La historia de fe de Maricarmen, la feligresa de los raelianos que trabaja para que los extraterrestres sean bienvenidos en su país

Maricarmen Hernández posa con dos personas disfazadas de aliens.
Maricarmen Hernández posa con dos personas disfazadas de aliens.
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Maricarmen Hernández posa con dos personas disfazadas de aliens.

El encuentro con una civilización más adelantada, que les entregue 25.000 años de avances científicos, es la esperanza que mantienen los raelianos que siguen al francés Claude Maurice Marcel Vorilhon, más conocido como Raël. Maricarmen Hernández, la guía nacional de los raelianos en México, es una de estas discípulas y quiere que su país sea el sitio escogido para el tan anhelado encuentro. 

Hernández lleva 32 años en el movimiento, desde que su pareja puso en sus manos el primer libro de Raël (El libro que dice la verdad) y conoció a las personas que habían escuchado el mensaje de boca de unos canadienses que llegaron a Acapulco a inicios de los años 80. Ellos les hablaron de los “elohim”, que son los seres extraterrestres que crearon la vida que existe en la tierra y que volverán algún día.

Rael ha sostenido esa hipótesis desde 1973, cuando supuestamente se entrevistó con uno de estos seres y éste le pidió que divulgara la historia de los elohim, que descarta todas las teorías de la creación. La palabra “elohim”, sin embargo, no es para nada original, proviene del hebreo y aparece varias veces en la Biblia para referirse a los dioses en plural.

Un documental de Netflix estrenado hace poco revela que el autodenominado profeta ahora vive en Japón, tiene 78 años y ha abrazado el budismo. Hay muchas críticas hacia él, como el manejo opaco del dinero que sus seguidores han entregado para construir una embajada y recibir a los seres extraterrestres que tanto veneran.

Pero nada de eso importa para los raelianos incondicionales como Maricarmen. Hace poco esta mujer de 67 años organizó un pequeño acto por los 50 años de la primera revelación de Raël y acompañada de dos hombres disfrazados de extraterrestres se apostó en una de las esquinas del Zócalo, el corazón del centro histórico de Ciudad de México, para repartir volantes con el mensaje de los elohim.

Maricarmen, en la plaza del Zócalo.
Maricarmen, en la plaza del Zócalo.
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Maricarmen abandonó la religión católica en 1992 y se entregó al movimiento con mucha convicción. “Yo desde chica pensaba que los seres humanos tenían que ser felices, que no debería haber tantos tabúes y que todos éramos una misma familia, y eso es lo que ellos practican”, cuenta. Esta mexicana, que trabajó en varias multinacionales hasta su jubilación, ha asistido a todas las academias de la felicidad que organiza Raël y rige su vida por el calendario raeliano que empieza el 6 de agosto de cada año; para ellos la bomba atómica que cayó en Hiroshima fue el apocalipsis y a partir de entonces todo empezó de nuevo.

Su cambio de pensamiento la alejó de muchas personas. “Nos veían mal porque no veíamos a un dios asentado en una nube y eso era muy controversial en esta sociedad”, recuerda. “Comentaban de nuestra libertad y nuestra sexualidad y nos decían que hacíamos orgías”. También estaba el medallón que llevaban los raelianos emulando a su líder y que fusiona una estrella de David y una esvástica. “El símbolo les daba miedo”, reconoce.

Su familia, al principio, no aceptó que se alejara del catolicismo, pero con el tiempo la han apoyado. “No querían que yo perteneciera al movimiento, pero ahora quieren ser como yo. Ven que soy feliz, sonrío siempre, tengo paciencia con las personas, no odio, no reacciono mal, las emociones las tengo muy controladas… Ahora me dicen: ‘Algún día tenemos que ser felices como tú’”.

Las meditaciones que los raelianos hacen a nivel planetario están concentradas en pedir que las guerras acaben. “Los elohim no van a venir si no hay paz en el mundo”, explica Maricarmen. “El poder de muchos cerebros es infinito, enviamos amor a los seres que crean la guerra”. Se reúnen virtualmente cada lunes y martes y meditan en francés, el idioma del líder, inglés y español.

Comentaban de nuestra libertad y nuestra sexualidad y nos decían que hacíamos orgías

El plan de construir la embajada sigue en pie y la misma Maricarmen envía una pequeña contribución anual de unos 1.200 pesos al año (unos 65 euros). “Yo quisiera recibir a los elohim y tengo la esperanza de que lleguen”, cuenta emocionada y confiesa que ha hecho las gestiones para conseguir un terreno en México con los dos últimos dos presidentes, pero todavía no recibe respuesta. Ella asegura que seguirá insistiendo porque el país donde lleguen se convertirá en un centro de innovación científica y ella quiere eso para México, los 25.000 años de avances que les han ofrecido. Al principio todos los raelianos veían a Israel como el lugar idóneo para construir la embajada, pero la guerra eterna que libra con sus vecinos lo ha sacado de la lista, aunque también hay que contar que nadie ha respondido a los pedidos de los raelianos.

Pero nada de eso les importa a los 100.000 miembros del movimiento (hay unos 400 en México), que siguen esperando a los creadores de la vida humana. Mientras tanto se concentran en organizar la celebración de los 50 años de la segunda revelación que tuvo Raël, que será en 2025. Cuenta la literatura raeliana que en 1975 el francés fue llevado al planeta de los elohim y se encontró con los otros profetas que le precedieron y le dijeron que él era hermano de Jesús.

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