El ataúd de Thomas, el adolescente que murió el 19 de noviembre tras ser apuñalado con un cuchillo en una fiesta en Drôme, es transportado durante su funeral a la entrada de la colegiata de Saint- Donat-sur-l'Herbasse
El funeral de Thomas Perotto, el chico de 16 años que murió apuñalado el sábado pasado durante una fiesta de pueblo en el departamento francés del Drôme, en el sureste del país, se celebró ayer en un ambiente de gran recogimiento y tristeza, pero también de fuerte tensión, dentro y fuera de la iglesia donde tuvieron lugar las exequias.
El abuelo de la víctima tomó la palabra al inicio de la ceremonia, celebrada en la colegiata de Saint-Donat-sur-l’Herbasse, para felicitar a la policía por su rapidez en detener a los presuntos agresores, a quienes calificó de “salvajes que deben ser apartados de nuestra sociedad lo antes posible”.
Aspecto del exterior de la colegiata de Saint-Donat-sur-l’Herbasse, donde se ha celebrado el funeral de Thomas
Las circunstancias de la muerte del adolescente, durante un baile en un entorno rural que parecía inofensivo y que devino un infierno, provocaron fuertes reacciones políticas. Llegaron a intervenir el propio presidente de la República, Emmanuel Macron, y su primera ministra, Elisabeth Borne, la cual se expresó en el Senado. Pero quienes más instrumentalizaron los hechos fueron los líderes de la derecha y de la extrema derecha, que intentaron vincular la tragedia, aun antes de conocer los resultados de la investigación, con la falta de integración de sectores de población de origen inmigrante, sobre todo los de cultura árabe y musulmana. Hubo declaraciones incendiarias de personajes como Marion Maréchal –sobrina de Marine Le Pen–, Éric Zemmour y otros dirigentes de la extrema derecha. En esos círculos se considera probado que los atacantes, muchos procedentes de un barrio marginal, realizaron una razia premeditada y que al menos uno de ellos exclamó que estaban allí “para matar blancos”. No existe la certeza de que tal frase fuera pronunciada. Pese a ello, algunos la usan para atizar el fuego del resentimiento y del odio entre comunidades.
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