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⁠⁠Canuto: la historia del rey vikingo que dominó el Reino Unido y todo el norte de Europa

Canuto era hijo de Sweyn Forkbeard y fue rey de Inglaterra desde 1016, rey de Dinamarca desde 1018 y rey de Noruega desde 1028 hasta su muerte en 1035.

Canuto era hijo de Sweyn Forkbeard y fue rey de Inglaterra desde 1016, rey de Dinamarca desde 1018 y rey de Noruega desde 1028 hasta su muerte en 1035.

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Canuto II nació en el seno de una familia de monarcas poderosos. Como hijo del rey de Dinamarca, Sweyn I Forkbeard, conoció lo que era la guerra desde sus primeros años de vida. Su padre tenía una intención clara: dominar por completo Gran Bretaña, a cualquier costo. Con herencia real del lado de su madre, y las huestes vikingas arrasadoras de su lado, el camino para que él siguiera la campaña militar de su padre estaba prácticamente pavimentado. Ésta es la historia de Canuto, el primer rey vikingo que se apropió del Reino Unido.

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Canuto, el primer rey vikingo de Inglaterra

En la sangre de Canuto II de Dinamarca corría la herencia de varias generaciones de reyes violentos. Su abuelo materno fue Mieszko I, el gobernante absoluto de la actual Polonia. En vida, consiguió la cristianización del territorio por primera vez en la historia, hasta los últimos confines del Báltico.

Por si fuera poco, su padre era conocido por ser uno de los reyes vikingos más poderosos y sanguinarios que había visto el mundo. Con la intención de apropiarse de las tierras y rutas comerciales del Reino Unido, durante décadas movilizó a sus mejores guerreros de élite. Por ello, desde su juventud, Canuto II acompañó a su padre en la invasión del territorio británico en el año 1013. Muy pronto, la familia de monarcas nórdicos fue temida en toda la Europa medieval.

Aún siendo muy joven, documenta Britannica, “Canuto quedó a cargo de la flota en Gainsborough, Lincolnshire, y probablemente fue entonces cuando conoció a Aelfgifu”, la que se convertiría en su consorte. Se sabe que de esta unión nacieron dos hijos nobles, Sweyn (en honor a su padre) y Harold (que se traduce como líder).

Representación en miniatura de C’nut ‘El Grande’, en una genealogía real del siglo XIV.

Representación en miniatura de C’nut ‘El Grande’, en una genealogía real del siglo XIV.Wikimedia Commons

Fue en esta campaña militar que Sweyn I Forkbeard fue aceptado como monarca de Inglaterra. Sin embargo, falleció pocos meses después, en febrero del próximo año. Inmediatamente, su hermano mayor, Harold II de Dinamarca, ascendió al poder. Mientras tanto, Canuto quedó al mando de las huestes vikingas. Con este nuevo nombramiento, regresó a Dinamarca, dejando atrás a todos sus rehenes políticos, esclavos y prisioneros de guerra —que había dejado “salvajemente mutilados”, según la enciclopedia. Dos años más tarde, el panorama cambiaría por completo.

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Un monarca despiadado

Recreación contemporánea de una batalla vikinga.

Recreación contemporánea de una batalla vikinga.iStock Photo.

Harold II permaneció como el rey de Inglaterra durante dos años, al tiempo que los ingleses buscaban traer a su antiguo monarca de regreso al trono. Hubo un periodo corto y confuso en el siglo XI en el que Gran Bretaña tenía dos gobernantes: uno vikingo y otro británico. A pesar de que los ingleses intentaron traer de regreso a su rey original, los vikingos frustraron todos sus esfuerzos.

Después de dos años de mandato, Harold II murió repentinamente. Existen rumores históricos de que fue Canuto mismo quien ideó su muerte, para quedar como el monarca absoluto de Gran Bretaña y todo el norte de la actual Europa. A la muerte de su hermano mayor, en el 1018, los daneses lo proclamaron ‘Canuto I de Inglaterra’, el primer rey vikingo de Gran Bretaña y el comandante absoluto de la armada danesa.

Representación contemporánea de un guerrero vikingo.

Representación contemporánea de un guerrero vikingo.Baran Lotfollahi/Unsplash

De acuerdo con el Vikingeskibs Museet de Dinamarca, durante su mandato consiguió “retener el poder en ambos países y durante un tiempo también controló partes de Noruega y Suecia”. Por ello, muy pronto comenzaron a referirse a él como “Canuto I, ‘El Grande’”.

Al subir al trono, concedió a sus seguidores daneses las propiedades de los ingleses. Rompió la paz que había en el norte de la isla al invadir el territorio escosés, donde consiguió el reconocimiento de sus tres reyes. Además, junto con sus huestes, ideó el asesinato de varios políticos en Gran Bretaña. Si no acabó con sus vidas y riquezas, expulsó del territorio a las personalidades inglesas más destacadas. Ante cualquier atisbo de rebelión, aplastó ciudades enteras para demostrar su poderío económico y militar. No había perdón alguno para la insurrección británica.

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Legado y lecturas históricas contemporáneas

Recreación contemporánea de un guerrero vikingo.

Recreación contemporánea de un guerrero vikingo.Didier/Pixabay

A diferencia de lo que pensó el mundo cristiano, el nuevo rey danés no trajo la cosmovisión politeísta a sus nuevos dominios. Por el contrario, se sabe que era un fiel devoto de Cristo. No sólo eso: fue un monarca tan despiadado y temido por otros países, que los ingleses hicieron monedas con su rostro, con la cruz al reverso. Este tipo de cambio se utilizó durante generaciones en el Medioevo, incluso varios años después de su muerte.

En la actualidad, incluso, hay narrativas que dan cuenta de su trayectoria militar e historia de vida. El célebre animé Vinland Saga (2019)—inspirado en el manga con el mismo nombre—, por ejemplo, hace un recorrido histórico a través del reinado de su padre y de él mismo. De la misma manera, la serie Vikings: Valhalla (2022) da cuenta sobre sus conquistas territoriales y sed insaciable de sangre. Más entregas de ambos productos audiovisuales tienen a millones de personas a la espera.

La influencia de Canuto I, el primer rey vikingo de Inglaterra, no se desvaneció tras su muerte. Por el contrario, en el 1035 d.C., “el trono danés pasó a su hijo Hardicanute y el inglés a otro hijo, Harold Harefoot, que gobernó Inglaterra hasta 1040 d.C.”, documenta el Vikingeskibs Museet. Sin embargo, sus hijos no fueron tan exitosos como él: después de unos años, Gran Bretaña volvió a tener un monarca inglés.

Existe debate sobre cuándo falleció Canuto I realmente. La institución danesa estima que no vivió más allá de los 40 años. Para entonces, ya había dominado todo el norte de Europa, con todas sus rutas comerciales. Sin embargo, otras fuentes aseguran que no hay registros sobre su año de nacimiento exacto, por lo que no se puede saber con seguridad a qué edad dejó el trono.

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