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Tres años y medio sin ver a sus hijos por las denuncias falsas de su ex y la "complicidad" de los equipos psicosociales

La Comunidad de Madrid acaba de abrir un expediente a la psicóloga por retrasar 20 meses el informe preceptivo para dirimir la custodia.

La Comunidad de Madrid acaba de abrir un expediente a la psicóloga por retrasar 20 meses el informe preceptivo para dirimir la custodia.
Juan lleva tres años y medio sin ver a sus hijos | David Alonso Rincón

Al estigma que sufren todos aquellos hombres que son víctimas de se suma el drama de ser apartados de sus hijos hasta que se aclare lo sucedido, y lo que les genera más impotencia si cabe: el retraso de los equipos psicosociales a la hora de emitir los informes que requieren para recuperarles.

Ese es precisamente el caso de Juan, un policía nacional que lleva tres años y medio sin ver a sus pequeños por culpa de su exmujer, sí, pero también por la "complicidad" de una psicóloga que sigue retrasando la valoración que tanto ansía. No en vano, la Dirección General de Recursos Humanos y Relaciones con la Administración de Justicia de la Comunidad de Madrid acaba de abrir expediente a la trabajadora por la posible comisión de una falta grave y dos muy graves, ante lo que considera que puede constituir un "notorio incumplimiento de las funciones esenciales inherentes al puesto de trabajo o funciones encomendadas".

La psicóloga, que se puede enfrentar incluso a un despido disciplinario y a la inhabilitación para un puesto similar en el futuro, lleva 20 meses retrasando el informe y contribuyendo, por tanto, a un desarraigo cada vez mayor entre el padre y sus dos hijos, a los que no ve desde que tenían 6 y 3 años respectivamente. Así lo pone de manifiesto el durísimo escrito de apertura de expediente de la CAM, en el que, además, también se recoge un episodio en el que ésta habría increpado violentamente a la abogada de Juan.

"La conducta de la trabajadora ocasionó un retraso injustificable, afectando gravemente al proceso judicial y, por tanto, al correcto funcionamiento de la Administración de Justicia, puesto que el informe pericial requerido era esencial para el sentido de la resolución que tenía que dictar la juez sobre la custodia y el régimen de visitas de los menores de edad, lo que repercutió directamente en la situación familiar y afectiva del denunciante y de sus hijos, y presuntamente pudo ocasionar un daño irreparable a los derechos debidos a dos personas de 10 y 6 años de edad".

Ese daño "irreparable" es precisamente lo que le quita el sueño a Juan, un hombre que incluso llegó a pensar en suicidarse y a ingresar temporalmente en un psiquiátrico ante el infierno en el que le ha sumido su exmujer, que hasta le acusó de abusar sexualmente de sus propios hijos, como él mismo relató en una durísima entrevista concedida a Libertad Digital hace más de un año. Ya entonces, Juan -que ahora la llevará a ella a los tribunales por denuncia falsa- mostraba su temor a que los pequeños pudieran llegar a olvidarse de él y a que la situación pudiera ser usada por su expareja para alegar un desarraigo que le impidiera disfrutar, cuanto menos, de una custodia compartida.

Desgraciadamente, la resolución no hará que Juan les recupere inmediatamente, pero sí es una pequeña gran victoria para este padre coraje que el pasado 5 de febrero se dirigió al consejero de Presidencia, Justicia y Administración Local de Madrid, después de meses reclamando a los juzgados y hasta denunciando su caso ante el Defensor del Pueblo, quien se lavó las manos dejando cualquier actuación al respecto en manos de la Comunidad de Madrid.

La psicóloga ya había sido apercibida por la juez

Tal y como recoge el escrito de apertura del expediente, la psicóloga fue designada el 21 de junio de 2022. Después de casi dos años sin ver a sus hijos, Juan había conseguido por fin que la Audiencia Provincial confirmase el archivo de las denuncias que su exmujer le había interpuesto. Sin embargo, para decidir sobre la custodia, el juzgado nombró a un equipo psicosocial que debía entrevistar a todas las partes -madre, padre e hijos- y elaborar un informe al respecto. Sus abogadas ya le advirtieron de que aquello tardaría unos meses. Lo que no se imaginaba es que año y medio después todavía seguiría esperando.

La psicóloga tardó ocho meses en citarles a todos. No sin antes haber recibido hasta dos requerimientos por parte de la titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer Número 9 de Madrid. El 4 de mayo de 2023, ya realizadas las entrevistas, la magistrada tuvo que volver a dirigirse al equipo psicosocial para reclamar un informe que seguía sin llegar, bajo amenaza de comunicar el retraso injustificado al Instituto de Medicina Legal y Forense de la Comunidad de Madrid, algo que finalmente no tuvo más remedio que hacer.

Con fecha de 9 de junio, el citado organismo comunicó al jefe de Sección de Psiquiatría y Equipos Sociales lo sucedido y éste se comprometió a enviar el informe la siguiente semana. Sin embargo, dicha promesa nunca llegó a cumplirse. La Comunidad de Madrid siguió reclamándolo y es entonces cuando descubrió que la trabajadora ha ido cogiéndose distintas bajas "por incapacidad laboral transitoria", situación en la que se encuentra actualmente.

En todo caso, descontando dichas bajas, así como días inhábiles, el Gobierno regional subraya que "la trabajadora denunciada ha dispuesto de cinco meses y medio para elaborar y emitir al juzgado el informe", por lo que la Dirección General de Recursos Humanos y Relaciones con la Administración de Justicia ha acordado abrir un expediente disciplinario contra ella a tenor del grave perjuicio que su dejación de funciones ha ocasionado a este padre, pero también y, sobre todo, a sus dos hijos pequeños.

Todas las denuncias fueron archivadas

El calvario de Juan comenzó el verano de 2020, cuando tras varias discusiones le planteó a su exmujer el divorcio. Tras un intento frustrado de reconciliación, llegó la primera denuncia, basada en un parte de lesiones en el que ni siquiera aparecían fotografías. "La paciente relata varios episodios de violencia física desde hace seis años. Relata que le da patadas, la empuja, la zarandea, le tira de los pelos, la amenaza con hacerle daño a ella y a sus hijos, que les quiere quitar de en medio —escriben los peritos—. Refiere, además, que también ha agredido a sus hijos, tirándoles del pelo y pegándoles, dándoles golpes con la cabeza contra la mesa".

El tono de las denuncias, sin embargo, fue a más para sorpresa de Juan, pero también para amigos y vecinos, quienes no daban crédito a la vida que su exmujer describía y de la que jamás habían sido testigos. Ante los agentes, describió auténticas palizas que habrían tenido lugar desde que nació su hijo mayor, con golpes contra la pared y patadas en las piernas, así como malos tratos hacia los niños, a los que, además, según esgrimía, "les tocaba el culo de manera reiterada" e incluso "se masturbaba en el baño después de hacerlo". La mentira que más le dolió a este padre, sin embargo, fue la frase con la que, según su exmujer, le habría respondido tras reprenderle por esta actitud: "O te callas o le violo delante de ti y tú miras".

Meses después, la joven ampliaría la denuncia, añadiendo expresiones dedicadas a los niños como "ese culito" o "ese rabito", supuestos golpes brutales contra la trona a los pequeños, a los que dice que su marido llegó a apuntar con la pistola, golpes con un cinturón o con la porra e incluso amenazas de tirarles por la ventana. "Os voy a pegar un tiro a los niños y a ti, y os tiraré a los jabalís para que os caguen, que no dejan ni rastro", apunta que dijo en una ocasión. A ello se suman acusaciones de consumo y tráfico de drogas, de proxenetismo, de intentar envenenarles a ella y a los niños, de intentar asesinar a su hermano y a su propia familia, de tenerla vigilada con cámaras y micrófonos e, incluso, de pagar cinco euros a un compañero de clase de su hijo mayor para que le pegara.

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Los vecinos de Juan no daban crédito al relato de su exmujer

Todas las acusaciones -una "denuncia falsa de libro", según Juan- fueron desmontadas por la Justicia. "Se exploró al hijo de las partes, Rodrigo, no resultando de la misma indicios de que hubiera sido testigo de agresión alguna ni víctima de malos tratos o abusos sexuales por parte de su padre. Se ha procedido a oír a todos y cada uno de los testigos que la denunciante mencionó en sus declaraciones y denuncias, no aportando ninguno de ellos ningún dato relevante para el esclarecimiento de los hechos, avalando incluso alguno de ellos la tesis del investigado", concluye el auto del Juzgado de Violencia sobre la Mujer Número 9 de Madrid, que hace hincapié, además, en las "versiones contradictorias" que ofrece su exmujer. Sus argumentos fueron avalados punto por punto por el fiscal del caso y ratificados por la Audiencia Provincial, que en junio de 2022 dictó el archivo definitivo.

Ahora, Juan la ha llevado a ella a los tribunales por denuncia falsa. Sin embargo, el daño ya está hecho. "¿Te imaginas lo que es tener una vida completamente normal y que, de un día para otro, tu pareja te acuse de algo tan grave? Han destrozado mi vida y la de mis hijos", insistía entre lágrimas en la entrevista que concedió a LD en noviembre de aquel año. Sus vecinos, con los que también pudo hablar este periódico, le defendían a capa y espada y confiaban en que pudiera recuperar a sus hijos cuanto antes. Lo que ellos tampoco imaginaban es que, después del calvario que había pasado, Juan aún tendría que seguir esperando un informe que parece no llegar nunca.

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