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Jesús Fernández Úbeda

Sánchez ya es un chiste malo

El pitorreo ha cambiado de bando: el presidente, durante la sesión de control de este miércoles, fue Jaimito, el tomellosero tonto.

El pitorreo ha cambiado de bando: el presidente, durante la sesión de control de este miércoles, fue Jaimito, el tomellosero tonto.
El presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, junto a la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, durante la sesión de control al Gobierno, este miércoles. | EFE

Los tiempos están cambiando en el Congreso mientras, inevitablemente, suena Bob Dylan: "El orden se está desvaneciendo rápidamente / y el primero ahora / más tarde será el último". La metamorfosis se intuye en el humor. En poco más de un año, Pedro Sánchez ha pasado de provocar la carcajada masiva burlándose de Cuca Gamarra –"Se le ha hecho largo, señoría"– a ser el objeto del chiste. Alberto Núñez Feijóo acertó renovando su infantería parlamentaria, las circunstancias echaron más arroz a la paella, et voilà: durante la sesión de control al Gobierno, el presidente ejerció de Jaimito, del tomellosero tonto, de un gangoso de Arévalo –en paz descanse–.

Tenía este miércoles el androide monclovita un aire como de niño ridiculizado que, ebrio de frustración, intenta devolver el golpe sin éxito. Sánchez, que arribó al poder sacando una moción de censura contra Rajoy y que lo busca conservar amnistiando a un prófugo que, amén de golpista, está acusado de malversación, le dijo a Feijóo que "causa sonrojo el que piense que puede sacar tajada política de la corrupción". El cachondeo en la bancada de la derecha no fue chico. Creo que, para redondear la faena, Armengol, nerviosita perdida tras leer en el periódico de la mañana que su gobierno autonómico endosó a la UE el gasto de 3,7 millones de euros públicos en mascarillas de la trama vinculada a Koldo García a sabiendas de que eran defectuosas, tendría que haberse marcado un redoble de batería. Papumpás. A Dios gracias, Óscar Puente pasó de imitar a Ignatius Farray y no enseñó ningún pezón.

El PP, después de no sé cuántos eones, ha patentado un estribillo pegadizo: el Gobierno está, en palabras de Miguel Tellado, "cercado por la corrupción". Feijóo defendió que Sánchez estaba al tanto del escándalo que ha empujado al exsecretario de Organización del PSOE a refugiarse en el Grupo Mixto: "Es de usted de quien no acaba de fiarse el señor Ábalos. ¿Sabe por qué? Porque le conoce". El líder de la oposición insistió en la idea de que el presidente "lo sabía y lo tapó" y se quedó sin tiempo, por enésima vez –le faltan clases de sesión de control–, mientras preguntaba por qué exigió el acta del exministro de Transportes y lo ha expulsado del partido, "pero no al señor Cerdán o a los miembros de su gobierno o de su partido" que… no sé, porque no se le oyó. Respondiéndole, el hombre que firma libros escritos por Irene Lozano le llamó "Torquemada", se marcó otro chiste malo –"Este Gobierno nunca va a señalar a la justicia ni a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado"– y disparó a la de siempre: "¿Por qué cayó el señor Casado? Por denunciar una trama de corrupción de la señora Ayuso en la CAM". Al poco de que Ione Belarra le reprochara que "sólo ha hablado de dos cosas: de la amnistía y de la corrupción del PSOE", se dio el piro.

Tellado, que no es dado a hacer prisioneros, se hinchó a decir que el Gobierno está hasta el cuello por la corrupción, "corrupción de ahora, no corrupción del pasado", "corrupción política, corrupción moral y corrupción económica": "Nos dijeron que saldríamos más fuertes. Lo que no nos dijeron es que algunos socialistas saldrían más ricos". El portavoz parlamentario del PP, erre que erre, denunció que "Sánchez conocía todo hace dos años, cesó al señor Ábalos por eso y lejos de poner los hechos en conocimiento de la justicia, se calló". Félix Bolaños: "Me repugna la corrupción". De nuevo, el popular gallego: "Le repugna la corrupción pero convive con ella. Esa es su realidad. Este es un Gobierno cercado por la corrupción, acorralado por la corrupción. Están enterrados en el fango más asqueroso de la corrupción política". El titular de la cartera de Justicia, dramatizando: "No hay nada más desalentador que el 'y tú más'". Pepa Millán, de Vox, sobre el mismo tema: "Para saber la verdad, no hace falta crear comisiones teatro: basta con ir a Ferraz, a su sede. Allí están todas las respuestas". El ministro tridentino rememoró aquellas noches en las que dormía dos o tres horas mientras hacía "decretos que salvaban vidas" buscando respiradores y proveedores. Todo muy Escarlata O'Hara.

Gamarra, nobleza obliga, estuvo bien: "Repiten que les repugna la corrupción. Sin embargo, son ministros gracias a ella". Preguntó a Marlaska por el contrato de Interior con la empresa de Koldo, si la cosa se investigará y si el ministro es parte de la trama. Respuesta de su interlocutor: "A diferencia de los Gobiernos del PP, lo que hacemos es colaborar en todo momento con la justicia. Lo que no hacemos es montar una policía patriótica para destruir pruebas". Mientras tanto, Ábalos se encontraba en Onda Cero invocando a Cerdán y declarando que "todos podemos hacer un curso de malo". No den a nadie por muerto.

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