El Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid ha denunciado ante la Policía el robo de tres ordenadores y dos cámaras fotográficas del departamento jurídico y de comunicación la semana pasada en su sede de la capital. "El robo se produjo en horario de apertura", comenta una fuente conocedora del caso a Libertad Digital.
Es decir, que el robo se produjo a plena luz del día. El ICAM no ha vacilado a la hora de reforzar la seguridad de sus instalaciones, y ha respirado aliviado porque, según dicen, los equipos sustraídos eran antiguos, "material de reserva y apoyo", y no contenían información delicada que supongan "una quiebra de seguridad de datos".
En cualquier caso, estas fuentes, lejos de restar importancia al robo, advierten de que el modus operandi (a plena luz del día) y el hecho de que reventaran un armario para buscar un ordenador concreto en lugar de coger los que estaban en las mesas invitan a pensar que los ladrones no eran simples amigos de lo ajeno, sino que perseguían un daño más concreto y específico.
Así nos lo trasladan fuentes internas del ICAM, que prefieren mantenerse en el anonimato en conversación informal con LD. Una conversación en la que no dudan en relacionar el hurto con la querella que el colegio de Madrid prepara contra la Fiscalía por el caso del novio de Isabel Díaz Ayuso, después de que fuera la propia fiscalía la que desvelara conversaciones y correspondencia entre abogado, cliente y la propia fiscalía sobre la estrategia procesal del novio de Ayuso por las pesquisas abiertas.
De momento, el ICAM se ha limitado a denunciar ante la Policía Nacional la sustracción de estos equipos informáticos para, acto seguido, reforzar la seguridad de sus instalaciones.
Una de esas medidas de seguridad es el de la implementación de un sistema de acreditación más riguroso para acceder a las instalaciones, en el que sea necesario la presentación de una identificación con el carné colegial.