La respuesta de la ciencia a por qué olvidamos nuestros primeros recuerdos

Ya sabemos que los recuerdos no se quedan grabados en nuestra memoria desde el minuto uno de nuestra vida, la ciencia ya nos ha dicho que para la mayoría de los mortales esto no es así, incluidos nuestros hijos que tampoco van a recordar los primeros momentos juntos, nuestros primeros abrazos, los primeros llantos ni por supuesto los primeros besos que les dimos al conocerles.

Recientemente, investigadores del Trinity College de Dublín, estuvieron analizando el sistema inmunitario materno por ser un componente esencial para el desarrollo de los embriones. 

Además, resulta que es también un factor a tener en cuenta en la aparición de los trastornos del espectro autista (TEA) y al mismo tiempo, por la posible relación de este sistema en la fijación o no de los recuerdos más pronto o más tarde.

Sistema inmunitario y olvido

Y es que se ha observado que precisamente son las personas con TEA las que presentan una tendencia mayor a recordar vivencias de una infancia más temprana que el resto. 

Por el momento no se sabe porqué a estas personas no les afecta como al resto la amnesia infantil pero ahora se plantea el protagonismo del sistema inmunitario en todo este proceso de fijación de recuerdos en la memoria.

El estudio se llevó a cabo con ratones porque se ha observado que estos animales también desarrollan amnesia infantil durante un tiempo y una de las conclusiones a las que llegaron fue la de localizar cuál puede ser precisamente, la causa de esta amnesia infantil o más concretamente, cuál es la manera de evitarla.

Ahora que llega a las salas la segunda película de la saga de Inside Out, de Disney, quizás sea un buen momento para volver a ver la primera entrega y redescubrir juntos cómo funciona la mente de una niña, cómo se almacenan e incluso cómo pueden desaparecer sus recuerdos y cómo estos influyen en sus emociones, sus sensaciones y por supuesto, sus sentimientos.

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