Cuando la anciana de 87 años se dio cuenta, ya era tarde. Alguien había vaciado su cuenta bancaria, donde reunía cerca de 30.000 euros. Y aunque aún no sabe si el banco le devolverá esta cantidad, al menos se muestra "agradecida" de saber que el delito no haya quedado impune.
Agentes de la Policía Nacional han detenido a dos personas, entre ellas una de sus cuidadoras -ecuatoriana de 37 años-, por acometer esta fechoría. Junto a su acompañante, también nacido en Ecuador en 1980, utilizó los datos de la octogenaria para adquirir tarjetas bancarias, mediante las cuales sacaron todos sus fondos, dejando a la víctima, que reside en Villa de Vallecas, sin blanca.
Tanto es así que, tras interponer la denuncia correspondiente a principios de enero, fueron los propios agentes los que crearon un bote para que pudiera comprar comida, ya que le habían sisado hasta la pensión del mes.
Las primeras pesquisas ya revelaron que alguien había contratado una tarjeta a nombre de la estafada y, con ella, había realizado un elevado número de compras y retiradas de efectivo en cajeros sin su consentimiento. "Se gastaban el dinero en gasolineras, peluquerías, restaurantes... Hasta compraron un coche. Además, enviaban cantidades al extranjero", cuentan a este diario fuentes policiales.
Tras conocer los hechos, la investigación se centró en los individuos que ejercieron de cuidadores de esta anciana, casi una treintena de personas. Finalmente dieron con la sospechosa, trabajadora de una empresa que había atendido ocasionalmente a la víctima, comprobando que los cargos bancarios coincidían con sus movimientos por el territorio nacional, especialmente Madrid, Toledo y Almería.
Las pesquisas acreditaron que la presunta autora había trasladado su residencia a la localidad andaluza de Roquetas de Mar, estableciéndose allí un dispositivo que culminó con su detención y la de un varón como presuntos autores de los delitos de estafa y hurto.