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Maduro moviliza al Ejército y hace sonar los tambores de guerra: ¿va Venezuela a invadir a su vecino?
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En busca del enemigo externo

Maduro moviliza al Ejército y hace sonar los tambores de guerra: ¿va Venezuela a invadir a su vecino?

Venezuela reactiva su reivindicación sobre la región del Esequibo, disputada con la vecina Guyana desde hace siglos y donde se han localizado ingentes reservas de petróleo

Foto: Venezuela da "los primeros pasos" para "recuperar" el territorio del Esequibo, dice Maduro. (EFE/Miguel Gutiérrez)
Venezuela da "los primeros pasos" para "recuperar" el territorio del Esequibo, dice Maduro. (EFE/Miguel Gutiérrez)

Nicolás Maduro ha generado un nuevo terremoto político en América. En una conferencia de prensa este martes, blandió el nuevo mapa oficial de Venezuela, que incluye la zona del Esequibo, disputada con la vecina Guyana desde hace dos siglos. “Hemos dado los primeros pasos de una nueva etapa histórica en la lucha por lo que nos pertenece, por recuperar lo que nos dejaron los libertadores”, aseguró el presidente venezolano tras anunciar nueve medidas, incluyendo la creación del estado Guayana Esequiba en la región, actualmente bajo control y administración del país vecino.

Las decisiones de Caracas se producen después del referéndum celebrado el domingo en Venezuela sobre la zona en disputa, una cita que el Gobierno ve como un éxito y la oposición como un fracaso disfrazado que desvía la atención de los desafíos que tendrá que afrontar el chavismo en 2024. “Guyana debe saber que arregla esto por las buenas o lo arreglamos”, ha avisado Maduro, en tono desafiante. La velocidad de los anuncios da a entender que el chavismo no va de farol. Hay un plan establecido y, hasta ahora, ha habido voluntad de aplicarlo.

Los tambores de guerra probablemente no resonarán de forma inmediata en el Esequibo, una zona rica en petróleo, pero lo apresurado del anuncio, además del contenido, ha provocado que numerosos analistas vaticinen una escalada progresiva de la tensión y también una pronta implementación de las decisiones tomadas por Caracas. “Todas las acciones que toma y tomará el Gobierno venezolano alrededor del Esequibo responden más a la política interna del país que a su política exterior”, comenta Jorge Morán, politólogo venezolano de la Universidad Rafael Belloso Chacín, en consonancia con lo expresado por numerosos analistas de su país.

Foto: Nicolás Maduro señala la región del Esequibo en un mapa donde aparece reflejado como parte de Venezuela. (EFE)

“La popularidad del régimen y de Maduro es la peor en 24 años de Gobierno y en la década de Maduro. En unas elecciones medianamente competitivas, perderían de manera contundente contra María Corina Machado o incluso contra otro candidato. Por tanto, el Esequibo es la vía que han encontrado para construir la fórmula de crear un enemigo externo para lograr la cohesión nacional en torno al Gobierno”, añade el analista, en entrevista con El Confidencial.

El reclamo del Esequibo es uno de los pocos temas en los que chavismo y oposición están de acuerdo. De ahí el potencial que tiene en la política venezolana.

Por eso, muchos creen que la tensión entre Caracas y Georgetown está destinada a escalar si se complica la situación interna para el chavismo, que acordó con EEUU realizar elecciones libres y verificables en 2024 a cambio del levantamiento de sanciones.

Maduro moviliza el Ejército...

La retórica belicista podría ir, por lo tanto, en aumento, y tanto Venezuela como Guyana dicen estar preparados para un conflicto bélico. Maduro, de hecho, ha enviado ya un contingente militar a Puerto Marima, muy cerca de la zona reclamada por Venezuela.

Está fuera de toda duda la capacidad que tienen las fuerzas armadas venezolanas de someter al débil ejército de su vecino, un país de apenas 800.000 habitantes con una escasa dotación y formación militar. Guyana tiene, eso sí, importantes amigos a los que recurrir. El pequeño país sudamericano tiene el apoyo en bloque de los países del Caribe, englobados en la Caricom, y posiblemente podría contar también con el apoyo de la Commonwealth, el grupo de expaíses británicos, y, por ende, también de la antigua metrópoli.

... y Guyana mira a EEUU

Las autoridades de Georgetown ya han avisado que van a pedir el apoyo al Comando Sur de EEUU, algo calificado por Caracas como una provocación. “No permitiremos que se viole nuestro territorio ni que el desarrollo de nuestro país se vea obstaculizado por esta amenaza desesperada”, dijo este miércoles el presidente guyanés, Irfaan Alí, asegurando que ya se había comunicado con las autoridades del país norteamericano.

“Está abriendo la posibilidad de instalación de bases militares a una potencia imperial, amenazando la zona de paz que se ha delineado en esa región”, respondió el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela, calificando la acción de “imprudente”.

Guyana también anunció que ya ha elevado el caso ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, aunque no ha dado más detalles. El fiscal general adelantó el miércoles que el pequeño país buscaría activar los artículos 41 y 42 de la carta de la ONU, que tienen el potencial de levantar sanciones o acciones militares para mantener o restaurar la paz y seguridad internacionales.

Sacudir el mapa de la región

Menos claro tiene Caracas sus apoyos. Cuba, uno de sus principales aliados, ha defendido históricamente los intereses de Guyana y, en este caso, no se ha mostrado favorable, por ahora, a Venezuela. Por motivos prácticos, tampoco parece que, a corto plazo, vaya a cambiar el apoyo. El país isleño necesita petróleo y la capacidad de Caracas de suministrarlo ha menguado considerablemente, camino inversamente proporcional al de Guyana.

Foto: Varios conductores esperan en sus vehículos a que abastezcan de combustible una gasolinera, en La Habana. (EFE/Yander Zamora)

China tiene intereses mineros y energéticos clave en Guyana y en toda la región. Rusia se concentra en Ucrania. Irán, en Oriente Medio.

Pekín y Moscú podrían, eso sí, vetar resoluciones contra Caracas en el consejo de seguridad, pero el panorama bélico crudo sería muy complejo.

Brasil, vecino de ambos países, tiene amplios intereses económicos pactados con Guyana y no está por la labor de apoyar a Venezuela. El Gobierno de Lula da Silva aumentó esta semana de 70.000 a 130.000 efectivos su destacamento militar en la fronteriza Boa Vista ante la escalada de hostilidades. Envió también 20 blindados. No quiere que cualquier estallido le pille por sorpresa.

Repartir DNI venezolano

Todo, porque las decisiones anunciadas por Maduro son de calado. El presidente venezolano estableció, desde ya, la sede política administrativa del nuevo estado en Tumeremo, un pueblo a un centenar de kilómetros de la zona en disputa, y designó como su autoridad única al diputado y mayor general Alexis Rodríguez Cabello, primo del líder chavista Diosdado Cabello, persona de la máxima confianza de la cúpula oficialista, que administrará, además, una zona de defensa integral.

Erigió también una alta comisión cívico militar en defensa de la Guayana Esequiba, coordinada por la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, y decretó el inicio de un plan para dar atención social a los 125.000 habitantes del Esequibo, censarlos y otorgarles el DNI venezolano.

En lo inmediatamente más práctico, autorizó a la petrolera estatal, PDVSA, a conceder licencias operativas para la exploración de petróleo, gas y minerales en el territorio en disputa y prohibió, en ese sentido, la contratación de empresas que operen o colaboren en concesiones unilaterales otorgadas por Guyana en el mar por delimitar. En ese sentido, a un grupo de analistas sí les preocupa que Maduro intente impedir las operaciones de la multinacional Exxon Mobil en la plataforma marítima de la zona en disputa.

Foto: Fotografía de archivo fechada el 2 de diciembre de 2022 que muestra al ministro venezolano de Petróleo, Tareck El Aissami. (EFE/Miguel Gutierrez)

Lauren Caballero, experto en política internacional de la Universidad Central de Venezuela (UCV), no cree que las medidas anunciadas por Maduro supongan, por ahora, un paso “claro” de Caracas para incorporar, de manera efectiva, el territorio reclamado al espacio geográfico del país.

Mucho ruido y pocas nueces... de momento

“La creación de parques nacionales en la zona, el nombramiento de una autoridad única y otros anuncios siguen sin modificar el statu quo. Las oficinas desde las cuales se van a ejecutar las operaciones está en territorio venezolano, específicamente en el estado Bolívar, colindante con el Esequibo, pero a una distancia bastante considerable”, añade. “No queda tampoco claro cómo el Gobierno venezolano implementaría algunos de los anuncios, en especial, los relativos a la cuestión de las concesiones, ni se sabe si alguna empresa está realmente dispuesta a negociar con Venezuela para comenzar a explotar la zona bajo licencias otorgadas desde Caracas”, asegura Caballero.

“Los aliados de Venezuela son aliados diplomáticos, pero no bélicos. En este caso, no veo que el conflicto pase a ser de carácter bélico: seguirá siendo de carácter diplomático por un tiempo más. El Gobierno del presidente Maduro intenta ganar tiempo, vender la percepción de que se va a recuperar el Esequibo y además lograr vender la sensación de fuerza”, explica Jesús Castillo Molleda, director de la consultora venezolana Polianalítica, a El Confidencial.

Concesiones petroleras

Cree que el fin de Caracas es lograr beneficios en las nuevas explotaciones petroleras de Guyana. “El objetivo principal es lograr que la Exxon Mobil pare las operaciones de explotación en la zona en reclamación o que las ganancias se repartan entre los dos países”, asegura Molleda.

Esos beneficios serían cuantiosos, aunque Venezuela ya tiene las mayores reservas probadas de petróleo del mundo.

En juego, hay mucho dinero. El Esequibo es un territorio al oeste del río homónimo, de 159.000 kilómetros cuadrados —más grande que Grecia o Costa Rica—, donde habita el 15% de los habitantes de la República Cooperativa de Guyana. La multinacional Exxon Mobil encontró, hace una década, frente a las costas del país, ingentes cantidades de petróleo en bloques que se encuentran parcialmente en aguas territoriales del Esequibo y supondrían el 0,6% de las reservas a nivel mundial.

Las cifras son elocuentes para poner en contexto el impacto de la reciente explotación petrolera en el país caribeño. El PIB de Guyana creció un 57,8% en 2022 y el PIB per cápita se triplicó en los últimos tres años. No hay mucho más que añadir al respecto. Sus autoridades saben que tienen la llave para convertirse en la Kuwait del Caribe y no están dispuestas a desprenderse del territorio.

Foto: Vista de la planta de Mugardos de Reganosa, en la ría de Ferrol, que recibe barcos metaneros que realizan la descarga de gas natural licuado. (EFE/Kiko Delgado)

El diferendo entre ambos países es antiguo. Madrid fundó la Capitanía General de Venezuela en 1777 y el mapa incluía el Esequibo, pero, a partir de 1820, tras el descubrimiento de oro en la zona, las autoridades de la vecina Guyana Británica comenzaron a reclamar el territorio. En 1899, se falló el laudo arbitral de París, que otorgaba a la colonia británica el Esequibo, en un proceso en el que dos de los cinco jueces eran británicos y ninguno venezolano.

Caracas declaró nulo el proceso cuando conoció, a mediados de siglo, el memorando de uno de los abogados estadounidenses que declaraba la existencia de numerosas irregularidades en ese proceso, y pactó con Reino Unido, en 1966, meses antes de la independencia de Guyana, un mecanismo mediante el cual la solución al diferendo se daría de forma negociada, algo que nunca ocurrió.

El Gobierno de Hugo Chávez aparcó el pleito, debido a su estrategia de alianzas en el Caribe, pero Maduro lo reactivó después de los hallazgos petroleros. Ante las manifiestas dificultades a la hora de llegar a un acuerdo, la ONU acabó remitiendo el caso a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que Caracas rechaza como árbitro.

El analista Morán no cree que las autoridades venezolanas estén decididas a no alegar ante la CIJ. El plazo se agota en unos meses. “Es probable que nos sorprendan y antes de abril de 2024 presenten la contramemoria para sustentar la posición del país frente al reclamo. La calidad de las acciones venezolanas en este contexto, ya es otra historia”. Las acciones de esa corte son vinculantes y definitivas.

Juego de votos

Las autoridades electorales de Venezuela aseguran que el domingo votaron 10,5 millones de ciudadanos, un 50% del padrón, lo que supondría la mayor afluencia a las urnas de los últimos años, pero Morán y numerosos analistas ponen en duda esos registros.

Lo que pudimos ver el domingo fue una muy baja participación en el referéndum, a pesar de las cifras que ofreció el presidente del CNE y que son difíciles de verificar. En este sentido, el pueblo venezolano fue indiferente ante el referéndum sobre el Esequibo, porque no entiende este conflicto y porque no tiene nada que ver con las necesidades y problemas básicos que nos afectan: inflación, capacidad de compra, calidad de servicios públicos, escasez de gasolina”, asegura Morán. “Al ofrecer esas cifras de participación que pocos se creen, contribuye a generar más dudas sobre el ente electoral y, por lo tanto, a desestimular el voto. El Gobierno necesita desestimular el voto y dividir a la oposición para tener opciones reales de ganar en las presidenciales de 2024 sin acudir a un fraude masivo”.

"Profundiza la división de la oposición, porque algunos líderes opositores participaron en el referéndum y otros, como Machado, no"

En cualquier caso, en opinión del experto, el Gobierno ya ha salido reforzado con el plebiscito, porque ha hecho olvidar el impacto de las primarias opositoras de octubre, en las que arrasó la conservadora María Corina Machado, y ha puesto en el centro del debate público la disputa del Esequibo.

“Profundiza la división de la oposición, porque algunos líderes opositores participaron en el referéndum y otros, como Machado, no lo hicieron, y le genera dilemas de acción, y como la oposición no tiene un espacio de de discusión y concertación de estrategias, pues se hace más evidente la falta de coordinación”, asegura Morán.

Después de un parón que ha durado años, los acontecimientos políticos se están acelerando en Venezuela. Este mismo miércoles, la Fiscalía venezolana ha ordenado la detención de 13 dirigentes opositores, entre ellos, varios estrechos colaboradores de Machado, después de haber pactado la liberación de políticos con EEUU a cambio del levantamiento de sanciones.

Nicolás Maduro ha generado un nuevo terremoto político en América. En una conferencia de prensa este martes, blandió el nuevo mapa oficial de Venezuela, que incluye la zona del Esequibo, disputada con la vecina Guyana desde hace dos siglos. “Hemos dado los primeros pasos de una nueva etapa histórica en la lucha por lo que nos pertenece, por recuperar lo que nos dejaron los libertadores”, aseguró el presidente venezolano tras anunciar nueve medidas, incluyendo la creación del estado Guayana Esequiba en la región, actualmente bajo control y administración del país vecino.

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