Las mujeres dan la espalda al coche: "Aunque tuviera el carnet, no lo usaría"

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Cuatro mujeres de distintas generaciones nos explican por que no usan el vehículo privado.
20minutos
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Al cumplir los 18 años, los amigos del grupo de Tatiana Rodríguez y Marta Ávila, dos estudiantes madrileñas, empezaron a sacarse el carnet de conducir. Ahora que tienen 24 años, la mayoría de los miembros de su grupo lo tienen, algunos usan el coche y otros no, pero hay un patrón, habitual hace décadas, que está volviendo a imponerse: se lo han sacado más chicos -cinco- que chicas -solo dos-. Ellas mismas, siguen sin tenerlo.

"Entre que a mis padres tampoco les hacía mucha gracia, porque les da un poquillo de miedo, que vivo en Madrid, que está súper bien comunicado, y que mis amigos se fueron sacando el carnet, entonces, bueno, pues todo esto hizo que yo no lo necesitara", explica Rodríguez, que vive con sus padres en el distrito de Hortaleza, al noreste de la capital.

"Crecemos como con un bombardeo de estereotipos de género y conducir es uno más que se asocia a lo masculino", defiende Ávila, vecina del mismo barrio que su amiga y que compagina sus estudios trabajando en una cafetería en el centro de la ciudad, hasta donde se desplaza en metro. "Aunque tuviera la opción, no lo usaría, me parece un jaleo ir en coche al centro".

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Testimonio de Tatiana y Marta. Mujeres sin carnet de conducir
Tatiana Rodríguez (izq.) y Marta Ávila posan en las escaleras de la boca de metro de su barrio.
Jorge París

La tradicional diferencia entre el número de hombres y mujeres que conducen en España, que se ha ido reduciendo paulatinamente desde los años 90, está aumentando de nuevo entre las generaciones más jóvenes. Así lo atestiguan los datos del último informe de la DGT, publicado el año pasado, que marca el porcentaje más bajo de mujeres entre los nuevos conductores desde que hay registros -exceptuando el 2004, cuando se produjo una abrupta anomalía estadística por los acuerdos con Marruecos y Perú para canjear los permisos de conducción de sus nacionales en España, mayoritariamente masculinos-. Desde hace una década, la tendencia es, claramente, a que el porcentaje de nuevas conductoras sea cada vez menor respecto a los hombres que se sacan el carnet.

"Históricamente, las mujeres han tenido menos acceso al coche y al carnet de conducir por una cuestión fruto del patriarcado y la sociedad machista. Incluso, aunque tengan el carnet de conducir, en casa, en una familia heteronormativa, es el hombre quien tiene más acceso al coche", explica la urbanista Sara Ortiz Escalante, Col·lectiu Punt 6. "Por otro lado, las mujeres siempre han tenido, y continúan teniendo a día de hoy, unos patrones de movilidad más sostenibles, usan mucho menos el coche que los hombres y se mueven sobre todo a pie y en transporte público. Además económicamente somos más pobres y tenemos menos salarios, entonces también tenemos menos capacidad de sacar el carnet y comprar un coche".

Una tendencia histórica

En 1990, el primer año del que existen datos desagregados por sexo, solo un 30% del total de personas con carnet en España eran mujeres, frente al 43% actual. Este dato, el porcentaje más alto de la serie histórica, se explica más por la defunción de hombres de una generación en las que casi ninguna mujer conducía que porque un mayor número de mujeres se hayan sacado el carnet que hombres, algo que solo ha sucedido entre 1998 y 2002 y entre 2009 y 2012. En la actualidad, por tanto, la brecha sigue aumentando entre los jóvenes.

Por lo tanto, cuando Begoña Rebollo, una profesora de secundaria de 58 años, cumplió la mayoría de edad, en los años 80, la brecha entre hombres y mujeres con carnet de conducir era mucho mayor que ahora. Ni ella ni casi ninguna de sus amigas se sacó el carnet en ese momento frente a prácticamente todos sus amigos que sí lo hicieron. Aunque algunas de sus amigas lo fueron sacando más adelante, ella se ha mantenido sin él.

"Viviendo en Madrid bastante céntrica -siempre ha vivido en el distrito de Pacífico- me he movido siempre en transporte público, cuando iba a la universidad y luego, cuando empecé a trabajar, o iba en tren o me traían compañeros en coche hasta Atocha y, desde hace unos años, trabajo en el barrio de La Estrella y voy andando. Para viajes más largos, mi marido conduce, así que tengo chofer", declara Rebollo entre risas.

"Luego, también está el tema económico, cuando nosotras teníamos 18 años, los padres no nos pagaban el carnet y tenías que empezar a trabajar para poder sacártelo, entonces, era un dinero que a lo mejor preferías gastar en otra cosa", explica la profesora, que tiene una hija de 23 años a la que sí le ha pagado el carnet. "Le dije: 'Hija, no seas como yo, sácate el carnet lo antes posible porque luego da una pereza tremenda'".

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Testimonio de mujer sin carnet de conducir
Begoña Rebollo camina por la calle de su barrio, en el distrito madrileño de Pacífico.
Jorge París

Tener el carnet no es sinónimo de conducir. Susana Merchán tiene ahora 38 años y cumplió la mayoría de edad en una de esas pocas épocas en las que una mayoría de nuevos conductores eran mujeres, al principio de los 2000. "Mis padres me dijeron que mientras viviera en casa, me iban a pagar el carnet como lo habían hecho con mi hermano y, como tenía muchas ganas de independizarme, lo quise hacer lo antes posible", recuerda Merchán, que es profesora universitaria.

El día que aprobó el examen práctico fue también el último día que condujo un coche en su vida, a excepción de otra intentona un par de años después, con el que era su pareja. "A él le dio mucho miedo y me quitó el volante, así que no fue muy bien, la verdad". Durante años, a pesar de vivir en la periferia de Madrid, prefirió usar el tren, el metro o el autobús. "A mi es que el transporte público me gusta mucho, soy una firme defensora, y odio el coche, me molesta muchísimo en Madrid. A la universidad iba en tren, aunque tardase hora y media, pero aproveché para leer y estudiar muchísimo o para cotillear a otras personas".

fotografo: Jose Gonzalez Pérez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Testimonio de mujer sin carnet de conducir (1/2)
Susana Merchán posa entre dos coches en una calle del centro de Madrid.
José González

Cambio de cultura generacional

El número de nuevos conductores -personas que se sacan algún permiso de conducir al año- cayó abruptamente tras la crisis de 2008, pasando de las 806.000 nuevas licencias emitidas ese año a 485.000 tan solo dos años después. Desde entonces, el número de nuevos conductores se ha mantenido más o menos estable en torno a los 500.000 anuales, siempre por debajo de las cifras precrisis. Algo cambió con el estallido de la burbuja y no solo fue una innegable pérdida de poder adquisitivo de las familias, sino una nueva mentalidad en torno a la conducción entre los más jóvenes.

"Cada vez más los jóvenes se sacan menos el carnet de conducir y esa es una tendencia nueva, la que no lo es, es la otra, la de género, las mujeres casi siempre nos hemos sacado menos el carnet de conducir", explica Carme Miralles, catedrática de geografía urbana de la Universidad Autónoma de Barcelona.

"Los motivos detrás de esto se puede decir que, en algún caso, puede ser una cuestión económica, pero por lo general es cultural. Todas las generaciones han tenido algunos tótems y el coche era el artilugio de la generación de los padres de esos jóvenes, esa libertad individual relacionada con transporte privado era un valor de la generación anterior, con lo cual, no puede ser un valor de la generación actual porque los referentes cambian", defiende la geógrafa, que también asocia el cambio a los "valores medioambientales muy fuertes" de las generaciones más jóvenes y, especialmente, de las mujeres.

Anda Condeço, profesora del departamento de geografía de la Universidad Complutense de Madrid y coordinadora del Máster de tecnologías de la información geográfica, coincide con el análisis de Miralles, pero incide en la naturaleza urbana del fenómeno. "Son problemas de los habitantes urbanos, no creo que sea tan acusado en otros ámbitos más rurales", declara Condeço. "Pero es verdad que, en las ciudades, los jóvenes están concienciados con la polución, la contaminación y todo el tema medioambiental y eso pesa".

Para Marta Ávila, una de las dos estudiantes madrileñas mencionadas anteriormente, la cuestión medioambiental ha influido tanto como la práctica y la económica. "Durante un tiempo me obsesioné un poco con esto", asegura la joven de 24 años. "Saber que la gran mayoría de mis viajes son en transporte público, sé que eso beneficia y también me hace sentir bien y buena ciudadana, es una forma de contribuir".

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