PRESIÓN DEL GOBIERNO A ÁBALOS

Exaltos cargos del PSOE dudan de que Koldo actuase solo: “No tiene capacidad"

Algunos lo recuerdan como un chófer, otros como un escolta y, en su mayoría, como alguien con ciertas limitaciones para asumir funciones más estratégicas

Fuentes cercanas al Gobierno aseguran que ni siquiera solía asistir a las reuniones de los consejos de administración donde lo nombró Ábalos (Renfe y Puertos)

Koldo García, exasesor de José Luis Ábalos, a su salida de la Audiencia el pasado jueves.

Koldo García, exasesor de José Luis Ábalos, a su salida de la Audiencia el pasado jueves. / Europa Press

Iván Gil

Iván Gil

De repente, nadie conoce a Koldo García. Al menos, en el actual PSOE. “Asesores hay miles”, justifica una dirigente del partido para asegurar que no ha tenido “ningún tipo de relación con este hombre”. El secretario de Organización, Santos Cerdán, de cuya mano aterrizó en Ferraz el ahora investigado por una presunta trama de mordidas en la venta de mascarillas durante la pandemia, limita los vínculos a su etapa en Navarra. “Le conozco porque vivía en Navarra y colaboraba con nosotros en Navarra”, argumentaba esta semana.

En el PSN, en cambio, devuelven la pelota para destacar que ya no es militante y que le perdieron la pista cuando se fue a Madrid para formar parte del equipo de colaboradores con el que Pedro Sánchez reconquistó la secretaría general. Al igual que su pareja, Patricia Úriz, otra de las detenidas en la trama, a pesar de haber formado parte de la ejecutiva del partido en Navarra entre 2014 y mediados de 2017. Hasta el propio José Luis Ábalos explicó en una primera versión a los medios, nada más estallar el caso, que "con el tiempo" había ido perdiendo la relación con el que era uno de sus principales asesores y persona de confianza. Sin embargo, unas horas después reconocía en una entrevista televisiva que había mantenido una conversación con el detenido "hace dos semanas.

Quienes no tienen reparo en reconocer que sí tuvieron contacto con Koldo García son algunos de los exidirigentes del primer 'sanchismo'. Muchos de ellos advirtieron sobre algunas de sus conductas, llamando la atención sobre su idoneidad. No en vano, cuando llegó a la sede federal contaba ya con un par de condenas por agresión. Estos ex altos cargos coinciden en mostrar sus dudas sobre la posibilidad de que actuase solo. Algunos lo recuerdan como un chófer, otros como un escolta y, en su mayoría, como alguien con ciertas limitaciones para asumir funciones más estratégicas.

“No lo veo con capacidad para montar una trama de este tipo en solitario”, explica un excolaborador del partido. Hay quien apunta sin medidas tintas que “tenía las neuronas justas”. La compra con el dinero supuestamente obtenido de las mordidas de dos pisos en Benidorm, en primera línea de playa, ratificaría este análisis, sostienen. Extienden así sus sospechas sobre que contase con otros colaboradores, sin poner la mano en el fuego sobre que su jefe directo, el exministro, desconociese sus movimientos. Lo cierto es que era su sombra.

Perfil bajo

Un “asistente personal” que lo acompañaba a todos los sitios, como saltaba a la vista de todo el mundo. Otros extienden el círculo porque en su momento habría reportado a algún dirigente del partido. Fuentes cercanas al Gobierno aseguran que ni siquiera solía asistir a las reuniones de los consejos de administración donde lo nombró Ábalos (Renfe y Puertos). Y según las actas, las pocas veces que lo hacía optaba por mantener un perfil bajo.

En una de las conversaciones intervenidas por los investigadores de la presunta trama se señala a Ábalos. El presunto cabecilla, Juan Carlos Cueto, traslada a otros de los empresarios respecto a las adjudicaciones obtenidas que “...esto era un favor que le estaba pidiendo tu vecino (Koldo)… él y su ex jefe”, en alusión al exministro. La charla tuvo lugar el pasado 4 de diciembre, y en ella Cueto añade al otro empresario que "parece ser que el otro ha dicho que sí… porque le han dado un favor a cambio".

Entrega del acta

Tras conocerse el auto de la causa, donde uno de los pinchazos recogidos apunta a Ábalos, la vicepresidenta primera y número dos del PSOE, María Jesús Montero, lo empujaba a dejar el acta de diputado. “No hay ningún tipo de reproche penal al señor Ábalos y, por lo tanto, le corresponde a él [tomar una decisión sobre el escaño]. Pero yo sé lo que yo haría”, apuntaba este viernes. Previamente, la titular de Defensa, Margarita Robles, aseguraba en una entrevista en RNE que “no me corresponde a mí decirlo, cada uno tiene que saber lo que tiene que hacer en cada momento. No se trata de la opinión personal que yo pueda tener, que no tiene ningún valor, se trata de las actuaciones judiciales.

El principal servicio de Koldo García al partido, antes de medrar a la sombra de Ábalos, fue custodiar los avales en la candidatura de Sánchez durante el proceso de primarias, con el que recuperó el control del PSOE. El propio líder de los socialistas lo dejó así relatado en ‘Manual de resistencia’ (2019), su primer libro autobiográfico: "El día de la entrega era el 4 de mayo. Las dos noches anteriores, Koldo, un miembro de la candidatura, se quedó a dormir en la oficina para custodiarlos. Como anécdota, valga contar que una vecina del edificio le ofreció su baño para que se duchara porque él no quería dejarlos sin vigilar ni un solo momento".