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La pequeña bolsa europea con ganancias que apabullan a Wall Street
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Retornos del 157% en cinco años

La pequeña bolsa europea con ganancias que apabullan a Wall Street

Con retornos superiores al 157% en cinco años, el índice BET de Rumanía se sitúa entre los más rentables del mundo. La OPV de Hidroelectrica, este verano, le ha dado un nuevo impulso

Foto: Un hombre exhibe una bandera de Rumanía en un estadio. (EFE/Bo Amstrup)
Un hombre exhibe una bandera de Rumanía en un estadio. (EFE/Bo Amstrup)
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Cuando apenas restan tres semanas para el término de 2023, las bolsas europeas parecen enfiladas para sellar lo que, sin duda, se puede calificar como un buen año. Pero las ganancias del 18% que ronda, al cierre de este jueves, el EuroStoxx 50 (o del 10,3% en el caso del Stoxx 600) quedan lejos de permitir a los mercados del viejo continente recuperar terreno con un Wall Street que a lo largo de los últimos años ha ofrecido persistentemente resultados muy superiores.

Los números son claros a este respecto. Mientras el S&P 500 acumula rendimientos totales (en euros), incluidos dividendos, próximos al 100% en los últimos cinco años, los del Stoxx 600 apenas alcanzan el 60%, con los principales índices de Alemania, Francia, Reino Unido o España incapaces de seguir su estela.

Sin embargo, existe una pequeña bolsa europea que sí ha sido capaz no solo de seguir, sino también de superar con creces los resultados del mercado estadounidense en los últimos años.

Rumanía puede presumir de contar con una de las bolsas más rentables del último lustro, con unos retornos totales, en euros, del BET (Bucharest Exchange Trading), su principal índice, superiores al 157%. Un buen desempeño que no ha hecho sino agudizarse en un 2023 en el que el BET acumula ganancias de hasta el 27,17%, tras protagonizar un destacado rally desde el inicio del pasado verano.

Precisamente, por esas fechas, la Bolsa de Valores de Rumanía (BVB) fue noticia por un hito inédito. En medio de la sequía de salidas a bolsa que ha afectado —y, en cierta medida, aún sigue afectando— a las grandes bolsas europeas, el parqué bucarestino protagonizó el que, salvo sorpresa de última hora, quedará como el mayor estreno bursátil del año en Europa, con el inicio de la cotización de Hidroelectrica.

La privatización parcial (el Estado sigue controlando el 80% de su capital) del gestor de las instalaciones hidroeléctricas rumanas era un proceso en el que se venía trabajando desde hacía varios años y cuya materialización, el pasado 12 de julio, ha sido planteado como un punto de inflexión para el mercado rumano. No solo porque Hidroelectrica, que acumula desde su estreno avances en el entorno del 21%, se ha convertido directamente en la mayor compañía del mercado rumano, con una capitalización equivalente a 11.407 millones de euros, sino porque estaba llamado a ser un foco de atención para que los inversores nacionales e internacionales repararan en el potencial de un mercado que pasa por ser uno de los más ilíquidos del continente (en 2022, el volumen medio de negociación en acciones apenas superó los 10 millones de euros al día).

La positiva evolución del mercado bursátil rumano difícilmente puede desligarse del sólido crecimiento que viene experimentando la región en los últimos años, favorecida, entre otras cuestiones, por los fondos provenientes de la Unión Europea y un creciente volumen de inversión internacional. Según datos del FMI, el PIB real del país se ha expandido todos los años desde 2011, con la única excepción de 2020 (el año de la pandemia), lo que ha permitido que el PIB per cápita se haya ampliado alrededor de un 90% en el periodo.

Y todo apunta a que Rumanía seguirá experimentando tasas sólidas de crecimiento en los próximos años. "Aunque Moody's pronostica que el crecimiento se desacelerará al 2,0% este año, después de dos años de crecimiento muy fuerte en 2021 y 2022, a medida que la inflación frena el consumo y la desaceleración económica de la zona del euro pesa sobre la demanda externa, las perspectivas de crecimiento a medio plazo de Rumania siguen siendo sólidas", señalaba la agencia de calificación en un informe reciente, en el que proyectaba un crecimiento de la economía rumana del 3,2% en 2024 y del 3,5% al siguiente.

Un contexto favorable que ha sido aprovechado por compañías como la petrolera OMV Petrom, la gasista Romgaz, la Banca Transilvania o la Sociedad Nacional Nuclearelectrica para disparar sus cifras de negocio, con el consiguiente impulso en bolsa.

Foto: Un migrante en la frontera entre Hungría y Rumanía se prepara para entrar en la UE. (Reuters/Bernadett Szabo)
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Pero ni siquiera el buen hacer sobre el parqué de estas compañías (Nuclearelectrica, sin ir más lejos, ha multiplicado por nueve su valor en los últimos cinco años) ha servido para dar un impulso significativo para que los inversores pongan el mercado rumano en su radar.

Los inversores internacionales, por un lado, pueden desconfiar de un mercado en el que los volúmenes de negociación son escasos, existen importantes limitaciones operativas y buena parte de las cotizadas están fuertemente controladas por el Estado (además del 80% de Hidroelectrica, posee el 82,5% del Nuclearelectrica, el 70% de Romgaz, casi el 60% de Transelectrica o el 20% de OMV, entre otros), en un país en el que firmas como la propia Moody’s siguen resaltando "las debilidades en la calidad de las instituciones".

Y también, en el caso de los inversores nacionales, los expertos alegan que existe una propensión muy baja a invertir, aduciendo el elevado número de estafas financieras que han tenido lugar en el pasado, así como el desarrollo insuficiente del mercado de valores local, en términos de transparencia y previsibilidad.

Las estafas financieras pasadas azuzan la desconfianza de la población local

Hay que tener en cuenta que, tras el largo periodo comunista, la negociación bursátil se reinició en noviembre de 1995, con solo cinco valores, después de más de medio siglo de inactividad. Desde 2020, Rumanía está considerado como un mercado emergente por parte del proveedor de fondos globales Ftse Russell, pero no así por parte de MSCI, que lo califica aún como mercado frontera.

Conseguir la promoción por parte de MSCI al nivel de mercado emergente es uno de los principales objetivos que se ha marcado la BVB en su afán por situar a Rumanía como mercado de referencia en Europa del Este. Adrian Tanase, CEO del gestor de la bolsa rumana desde 2018, destacaba recientemente en medios locales que el estreno de Hidroelectrica y la aprobación de la normativa para el uso de instrumentos derivados en la bolsa local deberían ayudar a impulsar el atractivo del mercado rumano.

De momento, los números parecen respaldar el éxito de estas iniciativas, ya que el volumen medio de negociación de acciones prácticamente se ha duplicado en 2023, superando ya los 20 millones al día, mientras que el número de inversores activos se ha elevado casi un 200% desde 2019, rozando los 160.000 al cierre del tercer trimestre. Y, recientemente, la petrolera OMV anunciaba el fin de su negociación mediante ADR en la Bolsa de Londres, al considerar que "el desarrollo de la Bolsa de Bucarest a lo largo de los años, la inclusión de la empresa en los índices FTSE Russell EM y los servicios de creación de mercado contratados por la compañía desde septiembre de 2021 han hecho que las acciones negociadas en la Bolsa de Bucarest sean más atractivas, desde el punto de vista de la liquidez, que los ADR que cotizan en la Bolsa de Valores de Londres".

Privatizaciones

La posibilidad de que el Estado siga avanzando en las privatizaciones —con el nombre del monopolio local de la sal, Salrom, como pieza clave— es otro de los factores habitualmente señalados como clave para el refuerzo de la bolsa de Bucarest, pero lo cierto es que este proceso se viene dilatando en el tiempo desde hace muchos años.

A Rumanía le queda aún mucho por avanzar para poder decir que su bolsa está al nivel de desarrollo de las principales del continente. De momento, puede presumir, eso sí, de unas ganancias que son la envidia de casi cualquier gran índice internacional.

Cuando apenas restan tres semanas para el término de 2023, las bolsas europeas parecen enfiladas para sellar lo que, sin duda, se puede calificar como un buen año. Pero las ganancias del 18% que ronda, al cierre de este jueves, el EuroStoxx 50 (o del 10,3% en el caso del Stoxx 600) quedan lejos de permitir a los mercados del viejo continente recuperar terreno con un Wall Street que a lo largo de los últimos años ha ofrecido persistentemente resultados muy superiores.

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