Los comunes mantienen su 'no' a los presupuestos de la Generalitat para 2024, un portazo que deja al president Pere Aragonès en la cuerda floja al final de su mandato. La líder de los morados en el Parlament, Jessica Albiach, dejó claro en la mañana de hoy que no se daban por satisfechos con lo ofrecido por el Govern y que mantendrían su enmienda a la totalidad de los presupuestos pactados por ERC y PSC. Así ha sido.

El pleno del Parlament ha rechazado en la votación de la tarde el proyecto de ley de Presupuestos de la Generalitat de 2024, que solo han recibido el apoyo de ERC y PSC-Units y la diputada no adscrita Cristina Casol, ex diputada de Junts, -67 de los 68 votos necesarios- y el voto en contra de Junts, Vox, CUP, Comuns, Cs y PP.

La Cámara catalana ha votado las seis enmiendas a la totalidad a las cuentas de Junts, Vox, CUP, Comuns, Cs y PP, que han prosperado, por lo que decaen así los Presupuestos del Govern para 2024.

El Ejecutivo catalán había firmado un acuerdo presupuestario con el PSC y había intentado negociar con Junts, los Comuns y la CUP para recabar los apoyos suficientes. El Govern se reúne esta tarde con la posibilidad de avanzar los comicios en Cataluñaa sobre la mesa.

Presión al Gobierno

Albiach intervino esta mañana para darle una última oportunidad a Aragonès: "si usted rectifica, sale aquí y dice claramente que pararán el Hard Rock nosotros retiramos la enmienda a la totalidad, depende de usted, más no le puedo decir" ha sentenciado la líder del partido de Ada Colau. De nada han servido las presiones ejercidas en los últimos días por ERC, vía Madrid, recordando a Yolanda Díaz y Pedro Sánchez el peso de los republicanos en la actual mayoría progresista en el Congreso.

El 'no' de Catalunya en Comú (CatEC) se suma al portazo escenificado este miércoles también por Junts, que exigía al Govern la bonificación total del Impuesto de Sucesiones para apoyar als cuentas. El Govern ha repetido el Impuesto de Sucesiones es "una línea roja" para ERC, centrando toda la presión en los comunes. Si se confirma la derrota de las cuentas catalanas, Aragonès tendrá mucho más difícil agotar la legislatura hasta el próximo febrero de 2025, como ha insistido en que quiere hacer.

Acosado pro la falta de apoyo parlamentario y la criticada gestión de la sequía en Cataluña, el líder republicano podría optar por un adelanto electoral en los próximos meses, que ya reclaman algunos en el seno de ERC. El equipo de Aragonès, sin embargo, ha negado con rotundidad esta opción hasta el momento. Aunque también es cierto que confiaban en aprobar los "presupuestos más expansivos de la historia", con los que coger aire en la recta final del mandato.

Hard Rock, el casino de la discordia

En su intervención Albiach ha vuelto a recriminar a Aragonès su rechazo a frenar "el casino más grande de Europa" y ha reprochado al president que "no plante cara al PSC". El futuro del Hard Rock fue también una de las condiciones de Salvador Illa para apoyar las cuentas del Govern, en este caso el socialista exigió a Aragonès que no bloquee el trámite administrativo del proyecto, un plan urbanístico que Esquerra ha tenido en trámite durante los tres años de su mandato.

"Si cuando las izquierdas gobernamos asumimos como propio el proyecto de las derechas, qué alternativa estamos ofreciendo" se preguntaba Albiach desde la tribuna del Parlament. "Si queremos frenar a la derecha y la extrema derecha, las izquierdas tenemos que ser capaces de dibujar un proyecto alternativo, y esto no pasa por regalos fiscales a los casinos ni por poner la alfombra roja a los especuladores" añadía.

"Es hacer política en minúsculas, estar discutiendo todo el día sobre un proyecto entre dos empresas privadas" se ha lamentado la consejera de Economia, Natàlia Mas, sin demasiado éxito. En las últimas horas el Govern ha propuesto una reforma fiscal para subir los impuestos al juego, después de que el ejecutivo de Artur Mas prometiera una rebaja fiscal a los promotores de Hard Rock. Pero esta oferta no ha sido suficiente para los morados.

Barcelona y la bandera ecologista

Más allá de los discursos, sin embargo, el 'no' de los comunes a los presupuestos tiene una clave claramente electoral. Los de Colau han visto la oportunidad de hacerse en solitario con la bandera del ecologismo en un momento especialmente sensible por la sequía en Cataluña. Y repiten día sí día también que no se puede dar vía libre a un proyecto intensivo en uso de agua mientras se prohíbe regar a los agricultores. Aunque omite que la zona de Tarragona donde su ubicará el macro complejo turístico no está sujeta a restricciones porque sí tiene acceso al agua del Ebro.

Más allá de la bandera ecologista, con la vista puesta en las próximas elecciones europeas y más que probable adelanto electora en Cataluña, el 'no' de los Comunes tiene mucho que ver con el Ayuntamiento de Barcelona. Hace un año, los comunes sí apoyaron unas cuentas en las que ya figuraba la exigencia del PSC con el Hard Rock. Pero entonces Ada Colau gobernaba Barcelona y obtuvo los votos de ERC para aprobar sus últimas cuentas.

Ahora Colau presiona sin éxito a los socialistas para que le dejen entrar en el gobierno local, una opción que Jaume Collboni no se plantea, y que tampoco agrada a Esquerra, el tercer socio del tripartito municipal. Sin el aliciente de los presupuestos locales, los comunes han planteado un pulso que Esquerra no vio venir.