España pide a la UE prohibir la importación de GNL ruso

Relaciones internacionales

Los países apoyan seguir reduciendo al 15% el consumo de gas

Instalaciones de Enagás en el puerto de Barcelona

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César Rangel

Dos años después de la invasión de Ucrania, el debate sobre la importación de gas natural licuado (GNL) vuelve a estar en el centro del debate, justo cuando las informaciones apuntan a que España es el país que más importa este combustible desde Rusia. Ante la situación, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, instó ayer a que se reduzca o se elimine la compra de GNL ruso en todos los Veintisiete “lo antes posible”, mientras que Bruselas está dispuesta a hablar con los países sobre cómo podría aplicarse, aunque descarta medidas legislativas inmediatas.

España se convirtió el año pasado en el país que más GNL importa desde Rusia de toda la Unión Europea, desbancando a Francia, debido a la gran cantidad de terminales de regasificación con que cuenta el país, que concentra un tercio de toda la capacidad de la UE. Así lo ha esgrimido siempre el Gobierno al recordar que cuando el combustible es regasificado se envía a otros países europeos o a terceros.

España tiene un tercio de la capacidad de regasificación de toda la Unión Europea

Ribera a menudo ha lamentado el aumento de las importaciones y el año pasado pidió por carta a las energéticas que dejaran de comprar gas ruso, pero la única fórmula viable —así lo defienden también las compañías— es que se pacte a nivel europeo una prohibición, porque a menudo hay obligaciones contractuales que impiden tomar medidas de forma unilateral. “Insistiré en ello porque necesitamos una posición común en Europa, y no de cara al futuro, sino lo antes posible”, insistió ayer la vicepresidenta, después de que Lituania propusiera con motivo de la reunión de ministros de Energía en Bruselas una prohibición en las importaciones de gas ruso, a partir del 1 de enero de 2027. En este sentido, pidió a Bruselas medidas legislativas “urgentes” para que se pueda llevar a cabo. Sin embargo, a punto de acabar la legislatura, no hay tiempo para proponer medidas de este calado.

Varios estados miembros se mostraron a favor de la propuesta lituana, aunque tal y como subrayó la ministra belga de Energía, Tinne Van der Straeten, cuyo país ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, “para prohibir la importación de gas natural licuado proveniente de Rusia se debe hacer a través de una paquete de sanciones y requiere unanimidad”. Sin embargo, no hay consenso entre los países, con las dudas abiertamente expresadas por parte de Alemania.

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En este sentido, la posibilidad que se estudia es que dentro del conocido como “paquete del gas”, una legislación que debe votar en abril la Eurocámara, se utilice una cláusula con la que los países pueden reducir las importaciones de gas. No obstante, se deben cumplir una serie de requisitos complejos técnicamente que hacen especialmente difícil su aplicación. Aun así, dado el interés de algunos países, la Comisión Europea se comprometió a discutir con las capitales que lo deseen cómo podría aplicarse esta reducción voluntaria.

Paralelamente, los ministros dieron su visto bueno a mantener la reducción de un 15% en el consumo de gas para el próximo año.

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