La noche del 1 al 2 de febrero de 1959 marca uno de los mayores misterios sin resolver dentro de la extinta Unión Soviética. Esa noche, en el paso Diátlov, en una de las laderas de la montaña Jólat Siajl (“Kholat Syakhl”), desaparecieron los nueve integrantes de la expedición de alpinismo en extrañas circunstancias. Un mes después, fueron hallados los nueve cuerpos sin vida en ese enclave de los montes Urales.

Ígor Diátlov, Zinaída Kolmogórova, Liudmila Dubínina, Aleksandr Kolevátov, Rustem Slobodín, Yuri Krivoníschenko, Yuri Doroshenko, Nikolái Thibeaux-Brignolles y Aleksandr «Semión» Zolotariov nunca pudieron llegar a su objetivo: la montaña Otortén (Отортен). Todos tenían experiencia en alta montaña y esquí de fondo, estudiantes de la entonces Universidad Estatal Técnica de los Urales. En el momento de encontrarse los cuerpos, el enigma se fue engrandeciendo. El secretismo impuesto por el KGB aún aumentó el halo de misterio y comenzaron a desarrollarse varias teorías en torno al suceso ocurrido en el paso de montaña que, desde entonces, lleva el nombre del líder de la expedición que murio allí: Ígor Diátlov.

A falta de una explicación concluyente, comenzó la leyenda en torno al paso de la montaña Jólat Siajl, que en idioma mansi significa “Montaña de la Muerte”, por las condiciones extremas que alberga. A lo largo de los años y décadas el misterio no dejó de crecer, alimentando todo tipo de teorías, desde las más racionales y plausibles a las más descabelladas, siendo caldo de cultivo para alimentar varios libros, series de televisión y películas, como “El paso del diablo”( «Devil’s Pass” o “The Dyatlov Pass Incident”) de Renny Harlin, estrenada el 2013, que alimenta lo más sobrenatural de las hipótesis sobre este suceso.

Lejos de esos parámetros fantásticos se sitúa el tebeo de Cédric Mayen y Jandro González: “El misterio del paso Diátlov” (“Le Mystère du col Dyatlov”), recién estrenado en castellano por Norma Editorial. Un cómic que nace con la intención de reconstruir lo que ocurrió aquella fatídica noche de febrero del 59 a la vez que nos muestra la investigación llevaba a cabo para intentar esclarecer los hechos, llevada a cabo por Lev Nikititch Ivanov.

Con la sobriedad y una intencionalidad de ser fiel a lo contrastado, Mayen construye un guion sobrio en el que se intenta reconstruir lo vivido por los alpinistas, en base a lo contrastado. Del mismo modo nos muestra las pesquisas llevadas a cabo por Ivanov. Todo apoyado en las líneas de investigación posteriores que se han centrado en el caso, con conclusiones bastante plausibles.

Así se nos presenta este misterio, que el lector sacará sus conclusiones tras la lectura del mismo. Hábilmente dibujado por Jandro González («La vampira de Barcelona» o «La sombra roja») que nos transmite el frio de los Urales en cada viñeta, así como con el hábil retrato contextual de lo que era la Unión Soviética de esos días, en una caracterización contextual muy acertada, tanto en ambientación como en lo conductual de los cuerpos y fuerzas de seguridad del extinto estado comunista. El color, elemento indispensable en el resultado final, baña en tonos sepia lo vivido por la expedición, mientras la paleta se amplía con dominio verdoso (que remite a los «soviet» de la época) cuando las viñetas se centran en el momento de la investigación del misterio. Recurso acertado, pues sitúa y atrapa al lector en todo momento para aumentar el deseo de querer avanzar en la trama.

Mesurado y respetuoso con las investigaciones en torno a este incidente. Así se conforma “El Misterio del Paso Diátlov” en sus 108 páginas editadas en cartoné por Norma, con traducción a cargo de Robert Juan-Cantavella. Tras su lectura, el volumen se complementa con un excelente dosier gráfico de Jandro González, donde podemos ahondar en el arte conceptual en torno al cómic, así como la cubierta de la edición francesa, pues González ha realizado una portada exclusiva para la edición española.

Como broche final, queda el dosier que contextualiza tanto el incidente en sí como muestra las hipótesis más sólidas que se han investigado, transcribiendo la realizada por Teodora Hadjiyska y entrevistas a Richard Holmgren, Alexander Puzrin y Johan Gaume, junto a un texto del propio Mayzen y la bibliografía utilizada en la documentación de este guion, para quien quiera ahondar más en el tema. Complementos, sin duda, a la altura de la solvencia que contienen las páginas de este cómic, que da la justa dimensión de lo que se sabe a ciencia cierta, alejado de fantasías y con una certera mirada a lo plausible en torno a este misterio. Con la especial habilidad de no despejar el enigma, sino que deja las respuestas en el aire de las viñetas, para que el lector saque sus conclusiones Y eso, junto al arte de Jandro González, es donde reside la potencia de «El Misterio del Paso Diátlov«