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Desaparece en el espacio el motor cuántico que desafía las leyes de Newton
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A bordo del satélite Barry 1

Desaparece en el espacio el motor cuántico que desafía las leyes de Newton

Los responsables de la misión aseguran que han perdido el control con el satélite que lleva los dos motores experimentales antes de que pudieran demostrar su funcionamiento

Foto: Un motor cuántico similar al que está en pruebas. (NASA)
Un motor cuántico similar al que está en pruebas. (NASA)

La misión que iba a demostrar las capacidades del esperadísimo motor cuántico no han salido como esperaban sus creadores, la compañía estadounidense IVO. Se trata de un propulsor experimental que no necesita combustible y que promete revolucionar tanto el futuro de los viajes espaciales como rescribir las leyes del movimiento de Isaac Newton.

El plan consistía en utilizar dos versiones del nuevo motor para impulsar un satélite en miniatura (cubesat) con el que demostrar que el sistema puede proporcionar empuje. Sin embargo, según un comunicado de Rogue Space Systems, la compañía que desarrolló el satélite Barry 1 donde iban alojados los motores, ha habido un fallo. Tras dos meses de trabajo, Rogue anunció recientemente que había perdido toda comunicación con el satélite.

Foto: Cartel de la película Bohemian Rhapsody.

Rogue asegura que el Barry 1 experimentó continuos problemas en el sistema de alimentación del bus de datos del satélite justo después de su lanzamiento el 11 de noviembre de 2023 y durante todo el LEOP (Lanzamiento y fase orbital inicial).

"El equipo de operaciones de Rogue Space Systems anuncia la suspensión de la fase activa de nuestra primera misión en órbita", explica la compañía. “Actualmente, estamos investigando la causa de la pérdida de comunicación y proporcionaremos actualizaciones a medida que sepamos más. Seguiremos intentando restablecer la comunicación con el satélite y ofrecemos a IVO la oportunidad de volar en las próximas misiones Rogue que se lanzarán en 2025”.

Un motor “imposible”

Newton explica en su tercera ley del movimiento que para cada acción hay una reacción igual y opuesta, así que para enviar una nave al espacio hay que propulsarla hacia arriba (con un motor) expulsando algo por abajo (combustible) que le permita escapar de la fuerza de la gravedad de la Tierra y navegar por el espacio.

Tradicionalmente, las naves espaciales han requerido de grandes motores propulsados por enormes cantidades de combustible, pero en los últimos años se han propuesto otro tipo de motores, como las velas solares o los motores de iones, que se basan en otros principios físicos y prometen alcanzar velocidades nunca vistas hasta ahora.

placeholder Ilustración de una nave de ciencia ficción con vela solar de Bert Willemsen (immeasurably.art)
Ilustración de una nave de ciencia ficción con vela solar de Bert Willemsen (immeasurably.art)

Otro de esos nuevos propulsores espaciales es el motor cuántico que IVO ha llevado a la práctica basándose en las teorías del físico Mike McCulloch, profesor de la Universidad de Plymouth. Este motor desafía el concepto de inercia planteado por la primera ley de Newton y ha levantado un gran revuelo en la comunidad científica.

Newton dice que "los objetos se mueven en línea recta a velocidad constante a menos que se les empuje". Sin embargo, McCulloch asegura que esta definición, aunque es sencilla, no llega a explicar del todo cómo funciona la inercia. Para resolverlo, el investigador desarrolló en 2007 su propia teoría llamada QI (Quantized Intertia) en la que trata de explicar el concepto de la inercia aplicando las extrañas leyes del mundo cuántico.

Investigadores de todo el mundo recibieron la teoría de McCulloch con críticas porque desafía las leyes del movimiento que se han venido demostrando precisas con cada lanzamiento espacial. Sin embargo, el Quantum Drive, el motor cuántico de IVO, ya ha tenido éxito en las pruebas de laboratorio y su lanzamiento demostrará sin lugar a dudas si las ideas de McCulloch son erróneas o si deberíamos replantearnos lo que sabemos sobre el movimiento en el vacío del espacio.

placeholder El motor de iones chino. (SCMP)
El motor de iones chino. (SCMP)

Observar detenidamente cómo funcionan los mecanismos de la inercia y la gravedad ayudó a arrancar el proyecto, explica Richard Mansel, fundador y director general de IVO en declaraciones realizadas en su momento a The Debrief. "Entonces me topé con el trabajo del profesor Mike McCulloch, de la Universidad de Plymouth". Mansel se dio cuenta de que en sus instalaciones tenía todos los equipos necesarios para testar otras tecnologías basadas en el QI de McCulloch. Las pruebas realizadas fueron positivas, pero antes de lanzarse al desarrollo de sus motores querían estar seguros, así que usaron la cámara de vacío térmico de otra compañía (E-Labs en Fredericksburg, EEUU) que les ayudaría a obtener pruebas definitivas. El motor cuántico llegó a producir alrededor de 10 milinewtons, un empuje pequeño, pero que confirmaba que las teorías de McCulloch no son una locura.

Hay que probarlos en el espacio

Buscar posibles fallos en el diseño del motor se convirtió en el objetivo principal en ese momento y la compañía decidió traer expertos independientes que les ayudaran a analizar el desarrollo. "Hemos tenido a varias personas del ámbito de la astrofísica, incluidos profesores universitarios expertos en este campo, que han venido en persona para intentar averiguar dónde nos faltaba algo", explicó Mansell. "Llegamos a un punto en el que nuestros inspectores dijeron que no había nada que pudiéramos hacer para mejorar lo que estábamos haciendo. Hay que ir al espacio".

placeholder La nave espacial con motor láser-térmico en órbita terrestre. (McGill University)
La nave espacial con motor láser-térmico en órbita terrestre. (McGill University)

Este proceso de pruebas, afirmó Mansell, les obligó a introducir una serie de cambios significativos en las tecnologías anteriores que mejoraban su calidad y que les llevaron a pedir sus propias patentes. A día de hoy, IVO asegura que su motor ofrece una eficiencia sin igual, alcanzando hasta 52 milinewtons con un solo vatio. El sistema puede usar la energía recogida por los paneles solares y prescindir de la necesidad de llevar combustible, es modular, con lo que se pueden añadir más unidades para multiplicar el empuje y se pueden colocar en cualquier orientación, lo que permite hasta 6 grados de libertad.

Rogue Space Systems, cuyo satélite de pruebas carece de propulsión propia, ha sido el banco de pruebas de la nueva tecnología. Gracias a las dos configuraciones del motor cuántico que ha preparado IVO para el lanzamiento, el equipo pretendía testar dos versiones diferentes del mismo concepto y seguir adelante con las pruebas en caso de que uno de ellos falle. "Son configuraciones y niveles de potencia ligeramente diferentes", explicó Mansell.

La misión que iba a demostrar las capacidades del esperadísimo motor cuántico no han salido como esperaban sus creadores, la compañía estadounidense IVO. Se trata de un propulsor experimental que no necesita combustible y que promete revolucionar tanto el futuro de los viajes espaciales como rescribir las leyes del movimiento de Isaac Newton.

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