Sin pinganillos, con sketches y con un invitado o invitada sorpresa: Pedro Ruiz (76 años) vuelve a la televisión. Eso sí, lo hará solo por un día. Este autodefinido "artista que conversa" —pues rehúye del concepto "entrevistador"— será testado en el prime time de La 1 y, según sea la recepción del programa especial, podría volver definitivamente a la pública.

"He presentado proyectos en la casa [RTVE] estos 20 años, pero no tenían eco. Yo siempre he preferido ser un buen recuerdo a una mala presencia, por eso he dicho que no a montones de entrevistas en programas como Sálvame. Me puedo equivocar, pero quiero que si me equivoco me pertenezca a mí el error", relata en la presentación de Nada del otro mundo, formato que se emitirá este viernes 8 de diciembre, a las 22:10 horas, en La 1.

El título es toda una declaración de intenciones: "Esto es puro entretenimiento, algo amable. He decidido ponernos pomada para pasar ratos mejores, porque yo no voy a arreglar nada, ni de la independencia, ni de Ucrania, ni de Gaza. No vale la pena ser tan drástico. Con el paso del tiempo ves que no tienes que decir cosas tan importantes" expone, marcando distancias su tono de hace unos años.

El comunicador no ve "nada tan revolucionario como respetar" y aboga por volver al clima de la Transición, que a sus ojos se caracterizaba por el entendimiento y "la cordialidad". Además, señala a la propia programación política como culpable de la crispación entre la gente y sueña con hacer un programa en el que reunir a dos políticos antagónicos para prohibirles hablar de política, algo que considera imposible en la actualidad:

"Las manifestaciones de Ferraz son un ejemplo de que así no podemos seguir. La ira de los demás no te cabe ni a ti mismo dentro. Hablo del mundo de la política, por ejemplo, esta situación de levantar un muro o de bajarlo no me parece nada recomendable", defiende.

Además de entrevistas a Rozalén y Dulceida, el programa contará con apartados humorísticos estarán protagonizados por Antonia San Juan, Pedro Casablanc, Luisa Martín, Eloy Arenas, Enrique Cerezo, Paco Grandes, Josep Pedrerol, Roncero, D'Alessandro, Corbacho y Lucrecia.

La presentación de 'Nada del otro mundo' tuvo lugar en Torrespaña | RTVE

Aunque no haya aparecido habitualmente en televisión, Pedro Ruiz no se ha alejado en los focos, sino que se ha dedicado al teatro, al cine y a la literatura. De hecho, acude a las salas cuatro veces por semana y tiene claras sus favoritas para los Goya: Cerrar los ojos de Víctor Erice, la interpretación de Malena Alterio en Que nadie duerma y Un amor de Isabel Coixet.

"A veces entro a ver una película que sé que no me va a gustar, pero la media hora que aguanto a oscuras me ha quitado de mí, porque es muy pesado estar todo el rato contigo mismo. En el cine te apagas tú y se encienden otros", reflexiona.

"Prefiero ser un buen recuerdo a una mala presencia"

Vive en un hotel y cuenta que cada día le pide al conserje, al que define como "un hombre muy leído", un título para escribir un poema a partir de él, algo que le ayuda a ejercitar la memoria. Con ese mismo fin rechaza guardar contactos en su teléfono y presume de haber memorizado "unos 200 números": "Esto es por mi madre, que decía que 'lo que abandonas tú, te abandona a ti'", cita.

Regresa a la televisión tras 20 años "sin echarla de menos" y tiene claro que faltará a su cita con la pantalla. "A mí sentarme a verme dos horas me parece cansado, prefiero ver un videoclip. Normalmente lo que hago es que media hora antes el programa cojo el coche y me doy una vuelta por la sierra escuchando música clásica y luego vuelvo y me entero", adelanta.

Desconecta tanto que en redes sociales no es él quien publica en las plataformas, sino alguien a su cargo. Además, asegura que los comentarios en las plataformas no cambiarán su manera de hacer televisión, mucho menos llamativa e incorrecta que su forma de hacer teatro:

"La televisión es un microondas, recalienta los platos y de repente meten a alguien que está olvidado, las palomitas revientan y aquí estamos otra vez. Pero no hay que fiarse solo de la televisión, hay mucha vida fuera de ella. La libertad está en el teatro, en televisión se retroalimenta la misma albóndiga todo el tiempo".

Pese a declararse un gran consumidor de televisión y de formatos como el Benidorm Fest, al que no descarta presentarse en alguna ocasión; rechaza los realities que se forman a raíz de listas de "famosos que no llegan a fin de mes", algo que considera "maldad". Valora, en cambio, la comedia o series como Poquita Fe y celebra contar en su regreso a televisión con El terrat (La Resistencia).

Celebra el fin de Sálvame porque considera que "hacía cáncer de la vida de los demás" y extraña más 'televisión de autor', que cree que es la única que se diferencia en algo. En ese sentido, alaba la labor de Jordi Évole, Jesús Calleja y David Broncano. "Hoy en día en televisión se teme a esa televisión más de autores y es lo único distinto, lo demás es un formato en el que se tiran de un trampolín", concluye.