Yassine Kanjaa se encontraba en España de forma irregular y tenía una orden de expulsión dictada siete meses antes cuando, el 25 de enero de 2023, hace hoy justo un año, atentó en dos iglesias de Algeciras y mató al sacristán Diego Valencia Pérez al grito de "Alá es grande". Por ese motivo, la familia de la víctima ha presentado una reclamación de responsabilidad patrimonial contra el Ministerio del Interior que, de ser admitida, obligará a indemnizar a sus herederos.
El asesino confesó fue detenido la misma noche del crimen y puesto a disposición de la
Audiencia Nacional como acusado de un delito de terrorismo en un proceso cuya instrucción está ya concluida y pendiente de que se fije una fecha para el juicio oral. En los ataques también resultó herido el párroco Antonio Rodríguez, que se encontraba en la capilla de San Isidro, y que falleció unos meses más tarde, aunque su muerte no guarda relación con las heridas sufridas.
En principio, si el tribunal que lo juzgue admite que lo que ocurrió aquella tarde-noche en Algeciras se ajusta a lo que el Código Penal considera un delito de terrorismo, la familia tendrá derecho a ser indemnizada. Pero el abogado de Kanjaa defiende que actuó de esa forma violenta como consecuencia de sus problemas mentales, a pesar de que fue el propio acusado el que reconoció los hechos y los enmarcó en la lucha vinculada a la causa del yihadismo.
Según el informe de los peritos, el acusado presenta un "cuadro psicótico que cursa con delirios de probable filiación esquizofrénica". Y, en el momento de tener lugar los hechos, presentaba "una descompensación psicótica aguda con un importante grado de implicación afectiva y conductual que afectaría muy severamente a sus capacidades volitivas e intelectivas".
El juez instructor, el magistrado Joaquín Elías Gadea, considera a estos efectos que las alteraciones psíquicas que pudiera sufrir el acusado "podrían afectar al alcance de la culpabilidad", pero no a la calificación de los hechos como terroristas.
La causa se ha instruido en todo momento como un delito de terrorismo y por ese motivo se hizo cargo de la investigación desde el inicio la Audiencia Nacional, que es la jurisdicción competente en esos casos.
El asesinato terrorista llevaría aparejada una condena a la prisión permanente revisable. Pero la familia ha activado ya la vía administrativa en su reclamación patrimonial en previsión de que el tribunal pudiera resolver finalmente en sentido contrario a su pretensión.
El marroquí Yassine Kanjaa tenía pendiente orden de expulsión dictada por el subdelegado del Gobierno en Cádiz el 22 de junio de 2022, es decir siete meses antes. El abogado de la familia, Manuel Gutiérrez Luna, considera en el escrito presentado ante el Ministerio del Interior que, de haberse ejecutado esa orden, "no se habría dado lugar al resultado fatal descrito y que costó la vida al Sr. Valencia". El objeto de la reclamación es "la reparación por parte de ese Ministerio de los perjuicios acaecidos como consecuencia del funcionamiento anormal de sus servicios a causa de no haberse adoptado medidas que le incumbían" y que hubieran evitado la muerte del sacristán.
Diego Valencia Pérez sufrió el ataque de Yassine Kanjaa cuando se encontraba en el interior de la Iglesia de la Palma de Algeciras. Allí recibió un primer golpe. Pero, cuando huyó y trató de pedir auxilio, fue seguido por su asesino, que le alcanzó en la Plaza Alta y le asestó un segundo golpe en la cabeza con un machete que acabó con su vida.
El terrorista fue detenido a unos 100 metros del lugar y de las diligencias se hizo cargo el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, que ha dictado ya el auto de procesamiento por un delito de asesinato terrorista.
Concentración en recuerdo de las víctimas
El Ayuntamiento de Algeciras ha convocado este jueves, a las 19.45 horas, una concentración en recuerdo de las víctimas del atentado cometido hace un año en la ciudad, según ha informado el alcalde, José Ignacio Landaluce, que ha invitado a los colectivos sociales y ciudadanos en general a que se sumen a este acto de homenaje y de repulsa ante cualquier tipo de violencia". Tras la concentración, a las 20 horas, dará comienzo en la Iglesia de la Palma una misa funeral en recuerdo de quien fue sacristán de este templo.
La familia de Diego Valencia emitió un comunicado días atrás en el que reconocen el apoyo recibido en estos 12 de meses por parte de "amigos y personas desconocidas". "Es el momento de agradecer a todos ellos su generosa cercanía y desinteresada solidaridad, sin las que, sinceramente hubiera sido difícil soportar el dolor generado". "Queremos hacer extensible nuestro agradecimiento al Obispado de Cádiz y Ceuta, medios de comunicación y al conjunto de la ciudadanía y autoridades, quienes nos trasladaron de forma unánime su pesar por el fallecimiento de Diego y le rindieron cariñosos y póstumos homenajes en su memoria". Todas esas muestras de cariño, añaden, son "la prueba y demostración de que su vida, y la de tantas otras personas pertenecientes a la Iglesia, estuvo y está cargada de sentido".