor, con su capacidad para aliviar la tensión y proporcionar momentos de ligereza en medio de la adversidad, se manifiesta en los diálogos chispeantes entre los personajes y en las situaciones cómicas que surgen en el internado de Ellsmere. Desde las travesuras hasta los intercambios sarcásticos, el humor se convierte en un salvavidas emocional para los protagonistas, permitiéndoles enfrentar los desafíos de la vida escolar con una sonrisa en el rostro. Pero junto al humor, también encontramos el drama palpable que impregna cada interacción y decisión de los personajes. Los conflictos emocionales, las tensiones sociales y los momentos de confrontación se entrelazan en una danza compleja que refleja las luchas internas y externas de la adolescencia. Desde las peleas hasta los enfrentamientos con la propia ira y la búsqueda de identidad. Al final «Un año en Ellsmere» es un recordatorio poderoso de la intensidad que se vive durante la adolescencia.

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