Días atrás, NVIDIA dio otro salto en su apuesta por el hardware enfocado en la inteligencia artificial con la introducción de la GPU Blackwell B200 y el superchip Blackwell GB200. Dos auténticas bestias que no solo prometen un salto de rendimiento monumental en comparación con chips de IA como el H100, sino también costes y consumos de energía hasta 25 veces menores.
Aunque esto último no necesariamente significa que los nuevos componentes sean baratos. Nada más lejos de esa posibilidad. En una reciente entrevista con CNBC, Jensen Huang, CEO de NVIDIA, reveló cuánto costarán las GPU Blackwell B200, y la cifra asusta, aunque no sorprende. Puede sonar un poco contradictorio, pero ya les explicaremos por qué.
Primero, el ejecutivo remarcó las cualidades del hardware en cuestión. "Este es el chip más grande que ha visto el mundo. Esto está más allá de los límites de la física. Tuvimos que inventar tecnologías nuevas para hacerlo posible. Son 208.000 millones de transistores", remarcó el líder de NVIDIA sobre la GPU Blackwell B200.
Consultado por el precio del componente, Huang no interpuso evasivas. "Esto costará unos 30.000 o 40.000 dólares", indicó. Y esta mención corresponde solo a Blackwell B200, no al superchip Blackwell GB200, que incluye dos de esas gráficas conectadas a una CPU Grace. Por lo pronto, el precio de este último no ha sido revelado.
Cuando decimos que el precio de la NVIDIA Blackwell B200 asusta, pero no sorprende, es porque la GPU H100 ya se estaba comercializando en un rango de precios similar. En 2023, durante el boom por la inteligencia artificial generativa, la demanda por ese chip de IA era extremadamente elevada, pero su disponibilidad era limitada. Esto llevó a que muchos recurrieran a eBay para tratar de conseguir algunas unidades. Así, los precios volaron hasta superar los 46.000 dólares.
El brutal precio de las nuevas GPU Blackwell B200 de NVIDIA
Hoy NVIDIA es la referencia máxima en lo que respecta al desarrollo de hardware dedicado para el desarrollo y la ejecución de modelos de IA. Aunque, ojo, eso no implica que tenga carta blanca para cobrar lo que se le dé la gana por sus nuevos chips y tarjetas gráficas.
De hecho, Huang ha remarcado que la creación de la GPU Blackwell B200 ha requerido una inversión multimillonaria por parte de NVIDIA. De acuerdo con el ejecutivo, el presupuesto de investigación y desarrollo de esta generación de chips de IA fue de 10.000 millones de dólares. Una suma que ahora intentarán recuperar en ventas, por supuesto.
En cuanto al superchip Blackwell GB200, el jefe de NVIDIA optó por no dar precisiones sobre su precio. Sin embargo, remarcó que ha sido creado para reemplazar a miles de ordenadores de propósito general. "Lo increíble es que los cables utilizados para conectar los ordenadores de propósito general de anterior generación cuestan más que uno de estos", afirmó, sosteniendo el superchip en sus manos.
Cifras impactantes
NVIDIA planea lanzar las GPU Blackwell B200 y el superchip Blackwell GB200 más adelante este año. La firma californiana ya se ha garantizado el compromiso de varias de las tecnológicas más importantes del mundo para adoptar esta tecnología.
En el ámbito de los servicios en la nube, por ejemplo, Google Cloud, Microsoft Azure y AWS pronto comenzarán a ofrecer instancias potenciadas por este hardware en sus centros de datos. Tesla, xAI, OpenAI, Meta, Dell y Oracle también planean implementar la plataforma Blackwell en sus operaciones.
Si una sola GPU Blackwell B200 costará entre 30.000 y 40.000 dólares, imagínense los valores de la estructuras más grandes que ofrecerá NVIDIA. El rack GB200 NVL72, por ejemplo, incluirá 36 chips Grace y 72 gráficas B200. Mientras que los SuperPOD de la compañía pueden incluir hasta 8 sistemas DGX GB200, alcanzando las 288 CPU Grace y 576 GPU Blackwell B200.
Claro que no todas las corporaciones compran estos supercomputadores. NVIDIA también renta el acceso a su infraestructura a clientes empresariales, aunque esto suele costar varias decenas de miles de dólares al mes. Sea como sea, si la plataforma Blackwell está a la altura de lo que promete, el dinero seguirá fluyendo en enormes cantidades hacia el gigante verde de Santa Clara, California.